Guatemala, 15 de febrero de 2021. “Niñas y niños tienen derecho a vivir en paz, jugar libremente y crecer sin miedo”. Con esta consigna se han realizado varias manifestaciones de protesta en diferentes territorios de este país el pasado fin de semana, a raíz de la muerte violenta de Sharon de ocho años, a quien le arrebataron la vida a golpes y estrangulamiento, luego de ser secuestrada cuando paseaba en su bicicleta en el departamento de Petén.

Mientras hoy inició la campaña titulada #TengoMiedo, mañana será #Desaparecida y pasado mañana #DeLuto; la cual ha sido convocada por agrupaciones de mujeres, cuyo objetivo es generar discusión sobre la terrible situación de violencia que se vive en este país centroamericano. 

Cabe resaltar que, en las protestas, las participantes inculparon al presidente de la República Alejandro Giammattei, y al ministro de Gobernación, Gendri Reyes, como responsables de que se multipliquen las violencias patriarcales en tanto carecen de planes de prevención y han debilitado más la debilitada institucionalidad encargada de garantizar los derechos de las mujeres.

A la protesta de niñas y adolescentes realizada el sábado pasado, en la que las participantes llevaron su bicicleta a la plaza central capitalina, para recordar a Sharon, las autoridades policiales respondieron poniendo una valla con agentes uniformados en la parte frontal del Palacio Nacional, lo que demuestra la falta de sensibilidad para responder a esta situación tan dramática.

En tanto, la respuesta de la jefa de la Fiscalía de la Mujer en Guatemala, Blanca Sandoval, fue informar que en 2020 recibieron 43,872 denuncias de hechos de violencia contra mujeres y emitieron 2,272 órdenes de captura contra los presuntos agresores, al mismo tiempo de mostrar su rechazo a la campaña #TengoMiedo, “no es así cómo se logra justicia en este país”. 

En Guatemala, al igual que en otros países, los hechos de violencia patriarcal se incrementaron a raíz del confinamiento por la pandemia del Covid-19, y a pesar de ser una problemática social de grandes dimensiones, las instituciones del Estado carecen de planes de prevención y de garantías de seguridad. 

Decir que existe un desprecio a la dignidad de las mujeres es porque en lugar de que se concrete la legítima aspiración de contar con lugares seguros donde estar, estudiar, trabajar, tener acceso al deporte y la recreación, el llamado que prevalece es: “mantenerse en casa”, donde igual niñas y adultas son maltratadas o abusadas sexualmente.

En diferentes medios de comunicaciones se difundió mensajes que explican por qué existe miedo: “por temor a ser secuestrada y asesinada”; porque la violencia contra las mujeres se naturaliza debido a los prejuicios de las personas encargadas de hacer cumplir la ley; porque al momento de denunciar, para un correcto tratamiento, hay que conocer exactamente el tipo penal de la agresión; porque con frecuencia se culpabiliza a las víctimas o se les llama “mentirosas”. 

Por su parte, Lucrecia de Vásquez, Secretaría de la Mujer del Ministerio Público guatemalteco, confirmó que, en enero de este año, 60 mujeres perdieron la vida de manera violenta y que en 2020, se reportaban 20 denuncias diarias por violación sexual.

- Rosalinda Hernández Alarcón, periodista, Guatemala.