El Legislativo, protagonista del cambio

31/08/2018
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Desde 1994, cuando el Revolucionario Institucional obtuvo 320 diputados en la 56 Legislatura –con Ernesto Zedillo como presidente electo y Carlos Salinas despachando en Los Pinos en medio de crímenes políticos y religiosos–, 24 años después de que la mayoría priista de apenas tres años, el miércoles 29 Morena quedó colocado en un sitio inalcanzable con 247 diputados, a cuatro lugares de la mayoría absoluta, sin contar los escaños de los partidos Encuentro Social (31) y Del Trabajo (29), los que son sus aliados.

 

Acción Nacional quedó situado como segunda fuerza con 80 diputados y el PRI en tercer sitio con apenas 47. Gracias al sorpresivo desplazamiento de representantes del PES y del PT hacia Morena, los que figuraron como posibles fuerzas legislativas numerosas a pesar de que en el caso del primero está en proceso de liquidación por la pérdida del registro electoral, suscitó el escándalo de la “izquierda moderna”, como la hoy senadora Patricia Mercado, porque Andrés Manuel López Obrador –aseguró– “será el responsable” del fortalecimiento de la “ultraderecha”. El numerito no convenció ni a los muy disminuidos Chuchos, donde reconfirman que Jesús Zambrano no será senador.

 

Cuentan los reporteros Néstor Jiménez y Roberto Garduño: “Entre los asistentes surgió la sorpresa al darse a conocer (por la Secretaría General) que Morena no sólo tenía 191 diputados, sino que el número se incrementó a 247”. Y los legisladores morenos “exultantes y eufóricos, emitieron desde la burbuja un coro que retumbó en el salón de plenos. ¡Es un honor, estar con Obrador! ¡Es un honor, estar con Obrador!”

 

Aparte están los diputados del Movimiento Ciudadano (28), PRD (20), PVEM (16), y dos sin partido por la vía plurinominal.

 

El Senado también fue instalado el mismo día y está integrado por 55 legisladores de Morena de un total de 128, lo que llevó a Ifigenia Martínez, presidenta de la mesa de decanos, a postular desde la tribuna senatorial que “se tiene por primera vez un Congreso manifiesta y mayoritariamente de una izquierda democrática”. En Reforma e Insurgentes los panistas cuentan con 23 asientos y los priistas apenas con 15. Ocho el PES, Ocho el PRD, siete el PVM, siete MC, seis el PT y uno Nueva Alianza.

 

La impresionante fuerza de Morena en la Cámara de Diputados que presidirá Porfirio Muñoz Ledo –justamente 30 años después de que protagonizó la primera interpelación a un presidente, Miguel de Madrid Hurtado, durante la rendición del VI Informe de Gobierno–, y Martí Batres el Senado, coloca al partido más joven y vigoroso del país en una situación irrepetible para impulsar lo que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador denomina cuarta transformación de México, pero desde el Legislativo

 

Transformación que para ser tal es indispensable que transite en ambas cámaras por los caminos del debate, el diálogo y la negociación, sin el uso y abuso de las arcaicas imposiciones del priismo tecnocrático y neoliberal, pero no por ello menos dinosáurico como mostró Emilio Gamboa, a pesar de sus anuncios televisivos con palabrería “dominguera”, en un exceso que parecía referirse a un país escandinavo. “Las perspectivas de futuro”, decían una y otra vez, como si existieran las del pasado. La grandilocuencia en el lenguaje nunca sustituye las obras, los hechos, y Gamboa Patrón no lo entendió.

 

Batres Guadarrama lo entendió muy bien, al comprometerse a buscar que el Poder Legislativo “sea un gran protagonista del cambio político en México, en un contexto de división de poderes y libertades” Que así sea.

 

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