Primera evaluación de los resultados de los comicios y escenarios post electorales

22/05/2018
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No se es libre impunemente” Simón Bolívar.

 

Análisis van y análisis vienen con respecto a los resultados de los comicios del pasado domingo. Y evidentemente este servidor desde el momento de conocidos los resultados, tenía sus primeras apreciaciones y conclusiones sobre esta contienda, pero decidí esperar a la publicación de los mismos por parte del CNE, y cotejarlos con otros procesos electorales, a fin de tratar de hacer un análisis lo más cercano a la objetividad.

 

Lo primero que debo señalar en estas apreciaciones es que el análisis de lo sucedido en el país el domingo 20 de mayo de 2018 con el triunfo de Nicolás Maduro y del Frente Amplio de la Patria no es tan simple, puesto que hay muchas aristas y hay diversas maneras de ver estos resultados. En estas primeras apreciaciones haré un bosquejo general, y en próximos artículos y en la medida de lo posible, trataré de dar mayores detalles.

 

No hay nadie más crítico de la gestión del propio Hugo Chávez y de Nicolás Maduro que este servidor de ustedes. No obstante, no se pueden hacer análisis cuantitativos de las pasadas elecciones sin ubicarnos en el escenario actual de acoso y agresiones que vive la patria, y por eso trataré de dedicar algunas líneas a los escenarios posteriores a estos comicios.

 

Como muchos analistas ya lo han señalado, la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del domingo ha sido una victoria épica con ribetes de heroicismo. De acuerdo a los últimos resultados del último boletín cotejado por el CNE, Maduro obtuvo 6.190.612 votos, lo que representa el 67,76% de los votos de las personas que sufragaron el domingo, es decir, un poco más del 48% del padrón electoral. Por su parte, Henri Falcón, ex gobernador del estado Lara, alcanzó 1.917.036 escrutinios, que representa el 21,01%.

 

Un primer aporte al análisis tiene que ver que en los comicios presidenciales en los que ha participado Nicolás Maduro como candidato, el primero el 14ABR2013 y ahora en estos del 20MAY2018, ambos se han dado en circunstancias particularmente complejas y difíciles. Los primeros se dieron a pocas semanas del fallecimiento del Comandante Hugo Chávez, como todas y todos debemos recordar.

 

En esa jornada, Maduro se midió en contra del candidato de la derecha, Henrique Capriles Radonski, quien antes se había medido con Chávez y fue derrotado por este. Como todos recordamos, el margen fue muy estrecho, ya que en ese momento Maduro resultó electo Presidente de la República con 7.587.579 votos válidos emitidos, lo que representó un 50,61% frente a los 7.363.980 de Capriles que representaron un 49,12% con un padrón electoral de 18.904.364 electores y electoras y un 20,32% de abstención. Datos estos que no he observado en los análisis que me han antecedido.

 

Asimismo el PSUV en aquella oportunidad aportó de esa cantidad de votos, 6.193.662 votos y los aliados del entonces Gran Polo Patriótico aportaron los 1.393.917 votos de diferencia, y Capriles participó con la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), otro detalle a considerar en los análisis. Importante es de destacar que todos estos números se encuentran disponibles en la página web del Consejo Nacional Electoral (CNE).

 

Antes de continuar, vale acotar que ambos procesos electorales presidenciales, tanto el del año 2013 como el de ahora en 2018 se dieron en circunstancias muy difíciles: El primero por el luto ante la pérdida del líder histórico de la Revolución Bolivariana, lo que es una razón de impacto más que suficiente para poder haber logrado desalojar al chavismo del poder político; y las del domingo pasado desarrolladas en un escenario de guerra no convencional, con amenazas multidimensionales y multiformes traducidas en acoso económico, diplomático y financiero contra la Nación.

 

Ahora pasemos a evaluar los comicios del pasado domingo. Ya expresamos que Nicolás Maduro obtuvo 6.205.875 votos frente al 1.920.597 de Henri Falcón. Los participantes de este proceso electoral fueron 9.156.093 electores y electoras, traducidas en un poco más de un 48% de un padrón electoral de 20.527.571.

 

El PSUV aportó en el triunfo de Maduro en esta oportunidad 5.242.187 votos y los aliados del Frente Amplio de la Patria 963.688 votos. En el caso de Falcón, Copei le aportó 894.331 votos, Avanzada Progresista (su partido) 586.666 y el Movimiento Ecológico de Venezuela 57.824 votos.

 

Otro elemento en el análisis, no solo basado en estos números, sino también en lo cualitativo y enmarcado en el actual contexto que hoy nos circunscribimos, es que el chavismo mantiene su voto duro, si nos ubicamos en el contexto de la merma de su votación, a cinco años de gobierno de Maduro, la misma es ínfima y es producto de las complejas y difíciles circunstancias que le ha tocado afrontar, eso además del desgaste natural que sufre cualquier gobernante durante el tiempo que ejerce el gobierno. El voto duro del chavismo siempre ha rondado, luego del fallecimiento del Comandante Chávez, entre los 5 y 6 millones de votos. Y ciertamente, es bueno acotar, que hay 2 millones de votos que oscilan y son susceptibles a las circunstancias que se presentan en el país, e indudablemente que el llamado a la abstención por parte de grupos vinculados con sectores de la oposición tuvo seguidores dentro de la población, además de un sector del chavismo que se encuentra descontento, y con justas y sobradas causas, pero que no representan a la mayoría.

 

Asimismo, la derecha señala que el 80% de la población estaría en contra de Maduro, ya que suman el 52% de la abstención completa más el 30% que habrían obtenido los candidatos Henri Falcón y Javier Bertucci, lo que representa una burda manipulación y parte del despliegue de operaciones psicológicas, en el marco del desarrollo de un plan contra Venezuela. Debido a que el histórico en procesos presidenciales en los últimos 20 años, y esto justo es reconocérselo al liderazgo del Comandante Hugo Chávez, la abstención ronda de un 20 a un 25%, debido a la reconciliación de la política que logró Chávez. Mal puede entonces los sectores de la oposición asumir la abstención como un logro, porque eso es engañarse y no analizar en su justo contexto y con todas las aristas, todo el panorama.

 

Además, un estudio lógico de la estadística indica que el porcentaje de la abstención debería repartirse proporcionalmente de acuerdo a los porcentajes obtenidos por cada uno de los candidatos que compitieron en esta contienda electoral, si tomamos estas elecciones como una base muestral. Por lo que el argumento opositor del 75% al 80% de rechazo a la gestión de Maduro no soporta un análisis serio y objetivo.

 

Ahora, algunos analistas, incluyendo gente nuestra, han pretendido comparar los comicios del pasado domingo con la participación en los comicios regionales, municipales, ANC o las parlamentarias de diciembre de 2015. Como muchos estudiosos serios lo han señalado, no podemos contar manzanas con pescados, pero aún si validamos esta forma de hacer análisis político, nos conseguiremos elementos bien interesantes.

 

El chavismo en los comicios parlamentarios donde fue derrotado, obtuvo 5.622.844 votos, lo que es una base social extremadamente importante y fundamental nada despreciable. En las elecciones donde se eligieron los 545 de la Asamblea Nacional Constituyente votaron 8.089. 320 personas, lo cual se puede catalogar como un triunfo del chavismo y de la paz en el país. En las regionales del 15 de octubre el chavismo obtuvo 5.807.914 votos, pero tomando en cuenta que el Distrito Capital no elige gobernador ni Consejo Legislativo, de los cuales 4.950.583 fueron aportados por el PSUV y el resto por las demás fuerzas políticas de izquierda. El 10 de diciembre, en las elecciones municipales, el chavismo obtuvo 6.295.137 votos, de los cuales el PSUV aportó 5.472.799 votos y el resto las demás organizaciones aliadas en lo que es hoy el Frente Amplio por la Patria, y tomando en cuenta la inclusión del Distrito Capital que elige alcalde o alcaldesa.

 

Por lo que particularmente para mí, el chavismo se mantuvo dentro de la votación histórica que ha tenido en estos tiempos, y enmarcado en el contexto de complejas circunstancias que nos ha tocado afrontar, que no es poca cosa.

 

No obstante, la abstención del 52% debemos verla como una necesaria advertencia no solo para el chavismo sino para toda la dirigencia política en el país, incluso de la oposición, ya que esta pudiera ser el indicativo de la reaparición del fenómeno previo a la aparición de Chávez en el horizonte político como lo es el de la antipolìtica, ante el descontento y malestar de la gente que siente que el liderazgo político en el país no siente e interpreta sus necesidades más urgentes y sentidas. Esto sería muy peligroso, puesto que además de que este fenómeno que viene aparejado de un proceso de desmovilización política y social en los asuntos públicos, puede creer a ciertos y determinados sectores que la solución a la actual coyuntura política, económica y social en el país sería una irrupción violenta, sea a través de un Golpe Militar, una Guerra Civil, una invasión extranjera o la combinación de los escenarios anteriores.

 

De allí mi llamado de atención a algunos compatriotas y camaradas. Soy una persona muy crítica y lo que no me gusta de Maduro lo expreso abiertamente, y trato de mostrar los errores que se hayan podido cometer en la gestión de gobierno. Pero de ahí a desconocer el complejo escenario de asedio y agresiones en contra de la Patria sería mezquino y desconsiderado, y más cuando estas empiezan a escalar en su intensidad y magnitud.

 

Siempre a muchos amigos y camaradas les exprese que en lo personal no me preocupaba el triunfo de Maduro, que nunca puse en duda, sino lo que vendría posterior al 20 de mayo, y ya empezamos a observar las señales de esas preocupaciones que tengo, al ver la labor de boicot del denominado “Grupo de Lima” quien retira a sus embajadores de nuestro país y protesta a nuestros embajadores la libérrima decisión de darnos el gobierno que queramos, en abierta intromisión a nuestros asuntos internos. Asimismo, la reciente orden ejecutiva firmada por la administración Trump, con el fin de arreciar y estrechar aún más el cerco económico y financiero contra el país, presagia desde allá un escenario de mayores dificultades y penurias económicas en contra de nuestro pueblo.

 

Eso sin contar con el esfuerzo que realizan todos los sectores de oposición, en el sentido de reorganizarse e ir a un proceso de articulación y acumulación de fuerzas, con el fin de asestar el golpe final contra la Revolución Bolivariana, en coordinación con actores políticos y económicos internacionales.

 

No obstante, y en justicia debo señalar, que el día de hoy y para el momento en que escribo estas líneas, Nicolás Maduro será proclamado como vencedor de los comicios del 20MAY2018, y este silencio de 48 horas que ha tenido el Primer Mandatario Nacional me hace presagiar que el Jefe de Estado hará algunos anuncios importantes al país de cara a esta nueva etapa de la Revolución Bolivariana. Esto sin contar con el apoyo y articulación de potencias amigas y emergentes como China, Rusia, Turquía, Bolivia, El Salvador, Nicaragua y Cuba, por solo mencionar los que hasta ahora conozco que han reconocido los resultados del proceso electoral del pasado domingo, que estoy seguro que no nos dejarán solos en la arremetida internacional.

 

Estamos obligados a resistir, y al final pese a las dificultades y amenazas, estoy seguro que nosotros al final venceremos.

 

Pendientes, que espero poder continuando dar análisis pormenorizados sobre estos resultados y con mayor profundidad sobre el desenvolvimiento de la actual coyuntura política nacional e internacional.

 

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

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jmartoranoster@gmail.com

 @juanmartorano

 

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