Investigaciones de anfibios y reptiles neotropicales en el I Congreso “Herpetología en América”
- Opinión
Con oportunidad de los 30 años de actividad científica y educativa de la Fundación Herpetológica “Gustavo Orcés” y el Vivarium de Quito se realizó en la Universidad de las Américas, UDLA, el I Congreso “La Herpetología en América” en noviembre pasado. En el evento científico participaron especialistas en anfibios y reptiles de Ecuador y de otros países, que expusieron sus más recientes contribuciones en las áreas de Biología, Manejo y Conservación; Medicina Veterinaria; Biotecnología; Taxonomía y Sistemática, y Educación Ambiental. Se presentaron 23 charlas magistrales, seis simposios, 32 trabajos libres y siete posters. Contó con la asistencia de 110 personas; 78 ecuatorianos y 32 extranjeros. La organización y coordinación del Congreso estuvo a cargo de Ana María Barragán, directora ejecutiva de la Fundación y de Ana María Velasco.
30 años de la Fundación Herpetológica y del Vivarium de Quito
La Fundación Herpetológica Gustavo Orcés es una Organización No Gubernamental privada sin fines de lucro, que tiene como finalidad la conservación de los anfibios y reptiles del Ecuador, mediante la investigación y educación; este elevado propósito lo ha cumplido a través del Vivarium que fue creado en 1989 por un grupo de jóvenes biólogos y conservacionistas liderados por Jean Marc Touzet.
El Vivarium de Quito es un Centro Especializado en el manejo y conservación de anfibios y reptiles ecuatorianos; mantiene una exhibición pública y un programa educativo para crear conciencia en la sociedad sobre las amenazas que enfrentan estos animales, eliminar el temor y creencias erróneas, especialmente sobre los reptiles, como se expresa en la misión y visión institucional. Es un minizoológico, con la mayor exhibición de anfibios y reptiles vivos (120 ejemplares de 40 especies diferentes, el 90% de la fauna ecuatoriana.
El 1 de diciembre de 1989 el Vivarium se abrió al público de Quito; ha impartido clases a 200.000 escolares, ha recibido a un millón de visitantes y a numerosos pasantes, estudiantes universitarios tanto ecuatorianos como extranjeros, para quienes la permanencia en el Vivarium fue un valioso contacto con los ejemplares vivos, a la vez que una motivación para tomar el difícil camino de la herpetología. Hace 30 años, los herpetólogos se contaban con los dedos de la mano –recordó Jean Marc Touzet-. Los científicos que laboran en el Vivarium realizan investigaciones, publican libros y artículos científicos en revistas especializadas, intervienen en eventos científicos en el país y en el exterior: La educación ambiental ha sido la línea fundamental de su trabajo, sin embargo desde hace varios años ha iniciado la cría de ranas marsupiales para la reintroducción en el hábitat natural. (1)
Breve visión de la Herpetología en el Ecuador
El Congreso de Herpetología permitió conocer el desarrollo de esta rama de la zoología en nuestro país. En las últimas décadas las investigaciones en este ámbito han tenido notable avance: varias universidades cuentan con grupos de herpetólogos de alta calificación, gabinetes y laboratorios dotados de equipos e instrumentos modernas de genética y biología molecular, con lo cual es posible completar los estudios los morfológicos, anatómicos, biogeográficos y ecológicos, a la vez establecer las relaciones evolutivas entre las especies tanto de anfibios como de reptiles de nuestra fauna. Se han iniciado también estudios de biotecnología para aislar biomoléculas con potencial aplicación médica en la piel de ranas de la Amazonía. Es preciso destacar las investigaciones del desarrollo de ranas marsupiales, que por más de 40 años realiza la Dra. Eugenia del Pino en la PUCE y por lo cual ha merecido el reconocimiento de la comunidad científica nacional e internacional.
Las investigaciones de anfibios y reptiles han superado a los de otros grupos de vertebrados, pues el número de publicaciones sobrepasan las 400, lo que es una evidencia la actividad de científica de herpetólogos de reconocida trayectoria así como de jóvenes que están incursionando con éxito en taxonomía y sistemática, distribución y ecología de anfibios y reptiles, y que trabajan en universidades, museos de historia natural así como en organizaciones privadas. Podemos decir con orgullo: habemus herpetólogos. Entre los 47 países de Latinoamérica el Ecuador ocupa un lugar preponderante en las publicaciones de ciencia animal, ecología, evolución, comportamiento y sistemática.
Destacados herpetólogos ecuatorianos como Santiago Ron y Omar Torres coinciden en que en los años recientes vivimos una importante etapa de descubrimientos de nuevas especies de anfibios y reptiles, pues el año 2019 se registran 624 especies de anfibios y 479 de reptiles. Como ejemplos de alta relevancia se debería anotar los descubrimientos recientes en las Galápagos: la iguana rosada en el volcán Wolf de Isla Isabela, la nueva especie de tortuga gigante de isla Fernandina Chelonoidis phantasticus, y nuevas especies de culebras. La Amazonía y en la región del Chocó ecuatoriano son dos regiones donde se han realizado más descubrimientos de especies particularmente en las primeras décadas del siglo XXI: nueva era de exploración y descubrimiento de especies.
El Ecuador se ha revelado como el país de mayor riqueza herpetológica, porque reúne en sus regiones naturales un conjunto de atributos ecogeográficos que son la clave de la diversidad de especies, en especial por la elevación de la cordillera de los Andes que dio origen a una infinidad de hábitats, lo que, a más de la temperatura y humedad, favorecieron la generación y el mantenimiento de la diversidad de la herpetofauna; por esto se discute ahora el “enigma de Humboldt” y se busca entender la causa global de los patrones de diversidad biológica en montañas.
La nueva taxonomía y nueva sistemática -con modernos métodos y técnicas de estudio- permiten reconocer especies polimórficas y homomórficas a base de estudios de genética molecular, remarcó Santiago Ron. Por otra parte la era de la información abrió nuevos espacios y posibilidades de información y comunicación científica, prueba de ello es el portal BioWebEcuador mantiene la PUCE, y dentro de él: FaunaWebEcuador. Los anfibios y reptiles fueron los primeros grupos en integrar esta base informativa -precisó Omar Torres-. El portal es de libre acceso y abrió una nueva forma de estudiar la diversidad biológica del país.
Son importantes además los esfuerzos por promover la conservación in situ y ex situ de anfibios y reptiles. Un capítulo especial merece el trabajo de investigación y conservación de los reptiles de Galápagos por el servicio del Parque Nacional Galápagos y la Estación Científica Charles Darwin; la Balsa de los Sapos, en la PUCE, la Fundación Jambato, Tropical Herping, entre otras instituciones que impulsan la investigación, la comunicación y divulgación a través de libros, revistas, guías de campo, videos… con el propósito de revelar el valor de existencia de anfibios y reptiles y su función en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas naturales.
Gustavo Orcés: zoólogo ecuatoriano con proyección internacional
Presentamos a continuación el perfil científico, y de las contribuciones a la zoología y fauna ecuatoriana del primer zoólogo ecuatoriano. (2)
La afición de Gustavo Orcés por la zoología empezó con los libros ilustrados que le regalaban de niño. Se interesó por las ciencias de la vida a partir de la lectura de temas de historia natural tanto en español como inglés y francés, idiomas que había aprendido en sus primeros años. Más tarde se dedicó a la Zoología, de manera autodidacta.
He aquí algunos encuentros afortunados:
El señor Jonás Guerrero le facilitó los primeros libros y orientaciones: “Guerrero tenía una buena biblioteca, fue un hombre enciclopédico, él me prestó el libro de Frank M. Chapman sobre la Distribución de las Aves del Ecuador.
“Hurgando en la vieja biblioteca de la Universidad Central - decía el profesor-, encontré algunos libros de Zoología. Descubrí los “Procedins” (actas) de la Sociedad de Zoología de Londres, desde 1830 a 1893. En esos volúmenes leí las comunicaciones de Charles Darwin sobre su viaje en el Beagle y tantas otras monografías científicas. Descubrí también otros libros de zoología. Entre ellos: Erpetologie Generale, de Constant Dumeril, Gabriel Bibron y Auguste Dumeril: Una historia natural completa de los Reptiles.
“Vino la época en que empecé a cambiar sapos por libros, pues descubrí que si les enviaba material de estudio, ellos me enviaban libros”. Con esta ayuda empezó a formar una excelente biblioteca; amplió sus conocimientos de morfología animal, taxonomía y zoogeografía y así abordar el estudio de la fauna del Ecuador.
Entre 1936 y 1943 realizó la primera identificación de las aves del Museo de Ciencias Naturales del Instituto Nacional Mejía, que fue su primer gabinete de trabajo. Recordaba Orcés: “Logré identificar ejemplares que pertenecían a unas 1.000 especies de aves ecuatorianas, de las 1.400 especies que se conocían”.
Por esos años conoció a los hermanos Olalla, quienes habían aprendido la técnica para colectar y preparar aves silvestres, con lo cual se convirtieron en proveedores del Museo de Historia Natural de Nueva York. Los hermanos Olalla le proveían de especímenes, principalmente de la Amazonía, con los cuales inició sus colecciones particulares de peces fluviales, reptiles, aves y mamíferos para sus trabajos de taxonomía.
Luego de este largo caminar: Gustavo Orcés logró un gran dominio de la zoología y de la fauna del Ecuador. En mérito a ello le invitaron a impartir clases en la Universidad Central (1940).
Cargos y funciones
Profesor del Instituto Superior de Pedagogía, más tarde: Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Central,
Profesor investigador del Departamento de Zoología de la Escuela Politécnica Nacional, (1946), para trabajar con la Misión Científica Francesa y colaborar con el Dr. Robert Hoffstetter en el estudio de las colecciones incautadas a Frans Spillman. Años más tarde se desempeñó como Director del Departamento de Biología de la Politécnica.
Profesor de Zoología de la PUCE.
Curador del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales (1983)
Título de Profesor
Gustavo Orcés, se desempeñaba como profesor, pero, no tenía título académico. Por esto, en 1957 la Universidad Central, en reconocimiento de su sapiencia, le confirió el título de Profesor Universitario, previa la sustentación la Tesis: “Clasificación taxonómica de los peces marinos del Ecuador” para lo cual debió identificar más de 2.000 ejemplares.
En expresión del profesor: “Logré hacer algo que nadie hubiera hecho, pues, ya había listas de peces de Panamá, de Perú, pero no de Ecuador”.
Aportes científicos
Entre los aspectos más relevantes de sus trabajos como zoólogo se destacan los siguientes:
Autor y coautor de 31 trabajos publicados en revistas científicas del país y del exterior, sobre taxonomía y zoogeografía de vertebrados del Ecuador.
Determinación y descripción de más de 20 nuevas especies de la fauna ecuatoriana, como autor o coautor: Anolis proboscis, Pipsas jamespetrsi. Y otras.
Formación de varias colecciones de fauna ecuatoriana: la colección ictiológica del alto Amazonas, que reposa en la Escuela Politécnica Nacional, es considerada una de las más completas del mundo; la colección de aves integrada por 3.400 ejemplares pertenecientes a 800 especies fue cedida al Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales; además de varias colecciones de mamíferos y reptiles que forman parte de museos del país y del exterior.
Colaboración científica con diversas personas e instituciones para realizar estudios sobre taxonomía y zoogeografía, entre los cuales se debe mencionar la colaboración en la obra de James A. Peters: Catalogue of the Neotropical Squamata, del Instituto Smithsoniano en 1970.
Asesoría a profesionales y a estudiantes ecuatorianos y extranjeros.
Por las importantes contribuciones a la zoología, el profesor Orcés ocupó un lugar destacado entre los zoólogos de América:
Su nombre está perennizado en 22 nombres específicos y subespecíficos de la fauna ecuatoriana, “por sus contribuciones al conocimiento de los vertebrados del Ecuador y por la orientación brindada a estudiantes e investigadores durante varias décadas”. En peces: Bathipotamichthys orcesi, Hemibrycon orcesi; en anfibios: Pristimantis orcesi; Eleuterodactylus orcesi, Hyla orcesi, Phyllomedusa orcesi, Atelopus orcesi; en reptiles: Anolis orcesi, Phenacosaurus orcesi, Echinosaurus orcesi, Ameiva orcesi; Atractus orcesi; en aves: Pyrrhura orcesi; en mamíferos: Icticyon orcesi, entre otros.
Viajes e invitaciones
En 1950 fue invitado por la Academia de Ciencias de California como observador científico de la Misión de estudios de biología marina que efectuó el barco oceanográfico de dicha academia en las costas de Perú y Chile, con ese propósito viajó a Lima y tuvo la oportunidad de trabajar varias semanas en el Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos.
En 1974 viajó a Washington por invitación del Smithsonian Institution para realizar estudios en las colecciones del Museo de Historia Natural.
En 1977 viajó a Europa por invitación oficial del gobierno de Francia, visitó museos de historia natural y zoológicos en París y Londres.
Condecoraciones al Mérito Científico por el Gobierno del Ecuador y por varias Instituciones de Educación Superior. El Museo de Historia Natural de la Escuela Politécnica Nacional lleva el nombre de “Gustavo Orcés Villagómez” en su honor; así como la Fundación Herpetológica del Ecuador que fue creada en 1989.
Testimonios de su trabajo científico:
“Mi mayor interés era poder describir el comportamiento, el género de vida y costumbres de los animales; pero, para ello era necesario identificarles y clasificarles taxonómicamente”.
“Me correspondió desarrollar las ciencias zoológicas en desde sus bases, partiendo de la formación de colecciones de aves, reptiles y peces de agua dulce y marinos; adquirir libros y revistas especializadas… Habría querido profundizar en el estudio de algún grupo, como los zoólogos de otros países”.
“He publicado poquísimo en revistas extranjeras. Y ello se debe a mi mal inglés. Traduzco bien inglés y francés. Pero mi inglés hablado no me entiende nadie; pero me sirve para hablar con los alemanes. Ellos me entienden mi inglés, y yo el de ellos”.
“Uno de los honores más altos es que mi nombre consta como coautor de la Herpetología Neotropical”.
"No soy biólogo, pero creo haber sido útil a los biólogos. He sido alguien que ha abierto trochas. Y las he abierto en condiciones muy adversas... He dejado alumnos que hoy son buenos investigadores". Con su ejemplo, varios jóvenes se formaron con zoólogos y ahora son destacados investigadores que laboran en museos de historia natural, zoológicos, vivarios, universidades…
Cuando le preguntábamos ¿Cómo se encuentra profesor Orcés? Decía: “Estoy todo lo bien que me permite mi fe de bautismo” (es decir, la partida de nacimiento en el Registro Civil).
El profesor Orcés falleció el 21 de marzo 1999, cerca de cumplir los 97 años, no pudo llegar al año 2000 como esperaba, pero nos dejó muchas lecciones de vida: como científico e investigador, su honestidad y su modestia; como ser humano su integridad moral, su rectitud de principios y convicciones, su palabra de honor; su generosidad y desprendimiento de las cosas materiales.
El cultivo de la ciencia es una escuela de moral; Gustavo Orcés Villagómez dio testimonio de ello durante su larga vida, que fue muy productiva y muy trascendente.
Notas
Vivariun de Quito, Av. Amazonas y Rumipamba. www.vivarium.org.ec; comunicación@vivarioum.org.ec
Extracto de la conferencia de apertura presentada en homenaje del profesor Orcés, por el autor de esta nota en el I Congreso de Herpetología, Quito, 2019.
Quito, diciembre 2019.
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