Las medidas de EEUU causan hambre y muerte a venezolanos, en busca de una capitulación

29/04/2019
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Foto: Rafael Stédile
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La realidad muestra que alrededor de 40.000 venezolanos murieron en menos de dos años como resultado de las sanciones ilegales de EEUU diseñadas para derrocar al gobierno constitucional de Venezuela y las pérdidas ocasionadas desde 2013 por las medidas coercitivas unilaterales de Washington ascienden a más de 114 mil millones de dólares.

 

Un estudio del que es coautor el reconocido economista Jeffrey Sachs, señala que “las sanciones apuntan deliberadamente a destruir la economía de Venezuela y, por lo tanto, llevar al cambio de régimen. Es una política infructuosa, cruel y fallida que causa graves daños al pueblo venezolano. Entre los resultados de las amplias sanciones económicas implementadas desde agosto de 2017, se estima que hay más de 40.000 muertes”, afirma el estudio, publicado por el Centro para la Investigación Económica y Política con sede en Estados Unidos.

 

Sachs es el Director de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y exasesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas., y es considerado como entre los tres economistas vivos más influyentes (según The Economist) y uno de los 100 líderes mundiales más influyentes (según Times).

 

Mientras, las pérdidas ocasionadas por las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Washington, desde el 2013 y hasta la fecha, ascienden a 114.302 millones de dólares. De ellos, 21.450 millones son de pérdidas ocasionadas por estas medidas unilaterales, los bloqueos financieros, los embargos comerciales, el robo de los activos de Citgo, los recursos que se dejan de percibir por ese acto de pillaje, el oro retenido en Inglaterra y los euros bloqueados en Euroclear.

 

Los restantes 92.852 millones de dólares, corresponden a lo que el país ha dejado de producir como consecuencia del ataque a la moneda, que además de inducir la inflación, también contrae los niveles de producción nacional, según informe de la Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos (Fundalatin).

 

La banca internacional mantiene bloqueado dinero de Venezuela: entre ellos se destacan el Banco de Inglaterra mil 359 millones de dólares; el Citibank 196 millones de euros, el London 453 millones de euros, el North Capital 238 millones de huros, el Novo Banco mil543 millones de euros, el Sumitomo 415 millones de dólares. Son cinco mil millones de euro pirateados.

 

Cediendo a las presiones estadounidenses para evitar el acceso de Venezuela a sus ingresos por exportación de hidrocaburos, la petrolera española Repsol suspendió temporalmente sus intercambios de productos refinados por crudo venezolano con la estatal Pdvsa. Repsol ha estado cobrando dividendos pendientes de sus proyectos en Venezuela mediante la recepción de crudo venezolano, que en parte intercambia por combustible enviado al país sudamericano, según la agencia Reutgers.

 

¿Hasta cuándo Catilina?

 

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones económicas este viernes al canciller venezolano, Jorge Arreaza, y anunció que continuará su ofensiva contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, "incluyendo a aquellos encargados de conducir la diplomacia"

 

Arreaza y la magistrada Carol Padilla fueron incluidos en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), informó el Departamento del Tesoro, y estas sanciones representan las principales penalizaciones impuestas por el gobierno estadunidense contra funcionarios venezolanos en los pasados cinco años.

 

La hipótesis con la que trabaja Washington es la de la destrucción, el caos y la balcanización de los estados-nación de la región. Venezuela se suma a la triste y lista de países agredidos por acciones bélicas, guerreristas y genocidas de Estados Unidos, como Irak, Afganistán, Libia y Siria.

 

En este caso no fue necesario enviar los portaviones y los destructores sino bastó un proceso perverso y acumulativo de sanciones y agresiones socioeconómicas, políticas, financieras y diplomáticas, combinado con la destrucción intencional del sistema eléctrico nacional, crearon las condiciones para sumar a la población nacional en una condición de guerra total contra un pueblo.

 

 ¿Escenarios de negociación?

 

Como en los casos de Nicaragua, Irán, Rusia, Cuba y Zimbabue, el gobierno de EEUU ha tomado medidas unilaterales contra Venezuela haciendo caso de los tratados internacionales y la propia Carta de la ONU, menoscabando su esencia multilateral, en su condición de garante de la paz y la seguridad internacionales.

 

 La guerra de Donald Trump y sus halcones es contra el multilateralismo –quizá por la ley del más fuerte-, para imponer sus intereses y los de las trasnacionales, para apoderarse de los recursos y riquezas de nuestros países.

 

En su desconocimiento al orden internacional, la administración Trump no ha firmado el Estatuto de Roma (Corte Penal Internacional), Protocolo de Kioto (ambiente), los tratados de armas nucleares y se retiró de la UNESCO. Ir por el camino del unilateralismo es en el autoconvencimiento de que detentan la hegemonía mundial, hipótesis que la realidad va desmintiendo día a día.

 

La estrategia de Washington, en relación a Venezuela, se ha estrellado contra la realidad: pese a los bloqueos, las sanciones, la piratería para apoderarse de los recursos del estado venezolano hambreando a la población, no ha logrado producir estallidos sociales que llevaran a la desestabilización final del gobierno y el caos, y ni siquiera el quiebre de la Fuerzas Armadas Nacional Bolivariana, alineada con el gobierno constitucional, que desvaneció el escenario de un golpe de Estado guionizado desde EEUU, con operadores internos..

 

La estrategia fue la de crear un presidente ficticio, que fracasó en todos sus intentos. Difícil hacer la tarea encomendada porque no tuvo jamás dominio de la población, ni de las instituciones: sólo tuvo el apoyo irrestricto del terrorismo mediático trasnacional y el apoyo, cada vez más tímido, de los gobiernos cómplices del plan estadounidense en la región y algunos de Europa.

 

Los venezolanos –oficialistas, opositores- tienen conciencia de que el único gobierno (bueno, regular, malo) es el de Maduro. La oposición no es el actor principal de la trama, sino el gobierno estadounidense, que sigue presionando no ya solo a Venezuela sino a cualquier país que mantenga relaciones políticas y comerciales con el gobierno constitucional. Pareciera que la única carta que le queda a Trump es una aventura militar, hipótesis que no gusta nada a los gobiernos (incluso los de derecha) de América latina y de Europa.

 

A sabiendas que es muy difícil que el Congreso le financie una aventura militar, Trump está pirateando las cuentas oficiales en el exterior, como las de Citgo (filial de Petróleos de Venezuela). Pero Venezuela cuenta con equipamiento militar ruso de última generación, en especial aéreo, que sería por donde EEUU agrediría (como lo hizo en otras regiones, básicamente por medio de drones, aviones no tripulados, misiles inteligentes).

 

Ya intentó entrar por tierra, pero ya Colombia y Brasil, se negaron. Y el pueblo estadounidense no está dispuesto a ver a soldados suyos en bolsas negras, por más que estén cubiertos por la bandera nacional..

 

El verso de la lucha por la democracia y la libertad es difícil de digerir. Es una muletilla que dejó miles de muertos (incluso estadounidenses) en Afganistán, Irak, entro otros países. No es casual que la derecha de la oposición venezolana haya usado el nombre de Operación Libertad para sus actos de sabotaje, terrorismo y desestabilización. Más allá de avasallar al enemigo, la guerra sirve también para imponerse en una negociación, con un gobierno debilitado (lo hizo en Nicaragua con la operación Irán-Contras en 1989 y otro bloqueo económico criminal).

 

Quien inicia una guerra espera triunfar para llegar con la mayor fortaleza a una negociación final. A las negociaciones se va fortalecido, debilitado o en equilibrio. A EEUU le gustaría que sus operadores negociasen con un gobierno debilitado, como lo hizo el sandinismo a la mesa en 1989, luego de la acción de paramilitares “contras” y de un criminal bloqueo económico.

 

La principal fortaleza de la oposición ultraderechista venezolana es el bloqueo económico y financiero de EEUU y sus esfuerzos (los de Washington) de imponer el imaginario colectivo de que el gobierno constitucional de Maduro es ilegítimo, que es un “dictador”. Las banderas esgrimidas desde enero, de la migración venezolana y de la “ayuda humanitaria” que intentaron ingresar sin éxito desde Cúcuta, pese a la oposición, precisamente, de los organismos humanitarios como la Cruz Roja y la Mendia Luna Roja.

 

Luego levantaron, en la ONU, la bandera de que Venezuela es una amenaza para la paz y seguridad regionales. Es parte de la escalada mundial para llevar al gobierno venezolano a una negociación, en condición de debilidad. A una capitulación.

 

Cabe recordar que en 2017, se instaló una mesa para diálogo en República Dominicana, con la mediación de los expresidentes Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá), un enviado especial del Papa, otro de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur, ahora vaciada) .

 

Cuando junto al presidente dominicano Danilo Medinalas partes estaban por firmar el acuerdo, Washington ordenó a la oposición abstenerse de hacerlo. Ahora, México lidera una instancia de negociación, el Mecanismo de Montevideo, al cual la oposición no ha atendido.

 

La elección de la administración Trump de Juan Guaidó, un dirigente de segunda línea del ultraderechista partido Voluntad Popular, que había sido largamente preparado en EEUU, logró invisibilizar a los otros liderazgos opositores del gobierno venezolano surgidos especialmente a partir de 2004, que hoy no tienen siquiera voz.

 

 La pregunta queda en el aire: si hay una posibilidad de diálogo, ¿con quién se sentará a negociar el gobierno? Se supone que la negociación debe ser entre partes venezolanas y no con liderazgos dirigidos y financiados por Estados Unidos. Demás está decir que, de producirse un diálogo, la facilitación o mediación será esencial, tanto en la elaboración de los puntos a negociar como en el desarrollo de las conversaciones.

 

Colombia trabaja para EEUU y Guaidó

 

Los “embajadores” nombrados por el auyoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó iniciaron una reunión privada en la capital de Colombia para diseñar una estrategia de presión, que incluya a Rusia y China, contra el gobierno de Maduro, quien acusó a la OEA de ser agente de Washington para impulsar una intervención militar en Venezuela.

 

El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, inauguró la primera reunión de representantes designados por Guaidó, y señaló que, "ustedes pueden contar, como lo han hecho, con la solidaridad, el acompañamiento y la acción sin descanso del gobierno de Colombia para crear condiciones que le permitan al hermano pueblo de Venezuela volver a vivir en democracia y libertad". Señaló además que su país intensificó sus acciones diplomáticas para estrechar el cerco contra el presidente Maduro, para "generar" un cambio.

 

- Álvaro Verzi Rangel es sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

https://www.alainet.org/es/articulo/199552
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