Las elecciones regionales entre los cambios y el tradicionalismo

24/10/2019
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Este domingo 27 de octubre se realizarán las elecciones regionales en Colombia que buscan la elección de 1.101 alcaldes municipales, 32 gobernadores departamentales, alcalde de Bogotá, un poco más de 500 diputados a las asambleas departamentales y más der 11 mil concejales municipales, son las elecciones más complejas que se realizan en el país.

 

Con toda razón se ha señalado que las elecciones territoriales no solo son las más complejas sino que en ellas se imponen realidades regionales y locales que no siempre corresponden a las lógicas de las disputas nacionales y a las adscripciones políticas que se presentan en el país. Y esto es lo que viene ocurriendo en este proceso electoral. Lo cual para el caso colombiano además se profundiza por la heterogeneidad estructural que caracteriza nuestra realidad económica y social. En la periferia del país como lo hemos señalado en otros textos la presente campaña ha trasladado a la campaña la disputa armada que se libra en territorios con una escasa presencia del Estado en que se libra una feroz disputa entre actores armados ilegales por el dominio territorial en busca de dominar las economías ilegales que hacen presencia en estos territorios, principalmente por el dominio de los cultivos de uso ilícito de coca y las consiguientes actividades del narcotráfico así como por la minería ilegal.

 

Esta disputa se profundizó en aquellos municipios en que durante decenas de años las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, ejercieron dominio territorial armado que no fueron ocupadas por las fuerzas del Estado cuando las guerrillas se concentraron en las zonas de concentración acordadas con el Estado como producto del proceso de negociación que las condujo al desarme y a un proceso de reincorporación a la vida civil y política. Allí la disputa política por el poder local también involucra a los actores armados que pugnan por el dominio armado en estos territorios que cubre a los 230 municipios que tenían una fuerte presencia de las FARC y en los que se ha asesinado al 65% de los 702 líderes y lideresas sociales, a la mayor parte de los candidatos asesinados y también a una parte de los 152 excombatientes que han sido asesinados desde la firma de los acuerdos de paz el 24 de noviembre de 2016 y que se ha recrudecido en los meses recientes en que se adelanta la campaña electoral.

 

 En muchos de estos territorios los candidatos tienen que asistir a reuniones con los actores armados ilegales para poder adelantar las campañas o deben restringir sus actividades, no solo a ciertas áreas geográficas sino también reducir sus propuestas o eliminar de las mismas ciertos temas que chocan con los intereses de los actores en disputa. Pero también se mezclan allí intereses de los terratenientes locales que no dudan en acudir a las amenazas o a la eliminación de líderes y candidatos que ellos ven como una amenaza para sus intereses. En estos municipios se entrecruzan todos estos intereses que se trasladan y hacen presencia en el proceso electoral en estos territorios. Las zonas que afrontan esta realidad con mayor intensidad se localizan en todo el corredor pacífico del país que compromete los territorios litorales de los departamentos del Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. También compromete a territorios de los departamentos del Putumayo, Guiania, la región del Catatumbo en el Norte de Santander y del departamento de Arauca, estos últimos en la frontera con Venezuela.

 

Otra realidad se vive en regiones como la Costa Atlántica, el caribe colombiano. En los siete departamentos que constituyen esta macro región Guajira, Magdalena, Bolívar, Cesar, Sucre, Córdoba y Atlántico, la realidad política nos muestra el dominio de clanes familiares que históricamente han usufructuado el Estado para su beneficio y que en el pasado se ligaron a actividades como el contrabando y más recientemente a las economías ilegales como el narcotráfico o economías legales de apuestas y juegos de azar.

 

En todos estos departamentos y en sus ciudades principales las elecciones están casi definidas entre clanes que se disputan el poder mediante la compra de votos, el uso del erario público con fines electorales sin que los sectores modernizantes y alternativos con la excepción del departamento del Magdalena hayan podido construir alternativas reales para la disputa del poder. Son clanes como las familias de los Araujo en el Cesar, los Char y Gerlein en el Atlántico, los Cotes, Vives, Díaz Granados en Magdalena, los Elías en Córdoba, los herederos de López Sierra y Kiko Gómez en la Guajira, para mencionar algunos de esos clanes que han construido su poder económico y político desde el Estado, es decir desde las alcaldías y gobernaciones donde manejan a su amaño la contratación y los recursos públicos para su beneficio, con actos de corrupción debilitando la esfera pública democrática y el interés público. Esta esfera pública es muy débil en estas regiones y la presencia de fuerzas democráticas y alternativas es muy débil, no alcanzan a construir alternativas que la población vea como viables para la transformación de esta realidad política. El dominio de estos clanes no es solo de los gobiernos sino del conjunto del aparato del Estado, ellos dominan el poder judicial, el ministerio público, que utilizan en contra de las fuerzas que se les oponen y cuentan casi siempre con el respaldo del aparato nacional del Estado para deshacerse de los incomodos y débiles opositores.

 

La excepción que se presenta en estas elecciones es la disputa por el poder en el departamento del Magdalena. Allí desde hace ocho años se constituyó un movimiento local primero con arraigo en la capital del Departamento la ciudad de Santa Marta en donde ganó las elecciones Carlos Caicedo Omar, un joven líder político al frente del movimiento Fuerza Ciudadana en el año 2011. Hizo un gobierno del Cambio notable y logró en las elecciones de 2015 repetir el triunfo con el actual alcalde Rafael Martínez. Este movimiento se perfila para volver a ganar con su candidata Virna Johnson que va adelante en todas las encuestas para la alcaldía de la ciudad. Y en esta ocasión Carlos Caicedo se ha postulado a la gobernación del Departamento desafiando de nuevo a todos los clanes familiares que han dominado y saqueado las finanzas y los recursos públicos de este bello departamento del país.

 

Este desafió ha sido sumamente costoso para el propio Caicedo y para los militantes de Fuerza Ciudadana que han sido perseguidos judicialmente, puestos presos Caicedo y el actual Alcalde Martínez, las fuerzas y clanes tradicionales con la activa participación de la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez ocuparon la Alcaldía de Santa Marta de la cual había sido apartado Rafael Martínez en plena campaña electoral utilizando como ya hemos dicho el poder judicial que se encuentra en sus manos, pese a toda esta persecución tanto Virna Johnson como Carlos Caicedo encabezan en todas las encuestas la intención de voto. Nada está garantizado pues los clanes también dominan el poder electoral y se ha advertido por parte de Caicedo el riesgo de un fraude electoral. El Magdalena da luces al resto de la región Caribe para derrotar a los clanes tradicionales que en el pasado reciente se aliaron con los grupos paramilitares, se requiere una fuerza política que presente reales alternativas de cambio, trabajo de base con las comunidades, líderes dispuestos a soportar las arremetidas del régimen y apoyo popular que se traduzca en votos y respaldo electoral, de eso se carece en los otros seis departamentos del territorio Caribe colombiano.

 

La disputa por el poder en las tres principales ciudades del país

 

En otros territorios del país se vive otra campaña política donde las disputas son más abiertas y en algunos de ellos como el caso de Boyacá y Nariño se viene de gobiernos alternativos que en estas elecciones no lograron mantener los acuerdos de Unidad como el caso del Departamento de Nariño en que las fuerzas alternativas han gobernado durante un largo periodo pero en esta ocasión no concurren de manera unitaria dada la fragmentación del campo del centro izquierda a nivel nacional y existe un serio riesgo de perder el poder frente a fuerzas tradicionales o el caso de Santander en donde la candidatura de unitaria del centro izquierda de Leonidas Gómez puede ganar.

 

En las tres grandes ciudades del país la situación no está nada clara. En la ciudad de Cali las intenciones de voto que miden las encuestas dan por delante a Jorge Iván Ospina del Partido Verde que logró que la mayoría del centro izquierda lo respaldara con la excepción del movimiento Compromiso Ciudadano que orienta Sergio Fajardo que prefirió apoyar al candidato por firmas el empresario Alejandro Eder. De acuerdo con las encuestas más recientes Ospina va adelante seguido por Roberto Ortiz, empresario del chance, que en las últimas semanas emprendió una campaña sucia con falsas noticias en contra de Ospina que reaccionó con una huelga de hambre en contra de esa campaña difamatoria que aparentemente fortaleció a Ospina y debilito a Ortiz. Allí todo el establecimiento económico se enfrenta a Ospina, el diario más importante de la región, El País ha arremetido contra la candidatura de Ospina sin ningún reato. A pesar de ello Ospina encabeza la intención de voto como ya señalamos.

 

En la ciudad de Medellín y el departamento de Antioquia fortín electoral del Centro Democrático las cosas no están claras para la Alcaldía de Medellín mientras que de acuerdo con las encuestas si lo estarían para la Gobernación de Antioquia donde el candidato multipartidista Aníbal Gaviria encabeza la intención de voto en todas las encuestas. El candidato del Centro Democrático está muy por debajo de Gaviria en la intención de voto.

 

La disputa por la Alcaldía de Medellín no está clara. Alfredo Ramos “el que dijo Uribe” arrancó con el respaldo de una buena parte de la clase política tradicional de la ciudad y con el apoyo del expresidente Uribe y a lo largo de la campaña fue sumando sectores de las maquinarias políticas tradicionales y en las primeras encuestas de campaña tenía un 40% de intención de voto que se ha visto seriamente disminuido en la medida en que la campaña fue avanzando. La sorpresa ante la fragmentación del centro izquierda, la dio la candidatura por firmas de Daniel Quintero un joven venido de los barrios populares, hecho a pulso, que fue escalando y de acuerdo con las últimas encuestas se encuentra en empate técnico con Ramos. Quintero en la medida en que fue ascendiendo en las encuestas ha sido objeto de una persecución implacable por parte del uribismo quien lo matriculó en las huestes del castrochavismo, amenazas de muerte que Quintero ha denunciado ante las autoridades, falsas noticias, en fin una guerra sin cuartel, pese a todo ello y a que las fuerzas del centro izquierda se presentan fragmentadas en torno a candidaturas que no tienen ninguna opción y que en vez de la unidad contra el mayor contradictor, se han sumado en ocasiones a los ataques contra Quintero, candidato que podría dar la sorpresa y darle un golpe certero a Uribe en su propio patio.

 

En Bogotá la suerte esté echada. Hay un virtual empate técnico en las encuestas entre la candidata del centro izquierda Claudia López y Carlos Fernando Galán a quien ahora apoya una buena parte de las maquinarias tradicionales que se han desplazado del apoyo a Miguel Uribe a brindarle por debajo de cuerda en alguna ocasiones o abiertamente como el caso de los candidatos al Concejo de la Ciudad por el partido Cambio Radical en el cual militó Galán hasta el año pasado aunque ahora quiera posar de independiente. Aquí la división que no se superó entre el centro y la izquierda representados en las candidaturas de Claudia López y Hollman Morris puede llegar a ser fatal pues por el medio de esta división se ha colado y crecido la candidatura de Galán. La división a estas alturas resultó inevitable. Los votos de Petro que son los que sustentan las aspiraciones de Hollman podrían hacer la diferencia y significar la derrota de Claudia López. Así estamos. Dependerá mucho del voto útil de la izquierda que ante la posibilidad de la derrota y ante los bajos pronósticos sobre la candidatura de Hollman decidan finalmente respaldar a Claudia López para cerrarle el paso al continuismo del nefasto e impopular alcalde Peñalosa del cual Galán fue su jefe de campaña. Eso esperamos.

 

Bogotá octubre 24 de 2019.

 

-Pedro Santana Rodríguez es director de la Revista Sur (Colombia)

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/202849
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