Tocando Fondo
- Análisis
Que el gobierno decida entregar nuevamente a Argentina a los brazos del Fondo Monetario Internacional tiene un doble impacto en el corto plazo: en primer lugar, la eventual entrada de dólares frescos para financiar un modelo insolvente que necesita mantener la estabilidad económica para el periodo electoral de 2019 y, en segundo lugar, la vuelta al Fondo es una señal hacia los grandes capitales especulativos que durante las últimas dos semanas estaban huyendo del mercado local. Ese mensaje es claro: “Argentina tiene como último garante al FMI, vamos a pagar o pagar, no se vayan”.
Ahora bien, la contracara del acuerdo tiene también dos impactos sumamente perjudiciales para la economía y soberanía argentina: un mayor endeudamiento externo que complica seriamente las posibilidades de repago del país y las conocidas condicionalidades que impondrá el fondo.
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Centro de Economía Política Argentina (CEPA)
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