Para Venezuela el asesinato; en Nicaragua, rasgarse las vestiduras

10/08/2018
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El telón se levantó antes de que los actores acabaran de acomodarse, vimos -sin máscaras- a cada uno de ellos corriendo de un lado para el otro, buscando ubicaciones tratando de dar su mejor imagen al público; demonios y generales, curas con obispos y los verdaderos propietarios del espectáculo: banqueros, petroleros, buitres del dinero virtual y los más patéticos de todos, los izquierdistas arrepentidos.

 

El intento de Magnicidio. Dos drones equipados con explosivo plástico C4 dirigidos contra Nicolás Maduro y destinados al asesinato de varios centenares de militares y civiles miembros del gobierno o simples espectadores. Es decir, asesinar al Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y parte de su Gabinete y Alto Mando Militar, además de otros soldados y civiles. Esto ya no es un golpe blando, es una declaración de guerra, que solamente la prudencia y habilidad política de la Dirección Bolivariana han logrado manejar en el marco de la legalidad y el orden constitucional. Los grandes medios de comunicación internacional y los medios locales hablan de “supuesto atentado… aparente magnicidio…al parecer…autoatentado…” y lo que es muy triste, la izquierda arrepentida dice que Maduro es capaz de inventar todo esto para mantenerse en el poder y “profundizar la represión” contra la oposición. Nada podemos hacer contra la ceguera voluntaria o peor aún, con ningún argumento podemos convencer a ex compañeros que ya optaron por la alianza con la política imperial de los EEUU.

 

La terrible alienación que producen los dueños del poder hace que los pobres se alinien con los ricos y terminen de carne de cañón de sus intereses, disculpando lo prosaico que esto pueda parecer. El inicio de la violencia armada se ha dado desde el golpe en Honduras, pasando por el asesinato de campesinos en Paraguay y avanzando hacia las Guarimbas en Venezuela y Nicaragua (recordar bombas y disparos contra policías y asesinatos de civiles) pero hoy tiene ya un elemento de terrorismo nuevo: el magnicidio.  Quien se lució en este momento, es el presentador de TV de Miami, Jaime Bayly, que tiene la versión oficial de la ultraderecha y dice textualmente en su programa del lunes 6 de agosto, “Hubo un atentado contra el dictador Maduro, lamentablemente fracasó” (*ver YouTube Jaime Bayly 6 de agosto). Cita gente de sus amistades y se compromete a ayudar al financiamiento inclusive ofreciendo un tercer dron. Por supuesto es una evidente muestra de complicidad en el intento de asesinato pero, supongo que su tono ligero y superficial y el lugar desde donde habla, lo dejarán impune ante la justicia estadounidense. Es el inicio de la guerra declarada. Sólo la serenidad y sabiduría revolucionaria y popular pueden impedir el desarrollo del conflicto.

 

Rasgarse las vestiduras, un poco más al norte en Nicaragua, han regresado, hoy por hoy, días de tranquilidad. La Iglesia conservadora, ha jugado en los meses pasados un papel golpista y esta definición no es el fruto del apasionamiento pro Sandinista. Es el resultado de ver los programas de TV, de leer los artículos de La Prensa, de escuchar los programas radiales (ver La prensa y resúmenes de CNN sobre Nicaragua) donde algunos Obispos, sacerdotes y pastores llaman al derrocamiento del gobierno del FSLN. La Senadora Ileana Ros-Lehtinen, representante de los halcones desde hace algunos lustros, se ha erigido en la principal vocera de la derecha de Nicaragua  pide las más duras sanciones contra el país y contra personas vinculadas al gobierno, a la Asamblea Nacional, entre ellas dos hijos de Daniel y Rosario.

 

Como si fuera poco Mike Spence, vicepresidente de los EEUU llamó al Secretario de Estado del Vaticano a expresar su profunda preocupación por Obispos y sacerdotes nicaragüenses. Ex sandinistas se alegran de ello, unos muy resentidos y despechados; otros con cierto tonito rosa de rubor, pero todas y todos en alianza con la derecha, aliviados de que EEUU se preocupe por ellas y ellos. Todas y todos rasgándose las vestiduras en público, (no sé qué dirán en privado sobre las iglesias) porque el Comandante Daniel Ortega (Presidente Constitucional de Nicaragua) se atrevió a tildar a algunos sacerdotes y Obispos de golpistas. Esta Iglesia Católica sigue expresando sus propias contradicciones históricas, los que están con la opción por los pobres y aquellos que están en contra de esa opción. No es posible estar con Dios y con el diablo, por muy Obispo que seas.

 

Las líneas rojas

 

Hay líneas que no se pueden transgredir y la más clara es la que nos divide del pro o el anti injerencismo estadounidense (digamos antiimperialismo sin temor). El salto al abismo que significaría aceptar la salida violenta y antidemocrática sea en Venezuela, sea en Nicaragua, será el inicio de las guerras en Nuestramérica. El día de hoy, Colombia se inaugura con su Presidente Iván (el terrible) Duque que anuncia la salida de UNASUR y con ello renuncia al lema maravilloso de “territorio de paz”.

 

El modelo de invasión a Libia se quiere aplicar con la misma receta y está en camino. Ya hay periodistas (Bayly, Poleo, Palacios y una larga lista) que llaman rebeldes a los terroristas venezolanos; ya están las organizaciones humanitarias alrededor de Venezuela, unas para recibir migrantes, otras para prevenir las masivas fugas de civiles en caso de ingreso de tropas extranjeras por las fronteras. La OEA cumple con fidelidad su papel de abanderada de la diplomacia de la política exterior de Trump. La Organización de Estados Americanos ha designado un grupo de trabajo para que viaje al país de Sandino, y el Embajador de los Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, ha dicho que en territorio nicaragüense podrán colaborar mejor para adelantar las elecciones (colaborar con quienes, si ya hay una Constitución que pone fecha exacta a las elecciones). Por supuesto el Gobierno Sandinista ha rechazado esta presencia.

 

Hemos luchado décadas por conquistar la democracia y la unidad Regional. Cada país nuestro ha puesto miles de muertos, de presos, de torturados, de exiliados. Niños secuestrados, mujeres violadas, abuelas buscando a los nietos, madres buscando a sus hijos, combatientes, dirigentes sindicales, dirigentes campesinos e indígenas asesinados. Conquistamos espacios democráticos con Chávez, Kirchner, Evo, Correa, Lugo, Mujica, Bachelet, Zelaya, Sánchez Cerén, Daniel, Fidel, Raúl, Maduro. Pero y sobre todo, conquistamos espacios con la lucha de nuestros pueblos y hoy con gran velocidad y pérfida capacidad operativa, “la restauración conservadora” (como la llama Rafael Correa) ha logrado triunfos en varios de nuestros países. Entre estos triunfos está la desaparición (o casi) de UNASUR y la minimización de la CELAC que pudieran intervenir en detener la política imperial. Pero, como se sabe, el Gran Capital y la violencia van de la mano y no están satisfechos con lo logrado, no les basta tener los gobiernos. Saben que para mantenerlos necesitarán mucha cárcel y represión y como si esto fuera poco, quieren inaugurar la guerra en el Continente.

 

Venezuela y Nicaragua serán los primeros escenarios, según lo planean. Colombia ha ingresado a la OTAN y Macri ha vuelto a querer poner al ejército en las calles. No es alarmismo ni son presagios de mal agüero, si no aprendemos igual de rápido que la derecha, volveremos a periodos serios de oscurantismo. Repetir mil veces lo mismo es, en este caso, indispensable, todos movilizados en las calles por las reivindicaciones locales, nacionales y regionales, que las políticas sociales y la redistribución de la riqueza nos unen cada vez más. Las organizaciones a recuperar el espacio de las ideas y la hegemonía en los discursos en contra del neoliberalismo. Los pueblos -todos nosotros- movilizados en las calles hemos detenido al golpismo en Venezuela y al golpismo en Nicaragua.

 

Recuperar la iniciativa contra la restauración conservadora conquistando la restauración democrática. Todas las fuerzas democráticas deben pronunciarse y actuar en contra de la guerra, en defensa de Venezuela, en defensa de Nicaragua. No hay paños tibios, ni vestiduras para rasgarse, ni opciones de alianzas contranatura con los cantos de sirena del imperio y sus emisarios locales.  Hoy la tarea es evitar la guerra en Venezuela y en Nicaragua que se extenderá inevitablemente a Nuestramérica. Solamente en ello debemos de pensar y por ello actuar. En cada uno de los dos países se deberán hacer autocríticas y reformas. En el uno, en todo aquello que es materia económica que evidentemente no ha tenido éxito; en el otro, la participación ciudadana y el fortalecimiento del poder popular democrático y efectivo, debe ser la respuesta a las grandes movilizaciones rojinegras que supieron responder a la contrarrevolución.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/194658
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