No impuestos al trabajo, sí impuestos al capital

13/04/2020
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Contribución de los ricos cubriría USD 779 millones para la crisis autoinflingida

 

La propuesta presentada por el gobierno ecuatoriano el 10 de abril de 2020 para la recaudación de ingresos que permita solventar la crisis autoinflingida que atraviesa el país, como resultados de sus mismas decisiones en materia económica (autoemboscada fiscal), se pueden resumir en dos: i) contribuciones de las empresas que ganaron más de un millón de dólares con el 5% de su utilidad y; ii) contribución “progresiva” de los ciudadanos con sus salarios mensuales superiores a los USD 500, mientras los que más paguen serán los que tienen ingresos superiores a USD 50 mil.

 

En fin, se trata de un impuesto al trabajo. Estas, sin embargo, no son medidas que carguen el peso de esa crisis autoinflingida sobre las élites económicas del país, beneficiadas con una serie de acciones entre las que cuentan remisiones por deudas tributarias, no pago de impuesto a la renta (exenciones tributarias). En este análisis se demuestra que la contribución puede ser más alta al capital sin necesidad de extraer recursos de la clase trabajadora en forma de impuesto.

 

Si se considera a todas las empresas que presentaron su balance del ejercicio fiscal 2018 (último disponible) se observa que 10 074 tuvieron ingresos superiores a USD 1 millón. Sus ingresos acumulados superan USD 107 mil millones. Sus activos casi alcanzan los USD 97 mil millones. Su patrimonio asciende a casi USD 40 mil millones y su utilidad del ejercicio fue de más de USD 4.6 miles de millones. Una cifra ya viciada por los distintos mecanismos de elusión que operan las empresas, sobre todo aquellas que tienen los recursos económicos y sociales para utilizar paraísos fiscales. Por lo tanto, que su contribución sea del 5% implica que este va a ser de tan solo USD 234 millones y no los USD 500 millones que se están estimando.[1] (Para ver las empresas que deberían aportar dar click aquí).

 

Tabla 1. Estimación contribuciones de empresas no financieras de más de un millón de dólares de ingresos, 2018.

 

Fuente: Supercías.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE.

 

Por otra parte, en lo referente a las sociedades financieras se puede indicar que sus ingresos son superiores a USD 1 millón considerando las enormes cifras de ganancias de los últimos tres años y que en 2019 no solo no es la excepción sino el año en que más montos alcanzan. Así, se observa que 24 bancos tienen activos superiores a los USD 44 mil millones. Un patrimonio acumulado de más de USD 5 mil millones y una utilidad conjunta de USD 616 millones (Para ver datos de los bancos dar click aquí). En efecto, su aporte alcanzaría los USD 31 millones. Por lo tanto, si todas estas sociedades (financieras y no financieras) aportan, el total sería de USD 265 millones, una cifra muy inferior a los USD 325 millones pagados por concepto de deuda a los tenedores de bonos 2020.

 

Tabla 2. Estimación contribuciones de sociedades financieras (bancos), 2019.

 

Fuente: SuperBancos.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE.

 

En lo que a los salarios de las personas naturales, se estima recibir USD 125 millones de empleados públicos y USD 175 millones de empleados privados [2]. De tal manera que es clave comprender que se trata de un impuesto al trabajo. Por otro lado, en este punto se observa que se trataría de los ingresos gravables. Eso implica que al decil más rico de la población se le estaría eximiendo de alrededor de USD 568 millones vía gasto tributario. Así mismo, no se tiene en consideración la serie de mecanismos que los ingresos superiores a USD 50 mil dólares tienen para eludir el real monto de sus ingresos, una muestra de ello es que del total de socios accionistas de Grupos Económicos que en el año 2017 representan el 0,006% del total de la población ecuatoriana (971) y controlan el equivalente en activos a 1,63 veces el PIB nacional con USD 115 725 millones, existen 236 que registran cero ingresos. Por tanto, no estarían pagando nada en este pedido de contribución, mientras que los empleados -la clase trabajadora- con menores ingresos y sin posibilidades de ocultar sus ingresos si van a ver sus ingresos disminuidos como aporte.

 

En fin, se observa que los socios accionistas que ganan más de USD 50 mil mensuales es menor que los que declaran cero y su aporte total sería de USD 27 millones. Por lo tanto, el aporte total de los ricos sería de USD 292 millones a lo sumo. Ante esta situación y el grado de elusión fiscal, las alternativas tienen que estar destinadas a que sean los más ricos quienes solventen la crisis provocada por estos actores manejando la economía nacional.

 

Tabla 3. Socios-accionistas de Grupos Económicos en el año 2017.

 

Fuente: SRI.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE 

 

Tabla 4. Aporte de los socios accionistas de los Grupos Económicos

 

Fuente: SRI.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE.

 

Desde esa perspectiva se plantea que no sean los ingresos al trabajo, sino los del capital la principal fuente de contribución. De tal manera que se obliga a los sectores empresariales más ricos a ser los que aporten además de la utilidad del 5% con el 0,3% del valor de sus Activos y 0,2% del total de su Patrimonio, recaudándose en total USD 779 millones. Este monto es similar al que se pretende recaudar, pero afecta al capital y no al trabajo. Por tanto, así se puede solventar las necesidades de liquidez sin depredar a la clase trabajadora.

 

Tabla 5. Propuesta de aporte empresas con ingresos superiores a USD 1 millón, 2018.

 

Fuente: Supercías.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE

 

Tabla 6. Propuesta de aporte sociedades financieras (bancos), 2019.

 

Fuente: SuperBancos.

Elaboración: Instituto de Investigaciones Económicas-UCE.

 

En ese sentido, este el primer paso para solventar una crisis autoinflingida. No obstante, la decisión de que estos recursos sean administrados por el Estado capturado por la élite empresarial no genera garantías para que estos recursos se encaminen a la población más vulnerable y a reactivar la demanda efectiva y no como entrega de “ayudas” que apenas sostienen una vida no digna, como el bono de USD 60 que no cubre ni el 10% de una canasta básica. Ante ello es preciso otros mecanismos de direccionamiento de los recursos con vigilancias de otras instancias y no entes privados que pueden depredador estos recursos. De igual manera, es inimaginable que estos recursos solo se utilicen como una forma de adelanto para tener liquidez inmediata y que después sea devuelto a las empresas vía crédito tributario, desfalcando nuevamente al Estado tal como se hizo con la ley de fomento productivo y situando en el país en un laberinto sin salida. Así mismo y articulado a la contribución debe fortalecerse los mecanismos de limitación de fuga de capitales, pues el anuncio de las medidas es un incentivo para que las empresas saquen divisas con el uso de paraísos fiscales al exterior y no entreguen el aporte que les corresponde.

 

Notas

 

[1] Ver: https://www.expreso.ec/actualidad/economia/ocho-personas-manejaran-fideicomiso-fondo-nacional-emergencia-9041.html

 

[2] Ver: https://www.expreso.ec/actualidad/economia/ocho-personas-manejaran-fideicomiso-fondo-nacional-emergencia-9041.html

 

Fuente: https://coyunturaisip.wordpress.com/2020/04/11/no-impuestos-al-trabajo-si-impuestos-al-capital-contribucion-de-los-ricos-cubriria-los-usd-779-millones-para-la-crisis-autoinflingida/

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/205872?language=en

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