Entre lo deseable y lo posible

28/07/2020
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(133 días de confinamiento)

 

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La crisis de la pandemia tiene su natural repercusión en la crisis económica, que se manifiesta de manera concreta en forma de recesión y desempleo. Esta situación ha golpeado de diferente manera a la gente: muchos han tenido que regresar a las calles –algunos (sobre)viven en las calles—, aun a riesgo de su vida. Otros, sin ingresos suficientes que cubran las necesidades básicas de la familia,  pero que contaban con un empleo formal, han tenido que acudir a su ahorro para el retiro. Una especie de ahorro forzado dado el bajo nivel de los salarios, que apenas cubre un tercio del costo de la Canasta Básica.

 

El 22 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció reformas al sistema de ahorro para el retiro (SAR): 60 años, la edad mínima de retiro, la disminución de mil 250 a 750 en las semanas de cotización, el aumento de 5.15 a 13.87 por ciento en la aportación patronal a lo largo de ocho años y la disminución a 0.7 por ciento en las comisiones que cobran las administradoras del ahorro para el retiro (afore). Con ello, el 97 por ciento de los trabajadores tendrán derecho a una pensión digna.

 

Actualmente, 80 por ciento de los trabajadores tiene ingresos equivalentes hasta por cinco salarios mínimos y recibe al retirarse entre el 22 y el 30 por ciento de su último salario. Esta proporción aumentaría 40 por ciento para trabajador promedio y 70 por ciento para los de menores ingresos.

 

De esta manera, con la reforma, afirma el presidente, “van a recibir un poco más, desde luego quisiéramos pensiones más elevadas, pero es lo que se puede. Una cosa es lo deseable y otra lo posible”. Mejor, lo imposible, como planteaba el Che.

 

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—“¡Perfecto! –exclamó—. Ya se ve que aquí hay quien cuida, el ojo desinteresado que no duerme y pone las cosas chicas y grandes en su sitio, y no como en otros lugares reaccionarios donde unos perezosos, avaros, envidiosos (que falsamente se titulan revolucionarios) desbarajustan, revuelven y no dejan nada a los demás. Sépase que los presentes sin excepción, desde este mismo instante, pertenecemos a la Unión Patriótica de Defensa. En el Comité Ejecutivo dispuse una Secretaría de Relaciones a cargo del relojero Chucho Vivas, mi antiguo compañero de armas de Taipico. Esa Secretaría de Relaciones, no lo olviden, tendrá una sección que atenderá la propaganda y las reclamaciones de los peñamillerenses en Extoraz. ¡Libertad y adelante!”

 

(Juan de la Cabada. La tierra en cuatro tiempos. Fondo de Cultura Económica / Secretaría de Cultura del Estado de Campeche. México. 2016)

 

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¿No se dice que la política es el arte de lo posible? Naturalmente, hay negociaciones y acuerdos (incluyendo los que hacen en lo oscurito), además de los cochupos para que, al amparo del Pacto por México (?), se aprobara la (contra) Reforma Energética. Hay grandes empresas, como Odebrecht que tienen sofisticados departamentos o direcciones, no únicamente de cabildeo, sino abiertamente de sobornos. Corrupción de ida y vuelta, que en los libros contables (de doble fondo) se suman a los costos de producción, que finalmente se cargan al consumidor.

 

 “Pensiones: lo deseable murió para la 4T”. Así tituló Gustavo F. Leal, de la UAM-Xochimilco, su artículo del día siguiente, 23, publicado en La Jornada. Contrario al buen deseo de López Obrador, la iniciativa de reforma, no se traducirá en mejores o mayores pensiones y “sólo proyecta el problema hacia el futuro: patea el problema. Deja intacto, digo yo, la estructura del SAR, a favor de privatización de las ganancias, a partir del dinero del trabajador, que recibe, cuando más, migajas.

 

Un día antes, en La Jornada de Oriente, Arturo Huerta, del Posgrado de Economía de la UNAM, había tratado: “La crisis ahonda los problemas del Sistema de Ahorro para el Retiro”. Entre diciembre de 2018 y mayo de 2020, es decir, en lo que va del actual sexenio, los trabajadores han dispuesto de 19 mil 555 millones de pesos, revela el Comisión Nacional de Sistemas de Ahorro para el Retiro (CONSAR).

 

En 2017, había 3.5 pensionados por cada trabajador en activo, y con el desempleo (tres millones más al finalizar el año) esa proporción aumenta. Además de regresar lo que ha pedido (su dinero), el trabajador tiene que recuperar las semanas que ha estado en retiro o desempleado, para completar las semanas de cotización requeridas.

 

“De seguir la austeridad fiscal, las altas tasas de interés, como los tratados de libre comercio, se atenta sobre la generación de empleo formal, por lo que no hay viabilidad de que se pueda ampliar el número de población ocupada sujeta al sistema de pensiones”

 

Queda pendiente el uso discrecional, especulativo, de los ingresos de los trabajadores por parte de las afore, que cuando ganan, sólo ganan las afore y que cuando pierden, únicamente pierden los trabajadores. Es el viejo esquema de la socialización de las pérdidas

 

La apuesta de las autoridades es que los mayores recursos puedan canalizarse a obras de infraestructura. ¿Qué participación de los beneficios tendrán los trabajadores?

 

Llegar al extremo, en medio de la pandemia y recesión, de acudir a sus fondos de jubilación antes de su retiro, es también una preocupación en Estados Unidos, para los trabajadores, porque estamos en una época en la que es difícil recuperar el ahorro (Time, 7/22/2020). Esta situación afecta particularmente a los millenials, nacidos entre 1979 y 2000. El 33 por ciento de ellos ha acudido ya a su fondo de jubilación, en comparación al 15 por ciento de los que pertenecen a la Generación X y el 10 por ciento de los Baby Boomers (nacidos entre el final de la II Guerra Mundial y 1960). La mayoría de los recursos se utilizan para el pago de deudas, estudiantiles una parte, e hipotecas.

 

Las diferencias entre ellos son enormes: mientras el ahorro promedio de un millenial es de 23 mil dólares, el de la X Generation es de 64 mil dólares y el de un baby boomer es de 144 mil dólares.

 

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Las críticas al manejo de la epidemia en México, particularmente, difícilmente ocultan el hecho que, entre sus factores de riesgo sobresalgan la diabetes, hipertensión y sobre peso, asociados con la alimentación chatarra (junk food), cuya se presencia en el país se hizo más evidente con la apertura comercial, uno de los postulados de la doctrina neoliberal.

 

En la conferencia vespertina del 21 de julio, Hugo López-Gatell, subsecretario de Promoción de la Salud, puso el ejemplo de dos personas que fueran a la tienda más cercana, y qué encontraban primero: si una bolsita de papas fritas o una manzana…

 

En Siembra de concreto, cosecha de ira (Para Leer en Libertad. México. 2013), Luis Hernández Navarro afirma: “Durante años el modelo de comida rápida consumida en Estados Unidas y ‘exportada’ por conducto de sus franquicias fue un ejemplo de modernidad. Hamburguesas, pollo frito, malteadas, queso industrial y gaseosas (refrescos), fueron sinónimos de primer mundo y ‘juventud’. Hoy está claro que esa alimentación causa padecimientos –entre ellos obesidad— y altos índices de colesterol”.

 

México cuenta con el índice más elevado de obesidad infantil y el segundo lugar, detrás de Estados Unidos, en sobre peso entre adultos. Mucho se debe a la presentación de estos alimentos, además de su estrategia de comercialización. Y frente a las críticas, las empresas transnacionales que las fabrican, sacan productos light o zero, sin azúcar o bajos en grasa o calorías. Ni siquiera es suficiente la desaparición del Tigre Toño de la caja de las Zucaritas. El nuevo etiquetado de alimentos procesados, que debe estar listo a partir del próximo mes de octubre.

 

“Ahora que fui a Estados Unidos, hablando con el presidente Trump, le decía que era una vergüenza que Estados Unidos en el mundo y era también que México ocupara el segundo lugar en el mundo en obesidad; no alcancé a decirle, por cuestiones de dignidad y recato, que nuestro país tiene el primer lugar en obesidad infantil en el mundo”. Lo anterior lo informó el presidente López Obrador, en su conferencia mañanera del 25 de julio. Atribuyó a eso que ambos países estén sufriendo más de esa terrible enfermedad (Aristegui Noticias, 26/7/2020).

 

Lo anterior se puede inscribir en el concepto de pobreza alimentaria, que afecta desde los primeros años de la vida, pues vemos niños con sobrepeso y desnutrición, afirma Laura Montes de Oca, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. “La mitad de la población vive en pobreza, por lo que acceden a productos baratos y de bajo valor nutricional como botanas, refrescos y galletas” (La Jornada, 26/7/2020).

 

El 27 de julio en el mismo diario, Iván Restrepo nos recuerda: “La diabetes mellitus, nuestra causa de muerte con alrededor de 100 mil personas anualmente, 80 por ciento se vincula con la obesidad”. Los mexicanos consumimos un promedio de 215 kilos al año de productos ultra procesados.

 

Una semana antes, el 20 de julio, Restrepo se refirió a otra vertiente en el negocio de las refresqueras: el del agua embotellada, que dejó ingresos por 67 mil millones de pesos en 2017. Femsa-Coca Cola, extrae un millón de litros de agua para su planta refresquera en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y que “pagaba apenas dos mil 600 pesos al año por cada una de las 46 concesionarias de explotación de los acuíferos, mientras obtenía utilidades multimillonarias”.

 

Por eso, el presidente López Obrador subraya que la nueva normalidad implica la educación para la salud, una alimentación sana, no a los productos chatarra hacer deporte, darle mucha atención a la medicina preventiva.

 

Hay un libro, La guerras de las colas, que nos hablan, entre otras cosas, de las estrategias de ventas de esas aguas negras del imperialismo, que invade el campo político, en que a cualquier candidato se le presenta al público elector como si fuera uno más de los productos de supermercado.  

 

En Estados Unidos no hay mayor diferencia entre la Coca y la Pepsi, como la que existe entre los partidos Republicano y Demócrata. Y esta verdad de Perogrullo, en plena campaña electoral, se constata hoy entre Donald Trump, quien busca reelegirse, y Joe Biden, vicepresidente con Barack Obama.

 

Ya lo dijo Malcolm X: “Los liberales blancos son más peligrosos que los conservadores blancos; atraen al negro, y cuando el negro huye del lobo que gruñe, huye hacia las fauces abiertas del zorro sonriente. Uno es lobo, el otro zorro. No importa cuál sea cual, ambos te comerán”.

 

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El 22 de julio, el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hace un llamado a cuidar a los grupos vulnerables, que son los más golpeados por la(s) crisis, en términos de malnutrición (y hambre). En México, más de la mitad de las familias (55 por ciento) no tienen ingresos suficientes para una alimentación adecuada.

 

Al menos 40 millones de niños y niñas menores a cinco años perdieron un año vital en su educación preescolar, debido a la pandemia, por lo que “su desarrollo está bajo amenaza”. Lo anterior lo revela el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que alerta de los impactos del Covid-19 en la educación preescolar; y que también afecta a las mujeres, que son las que, mayormente, se ocupan del cuidado infantil (TeleSur, 23/7/2020).

 

El organismo internacional emite cuatro directrices para ser atendidas por los gobiernos: 1) una licencia parental pagada para ambos padres; 2) flexibilidad en el trabajo; 3) inversiones y capacitación en la fuerza laboral dedicada a la atención de los menores, y 4) sistemas de protección social que incluya transferencias de efectivo para familias trabajadoras en la informalidad.

 

Mientras el Banco Mundial pronostica que este año habrá 25 millones de desempleados en el subcontinente, López Obrador asegura que ya pasó lo peor de la crisis económica, y “no pierdo la fe, las esperanzas”. Sí, aumenta, pero cada vez menos. En su manera de sacar cuentas, mes a mes el desempleo ha ido a la baja, aunque en términos absolutos continúa subiendo: en abril se perdieron 555 mil puestos de trabajo; en mayo, 340 mil; en junio, 82 mil, y en lo que va del mes de julio, 27 mil.  Esto, únicamente en la economía formal, pues en el periodo neoliberal, reconoció López Obrador, crecieron mucho la informalidad y la migración, que funcionan como “dos válvulas para evitar un estallido social” (La Jornada, 25/7/2020).

 

En este ya de por sí contexto económico desfavorable, continúa el clima de inseguridad y violencia, que va por su tercer sexenio. Sólo hay que observar la violencia intrafamiliar, es decir, la que se ejerce contra niños y mujeres dentro del hogar, que continúa, a pesar de la buena fe presidencial y los llamados a la convivencia y solidaridad (¿qué tanto quedará con la NN?). El Quédate en casa ha sido, para muchas, un infierno.

 

En el primer semestre (enero-junio) de 2020, hubo 17 mil 182 homicidios dolosos y feminicidios (dentro y fuera del hogar), informa el Sistema Nacional de Seguridad. Sólo en feminicidios, en mayo hubo 73 y en junio, 99. Algunas cifras que me proporciona Estela Juárez, compañera de trabajo y amiga en El Día, hoy en Radio Fórmula.

 

Por su parte, Amanda Ramos, feminista y defensora de los Derechos Humanos, agrega la siguiente numeralia: cada día diez mujeres son asesinadas. Las llamadas de auxilio al 911, por violencia familiar, suman 155 por hora.

 

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En todas partes, sin que la pandemia se halle totalmente bajo control (el 23 de julio se reportó que en las últimas 24 horas hubo más de cien mil muertes en América Latina) y que todavía no haya una vacuna que la enfrente, parece que ya nos instalamos en el mundo post-virus, de regreso a la normalidad o la nueva, donde las cosas no serán como eran, comenzando por las relaciones sociales y con la naturaleza. En este aspecto, la educación y su espacio natural, la escuela, jugarán un papel esencial como corresponde al proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

El regreso a clases de manera presencial, más que por línea, como se hizo en los pasados meses, marcará verdaderamente el inicio de la nueva etapa. Ante el inminente ciclo escolar, hay discusión de cuándo y cómo, bajo qué condiciones, a fin de no afectar la salud de los niños y jóvenes, que no sólo tendrán que convivir entre sí, sino también con los adultos, comenzando por sus padres, que a su vez se habrán reintegrado a sus propias actividades. Ambos grupos, con los cuidados elementales, como el uso del tapabocas, la sana distancia y otras cosas.

 

Mientras tanto, la Sección XVIII de Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, la CNTE-Michoacán realizó, del 20 al 23 de julio un encuentro en línea del que salió la XVII Antología del Educador Popular, con textos que vinculan Covid-19 y educación, de cara a la inminente nueva normalidad escolar, en que el proceso educativo seguirá siendo a distancia, incorporando poco a poco actividades presenciales.

 

Boaventura de Sousa Santos, sociólogo brasileño, nos presenta cinco lecciones en torno a La cruel pedagogía del virus, en que establece las coordenadas desde donde tenemos que analizar la pandemia: “El tiempo político y mediático condiciona cómo la sociedad contemporánea percibe los riesgos que corre”. La presencia del virus hay valorarla dentro de la crisis ecológica, a partir de un modelo que privilegia la explotación ilimitada e irracional de los recursos, en abierta violación al lugar de la humanidad en el planeta. “No se trata de una venganza de la naturaleza. Es pura defensa propia”.

 

Observa que gran parte de la población no está en condiciones de seguir las recomendaciones de la OMS. El modelo neoliberal sometió a las áreas de la salud, educación y seguridad social a la lógica de la ganancia. “La brecha entre la economía de la salud y la salud pública no podría ser mayor”. El mundo post-crisis plantea más políticas de austeridad y mayor degradación de la salud pública.

 

Arturo Espinoza Maldonado aboga por una pedagogía del caracol que parte de Benedetti y Neruda, es decir, que permite “apreciarnos mutuamente educadores y educandos, descubrir las diferencias y la belleza en la fealdad como en la ‘noche de los feos de Benedetti’, fincar el puente indestructible de estrategia y táctica del mismo poeta, dejar el corazón en cada práctica escolar y sentir lo que Neruda escribió ‘amé lo que valía la pena’ y que no sea tan corto el amor, ni tan largo el olvido, refutando otro de sus versos”. Una pedagogía donde “le apostamos a perder el tiempo”, pues “el en aula se habla, se dialoga, los estudiantes y los maestros son pequeñas nubes cargadas de memorias que se movilizan en el cielo de la escuela conversando, un aula que se abre a la conversación como prioridad de descubrimiento entre los unos y los otros”. En la práctica, “saltar del cuaderno de Geografía a las veredas”.

 

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Con la discriminación y represión que persiste detrás del racismo, como fenómeno estructural, es decir, como parte sustancial del origen de Estados Unidos, vale hacer una lectura marxista. Para ello, regresaremos a Rosa Luxemburgo. A partir de la Introducción a la Economía Política, de RL, Ernest Mandel se remonta a la gestación del capitalismo, a los tiempos de la acumulación originaria, a partir del descubrimiento de América, en 1492, y la posterior conquista y colonización de las tierras, como si las hubiesen encontrado vacías y tuviesen derecho sobre ellas. En este sentido, la colonización (derivado de Colón) desembocó en el colonialismo, como sinónimo de ocupación, saqueo y explotación, lo que hoy sería una acumulación por despojo.

 

“Las comunidades primitivas no se desmoronan automáticamente. Su destrucción se lleva a cabo con mayor frecuencia a través del hierro y el fuego de los conquistadores, y este camino se traza no solo en la sangre de las víctimas sino también en la de los combatientes en resistencia. Las referencias de Luxemburgo al exterminio de los indios americanos por parte de los españoles (portugueses, franceses e ingleses), a la barbaridad de la esclavitud de los negros, al precio colosal que el colonialismo ha impuesto a la raza humana, suenan sorprendentemente actuales” (Monthly Review, 7/18/2020).

 

El Covid-19 es el Katrina de Estados Unidos, apunta Sarah Jaffe. Como se recuerda, el huracán Katrina destruyó a la emblemática Nueva Orleans (cuna del jazz) en agosto de 2005 y donde los principales afectados fueron los pobres y los negros, como lo son ahora. El capitalismo neoliberal, con su narrativa de No hay alternativa, “tuvo sus primeras grietas allí, cuando vimos varias personas atrapadas en los techos y otras refugiadas sin comida ni agua en el Centro de Convenciones y el Superdome”.

 

Lo peor del caso es que la administración Trump no tiene un plan que no sea “regresar a la gente al trabajo, cuando la pandemia aún está desenfrenada, es una receta para muerte en masa” (The Progressive, 7/22/2020). Y el 26 de julio, en un twetter, Donald Trump califica a los que se manifiestan como “anarquistas que odian nuestro país” (The Daily Beast, 7/26/2020).

 

Por eso, la gente se mantiene en las calles, protestando y construyendo una alternativa. “¡No llores, organiza!”, dijo el activista y compositor Joe Hill (1879-1915).

 


 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/208147?language=es

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