La ONU se presta para politizar las migraciones
- Análisis
En estos días aparecieron 700 migrantes en la frontera con Colombia. Cubanos, haitianos y africanos. Llegaron en grupos muy bien organizados por traficantes humanos que son pagados para que sus clientes lleguen a EEUU. A lo largo de los últimos años, el fenómeno se repite una y otra vez. Como política, el gobierno panameño sólo piensa subirlos a un bus y depositarlos en la otra frontera con Costa Rica. No hay inteligencia de dónde vienen y cuáles son sus características.
Mucho revuelo produjo la conferencia convocada por la ONU para que sus miembros llegaran a un acuerdo sobre las migraciones internacionales. El gobierno panameño se sumó sin reparos al documento que prepararon los expertos políticos. Algunos países rechazaron – entre ellos EEUU - la propuesta por considerarla lesiva a sus intereses nacionales. En la Conferencia no se analizó las causas de los desplazamientos de la población. Tampoco se consideró necesario que los países expulsores de población crearan los mecanismos para entender el fenómeno. La información la maneja exclusivamente los países industrializados y éstos son los que diseñan las políticas para su beneficio. Mientras que Europa, EEUU y Japón tienen políticas estrictas para atender las migraciones, los demás países tienen que someterse a las necesidades de mano de obra de los primeros. La conferencia de la ONU fue un reflejo de esta realidad que beneficia a los países que demandan mano de obra (barata).
Las migraciones son tan antiguas como la humanidad. Su estudio forma parte de la población. Si la natalidad supera la mortalidad y no aumentan los empleos, se producen las migraciones. Hace apenas un poco más de medio siglo la población que habita la Tierra entró en lo que se llama una ‘transición demográfica’. En los países más industrializados, la tecnología contribuyó a que bajara la tasa de mortalidad y, al mismo tiempo, la natalidad comenzó a disminuir (las mujeres comenzaron a tener menos hijos). La tasa de crecimiento de la población también comenzó a disminuir (en Europa se estancó y algo parecido ocurrió en EEUU). A la vez, la población envejeció al disminuir la mortalidad y también la natalidad.
En los países menos industrializados, la mortalidad disminuyó rápidamente (entre 1945 y 1965) pero la tasa de natalidad no comenzó a bajar hasta la década de 1970. Los expertos políticos sonaron las alarmas gritando que la Tierra experimentaba una “explosión demográfica” y que la civilización mundial estaba en peligro de sucumbir. Demógrafas como la panameña Carmen A. Miró – desde la ONU – desmintió a los políticos que pescaban en río revuelto. Carmen explicó en que consistía la “transición demográfica”: El desarrollo del capitalismo, que disminuyó la tasa de crecimiento de la población en los países más industrializados, tendría los mismos efectos en el resto del mundo. En el siglo XXI, EEUU, Europa y Japón –que iniciaron su transición demográfica más temprano- tienen el problema que escasea mano de obra para realizar todos los trabajos que requieren sus economías para generar riquezas.
¿Dónde pueden encontrar esos países industrializados la mano de obra que necesitan? Obviamente, en los países que apenas están iniciando la transición demográfica y que en el marco del crecimiento capitalista tienen una población sobrante. EEUU encuentra esa población al sur de sus fronteras: El Caribe insular, México y Centro América. Europa busca trabajadores en el Medio Oriente y África. El proceso, sin embargo, no es automático ni sencillo. Hay que provocarlo por la fuerza. Por ejemplo, Alemania necesitaba un millón de trabajadores para su pujante economía capitalista, sofocada por falta de mano de obra. En 2017 logró incorporar una masa de trabajadores, principalmente de Siria y de otros países del Medio Oriente, que resolvió, en parte, la escasez. Berlín trató de manipular su crisis para convertirlo en un problema europeo, obligando a los demás países que recibieran migraciones masivas. La operación política no resultó pero las grandes corporaciones alemanas lograron su objetivo.
EEUU y Europa tienen políticas de población que incluyen las migraciones. Saben lo que quieren y tienen objetivos a corto, mediano y largo plazos. Al año 2025 hasta fines de siglo o más. Panamá no tiene políticas de población. El gobierno ignora que estamos en una “transición demográfica”, ni sabe que efectos tendrán las migraciones sobre el país. Suscribe acuerdos internacionales porque es lo ‘políticamente correcto’. Primero hay que estudiar el problema y después se firman acuerdos.
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)
http://marcogandasegui2017.blogspot.com/
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