Un resumen necesario
- Análisis
“Ningún plan perverso del imperialismo podrá detener el nuevo camino que señalan los Pueblos de América Latina”
Hugo Chávez
Nos acercamos a las postrimerías del 2019, en medio de un escenario complejo que refleja la acentuación de la lucha de clases en nuestro Continente, trasversalizado por la agudización de la crisis del capitalismo, el recrudecimiento de las agresiones imperialistas y las renovadas luchas que retoman los Pueblos de estas tierras por sus reivindicaciones y su independencia. Ha sido un año de duras batallas que, al crisol de lo que el Comandante Chávez definió como una visión de optimismo para el fortalecimiento de la conciencia y la voluntad por el mundo nuevo, nos deben encauzar hacia la definitiva unidad latinocaribeña, tan necesaria para detener las pretensiones hegemónicas del enemigo común.
Los acontecimientos actuales en la región son expresión del conflicto gramsciano entre las viejas formas de dominación del capital y las nuevas corrientes liberadoras, el movimiento continental popular y revolucionario que se abre paso como única perspectiva para el establecimiento de lo nuevo, de la autodeterminación de los Pueblos decididos a no entregar su soberanía. No obedecen, como pretenden teorizar algunos pensadores reaccionarios, a la inexorable sucesión de ciclos que nos sentenciarían a permanecer, una y otra vez y sin importar las luchas y victorias populares, bajo el feudo del neoliberalismo y del mundo unipolar como única posibilidad de progreso y felicidad. Esa es la tesis que ha aspirado imponer la burguesía mundial, y que debemos refutar con convicción.
Este año próximo a culminar, las fuerzas progresistas y el movimiento popular continental han demostrado contundentemente que no le será fácil al imperialismo reacomodar y reinstalar sus políticas en lo que siempre ha considerado su patio trasero. La derrota del macrismo en Argentina es un claro ejemplo. El pueblo argentino se expresó con claridad: “no más neoliberalismo”, fue la consigna única que dio al traste con un gobierno servil al Fondo Monetario Internacional (FMI). Ya había sucedido un año antes, en México, con la victoria de López Obrador. Ambos Pueblos se manifestaron en sus procesos electorales contra las políticas de privatización y los recortes bruscos en la inversión social.
Pero la lucha no ha sido sólo electoral en este 2019. Con la movilización en las calles, otros pueblos se han declarado en rebelión permanente contra los gobiernos neoliberales. El pueblo chileno, asfixiado por casi medio siglo de dictadura y gobiernos de falsa democracia, salió a manifestar diariamente por sus reivindicaciones salariales y mejoras sociales. La fuerte represión del gobierno de Piñera contra los manifestantes ha dejado víctimas fatales y centenares de heridos. Sin embargo, no ha podido contener a la multitud que exige cambios profundos. Lo mismo ha venido ocurriendo en Ecuador y Colombia. También en Haití, nación hermana del Caribe, la Patria de Petión, golpeada hoy por las políticas antipopulares del gobierno presidido por el empresario Jovenel Moïse. Las haitianas y los haitianos, herederas y herederos de la sangre independentista de sus libertadores, han salido valientemente a luchar por sus reivindicaciones sociales. Vaya nuestra solidaridad con las hermanas y hermanos que hoy continúan batallando, aun a costa de sus vidas, contra estos gobiernos serviles al imperialismo norteamericano.
Bolivia, a la que me he referido ya en otros artículos, merece la atención especial de todas las revolucionarias y todos los revolucionarios. El golpe de Estado contra el compañero Evo, es una muestra de la escalada fascista que el poderoso imperio ha financiado (con más determinación en la administración de Donald Trump), para su dominación continental. Allí también se pone de manifiesto la voluntad del Pueblo boliviano por defender las conquistas obtenidas en los años de construcción del Estado Plurinacional.
Otras luchas son las que han debido mantener, todas de forma victoriosa, nuestros hermanos y hermanas de Cuba, Nicaragua y Dominica, contra los permanentes embates del imperialismo. También en nuestra Patria Bolivariana nos hemos mantenido incólumes, enfrentando contundentemente la guerra económica y mediática emprendida contra el Pueblo de Bolívar y Chávez, una agresión multifactorial que va desde los bloqueos comerciales hasta los intentos permanentes de golpe de Estado, que durante este año recrudecieron con el firme propósito de erosionar el proceso de liberación nacional, en transición al socialismo que estamos construyendo. ¡Ni la canalla mediática, ni la traición, ni los sabotajes al fluido eléctrico, ni los intentos de magnicidio, han detenido el curso de la Revolución Bolivariana que hoy conduce valientemente el compañero Presidente Nicolás Maduro!
Esa voluntad de nuestros pueblos tuvo varios espacios de encuentro en este año. Podemos mencionar, por ejemplo, la IV Conferencia por el Equilibrio del Mundo, celebrada en La Habana en el mes de enero; y el XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP) realizado en Caracas a mediados de año, espacio en el que luchadoras y luchadores de todos los Continentes confluyeron para articular fuerzas en torno a la conformación de una plataforma común de lucha y la definición de un plan antihegemónico y antiimperialista, que eche por tierra las intenciones de imponer la Doctrina Monroe, amparada en la alianza entre las oligarquías nacionales y el Departamento de Estado norteamericano. Estos foros resultaron ser otra victoria del movimiento revolucionario latinoamericano, caribeño y mundial, ratificándose el Consenso de Nuestra América como línea programática de lucha.
Las palabras del Comandante Chávez en septiembre de 2011 continúan haciendo el llamado: “Pueblos del mundo, el futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros; en la articulación de los pueblos mayoritarios del planeta para defenderse del nuevo colonialismo y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia”. Una frase que encierra la importancia de trabajar, en este año nuevo que está próximo a iniciar, en la unidad popular continental y mundial, desde todos los ámbitos, para edificar las bases sólidas del mundo que queremos.
En este Sentir Bolivariano, el último que compartiré con mis lectoras y lectores en el 2019, he querido plasmar de manera muy breve y principalmente, las luchas de los pueblos nuestroamericanos, en un año de grandes complejidades.
El 2020 debe ser igualmente un año de grandes batallas, de mayor entrega y compromiso. Un año también de esperanza, inspirada en la certeza de estar combatiendo diariamente para legar a las nuevas generaciones una humanidad en paz, en armonía, sin opresores ni oprimidos, sin imperios ni colonias.
Con Chávez seguimos gritando: ¡Aquí nadie se rinde, carajo!
@Adan_Coromoto
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