Paraguay: ¿Por qué se sublevó general Oviedo?
- Opinión
La pugna por controlar el Partido Colorado (oficialmente llamado Asociación Nacional Republicana), lo que su vez otorgaría el pasaporte para acceder a la primera magistratura del Paraguay, se encuentra en el trasfondo de la última crisis
En efecto, el presidente Juan Carlos Wasmosy, el general Lino Oviedo y el dirigente José María Argaña, desde hace algún tiempo se disputan el control de este partido que fue el que le dio el sustento social a la dictadura de Alfredo Strossner (1954—1989) en base a un engranaje de contrabando, corrupción y repartición de cargos públicos y prebendas. (Ver ALAI, No 176, 16—8—93).
La intentona golpista del jefe del Ejército, general Lino Oviedo, del pasado 22 de abril, se originó luego de que el presidente Wasmosy se negó al pedido de Oviedo en el sentido de que se postergue, por sexta vez, las elecciones internas del Partido Colorado, hasta que el militar pudiera encontrar un candidato más apto para enfrentar a José María Argaña. Oviedo y Argaña aspiran a la candidatura presidencial por el partido gobernante para las elecciones de 1998.
El presidente Wasmosy inmediatamente dispuso el relevo de Oviedo como jefe del ejército, sustituyéndolo por el general Oscar Rodrigo Díaz. Oviedo se atrincheró en la primera División de Caballería, que cuenta con la mayor división blindada de las fuerzas armadas, y amenazó con bombardear el palacio de gobierno si no renunciaba Wasmosy y su vicepresidente, Ángel Seífart, para que la titularidad del Ejecutivo sea asumida por el presidente del Congreso, Milciades Casabianca, del opositor partido Encuentro Nacional.
La reacción a la intentona golpista no se hizo esperar. Miles de jóvenes salieron a las calles y se mantuvieron en vigilia rechazando la intentona golpista, mientras a nivel internacional, Estados Unidos, los países del MERCOSUR y la OEA expresaban su respaldo al presidente Wasmosy.
Una noche en la Embajada
Ante la amenaza de un ataque de Oviedo y sus hombres, Wasmosy abandonó el Palacio de Gobierno en la madrugada del 23 de abril y prefirió ponerse a buen recaudo en la embajada de Estados Unidos. La salida a la crisis fue alcanzada con la mediación de Domingo Laine, dirigente del opositor Partido Liberal Radical Auténtico, mediante el cual Oviedo aceptaba retirarse del servicio activo a cambio de ocupar el Ministerio de Defensa.
El arreglo del presidente Wasmosy con Oviedo, sin embargo, fue recibido como una bofetada por los paraguayos y especialmente por los jóvenes que se habían jugado en las horas más difíciles y habían sufrido la agresión de los seguidores del general golpista. Miles de personas se manifestaron por el procesamiento de Oviedo y por el enjuiciamiento político del presidente.
Ante la presión externa e interna, Wasmosy dio marcha atrás: incumplió su promesa de nombrar a Oviedo como ministro de Defensa porque "entendí que por encima del compromiso que había asumido, la voluntad popular es a la que debo acatamiento", según palabras del mandatario.
Mientras el gobierno de Estados Unidos y la Comunidad Europea expresaban su apoyo a la decisión de Wasmosy, Oviedo organizó un pequeño mitin en el "Linódromo“, un lujoso recinto que mandó a construir para los desfiles militares, en el que rechazó los calificativos de golpista e insurrecto.
El general Oviedo participó en el derrocamiento del dictador Strossner y en 1993, apoyó la candidatura del actual presidente Wasmosy, quien disputaba la nominación con otro candidato colorado, Luis María Argaña.
Oviedo fue clave en el triunfo de Wasmosy: personalmente organizó el fraude que le permitió ascender al poder al actual presidente, según varias denuncias. Sus afanes de poder, sin embargo, lo distanciaron de Wasmosy. A través de acciones cívicas y asistencialistas del ejército, Oviedo ha venido realizando su campaña proselitista entre los grupos campesinos. Oviedo posee una fortuna calculada en 100 millones de dólares, cuyo origen es inexplicable dado el sueldo que percibe.
Se afianza Argaña
Una de las consecuencias de la intentona golpista, es el afianzamiento del control del Partido Colorado, por parte de Luis María Argaña, ex-funcionario y amigo del ex—dictador Alfredo Strossner, exiliado en Brasil.
Argaña, en las elecciones internas del 28 de abril, se impuso al ex-presidente del Partido Colorado, Blas Riquelme, considerado el hombre de Oviedo, y a Angel Seifart, vicepresidente de la República. Argaña, en el marco de su estrategia electoral, ha criticado, en varias ocasiones, a las políticas del presidente Wasmosy, en especial en lo que tiene que ver con el Mercado Común del Sur y las privatizaciones.
Tras este revés, el general Oviedo anunció la creación del movimiento político Unión Nacional de Colorados Éticos (UNACE) con el que participará en la contienda presidencial de 1998.
El senador Alfredo Jaegli, dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico, la segunda fuerza política del país, expresó que el retiro de Oviedo marca un hito histórico en el Paraguay, pues con esto "se terminaron 60 años de militarismo y recién comienza un proceso democrático en nuestro país".
"El único general que podía hacer algo contra el proceso democrático en Paraguay era Lino Oviedo. Los que quedan, creo que van a ir pasando a retiro y se van a institucionalizar las Fuerzas Armadas, como ha ocurrido en otras partes de América Latina", agregó Jaegli.
El desgaste que ocasionan las pugnas internas del Partido Colorado, podría ser capitalizado por fuerzas políticas de oposición como el Encuentro Nacional, liderado por el carismático intendente de Asunción, Carlos Filizzola, que tratará de captar las simpatías de la juventud que jugó un importante papel en la crisis de finales de abril.
Trabajadores contra Wasmosy
Cuando la crisis militar se había ya superado, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, que agrupa al 70% de los trabajadores sindicalizados, y la Central Nacional de Trabajadores, CNT, cumplieron una huelga nacional el 2 y 3 de mayo a la que habían convocado semanas atrás.
Con cierre de carreteras y paralización de actividades, los trabajadores se pronunciaron por alzas salariales, por la renuncia del presidente Wasmosy, por la convocatoria a un referéndum sobre las privatizaciones y la salida del ministro del Trabajo, Juan Manuel Morales, quien en los días de la crisis militar, había calificado a los trabajadores de "oviedistas civiles".
"Con Wasmosy en el gobierno no existen garantías para un proceso limpio de privatizaciones por el alto grado de corrupción de este empresario- presidente que está permanentemente autocontratándose" señaló Alan Flores, dirigente de la CUT.
Las centrales sindicales cuestionan la legitimidad del régimen de Wasmosy, tanto por las sospechas del fraude cometido en su elección como por las acusaciones de que Wasmosy se enriqueció en la construcción de la represa de Itaipú.
Durante la huelga, fueron tomados presos Alan Flores, presidente de la CUT, y Eduardo Ojeda, dirigente de la CNT, al igual que otros treinta trabajadores. Los sindicatos amenazaron con suspender los servicios de energía eléctrica y agua potable sino eran liberados los dirigentes sindicales, demanda que consiguieron inmediatamente.
La policía arremetió contra los trabajadores que intentaban cerrar las vías de acceso a Asunción, provocando 24 heridos, entre manifestantes y periodistas.
Publicado en el Servicio Informativo Nº 232, ALAI, 10-05-1996, Quito.
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