El gasto militar frente al gasto en salud: ¿construyendo sociedades seguras?
- Análisis
La pandemia generada por el SARS-CoV2, agente causal del COVID-19, ha hecho patente la poca preparación de las naciones del mundo para lidiar contra una enfermedad altamente contagiosa y mortal. Las miradas se han dirigido de manera inevitable a los presupuestos que los países destinan a la salud, a las políticas de salud pública, a los recursos humanos existentes para atender a los pacientes, a la cantidad de camas y hospitales disponibles, a la producción de insumos médicos, a los laboratorios de investigación biomédica, a la generación de vacunas, etcétera. No falta quien despotrica contra el gasto militar mundial y trae de vuelta un viejo debate que tuvo una gran resonancia durante la guerra fría: la relación entre el desarme y el desarrollo. Conforme a esta premisa, si los países gastaran menos en armas, ello beneficiaría invariablemente al desarrollo y, por ende, a la salud.
Empero, la relación entre el desarme y el desarrollo no es automática. Existen varios obstáculos para que esa vinculación se materialice. En primer lugar, los procesos de desarme emanados de tratados internacionales, son costosos. Demandan la contratación de expertos para verificar, monitorear o incluso desmantelar los sistemas de armamento. Los honorarios de estos especialistas, no son, en absoluto baratos. Por el contrario: el desarme conlleva riesgos personales, trátese de quienes verifican o inspeccionan que los países lleven a cabo el desmantelamiento de sistemas de armas prohibidas o limitadas ante los compromisos suscritos. También plantean peligros para quienes directamente trabajan en tareas como el desminado, la remoción de remanentes explosivos de guerra, u otros sistemas de armamento. Por lo tanto, el salario es proporcional al riesgo que enfrentan los expertos en te: CNN desminado o los inspectores que verifican que los laboratorios de armas químicas hayan sido desmantelados o bien que las potencias nucleares como Estados Unidos o Rusia hayan reducido los arsenales que poseen en los términos mutuamente pactados. Hay también otras consideraciones escasamente ponderadas como el confinamiento de los componentes desechados, la seguridad de las instalaciones que los albergan, etcétera.
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Fuente: Globalítika https://af6f3f45-e49c-4ab5-8df6-e08f3f8d962c.usrfiles.com/ugd/af6f3f_b7c4c6ad4a704ee2a0eb5717355a302b.pdf
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