La Estrategia Nacional de Defensa del 2018: objetivos

30/01/2018
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Foto: Telesur
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La Estrategia Nacional de Defensa del 2018 de Estados Unidos, ofrece una amplia visión en cuanto a los objetivos de la misma, pero en realidad, después de leer la versión publicada del documento, sus objetivos pudieran concretarse contra dos países, Rusia y China, cuyos avances en cuanto al potencial militar y el desarrollo tecnológico, crea inquietud en las fuerzas armadas estadounidenses.

 

Este es un documento que se mantiene clasificado como secreto, sobre del cual el Secretario de Defensa Jim Mattis ha divulgado un resumen no clasificado, el cual puede dar una idea de los objetivos que se aspiran obtener, más bien una guía cuyo detalle, estrategia y profundidad no se ha hecho público.

 

El resumen publicado de la Estrategia Nacional de Defensa se expresa con un lenguaje tal que se comprenda es conciso y rudo. De esa forma el documento fue presentado por Mattis recientemente en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Johns Hopkins. Algunos calificaron el contenido como espontáneo, con el propósito de inspirar miedo real entre los que se encuentren preocupados acerca de la Seguridad Nacional de Estados Unidos. Una frase utilizada en la presentación refleja ese propósito, “Nuestra ventaja competitiva se ha erosionado en cada dominio de guerra.”

 

Es evidente que aquí el documento se estaba refiriendo al adelanto tecnológico alcanzado por las fuerzas armadas de otros países, especialmente Rusia que con su aviación ha logrado “silenciar” los más moderno equipos y armamentos estadounidenses. Claro que esto es algo que el Pentágono aprovecha para incrementar su presupuesto, sobre todo el relacionado con la modernización y actualización tecnológica de su armamento. El documento planifica la preparación para poder enfrentar al menos dos contrincantes a la vez, uno de ellos en Europa y otro en Asia, fortalecer su presencia en el Medio Oriente, a la vez de la preparación por un posible conflicto con Corea del Norte o Irán.

 

Cuando el documento hace referencia a un posible teatro de operaciones, señala claramente el Mar de la China Meridional, el Mar de China Oriental, y Europa, respectivamente. Cómo parte importante del documento , pudiéramos decir que un elemento clave en el mismo, plantea la reflexión del Secretario Mattis de que Estados Unidos siempre han ido a la guerra con militares de otros países apoyándolos, lo que utiliza para demostrar un planteamiento estratégico fundamentado en las actividades que históricamente el país ha desarrollado, lo que debe enfocarse partiendo de la base de los conflictos que la administración Trump ha tenido con algunos aliados históricos y en especial con la OTAN.

 

El documento esboza de forma general el tamaño y habilidades que las fuerzas armadas deberán poseer, acorde a los criterios del presidente Trump., aunque no se detalla los retos que se han considerado para la Seguridad Nacional, a lo cual deben responder las mismas. El objetivo del cual se habla es que estas fuerzas sean capaces de derrotar una potencia militar importante y estar presente en otros campos de batalla en distintas regiones y lo que representa un criterio importante sobre la situación interna de Estados Unidos, dentro de esas “otras regiones” se incluye el poder estar involucradas en conflictos dentro de los propios Estados Unidos.

 

Esto último es una posibilidad que ya se contempló durante la administración Obama cuando se organizó la “Operación Jade Helm”, en la que intervinieron 250,000 efectivos de las fuerzas armadas estadounidenses, que se desplegaron en ocho estados con el objetivo de enfrentar estallidos sociales originados por la población como consecuencia de la crítica situación económica y social en que las mismas viven. El documento mantiene este tipo de operación entre las posibles.

 

Las fuerzas armadas estadounidenses se encuentran diseminadas por distintos países del mundo, sin que esto quiera decir que el número de fuerzas, los medios con que cuentan y los lugres donde se encuentran sean los adecuados, lo cual se menciona en el documento donde se plantea la revisión de este asunto, de forma global para asegurar que dicha fuerza pueda contar con las propiedades de ser “letal, dinámica y apropiada”.

 

El documento sobre la Estrategia Nacional de Defensa, trata fundamentalmente sobre varias áreas en las que debe reflejarse un aumento en el presupuesto de defensa para logar los objetivos propuestos, incluyendo las armas nucleares, el desarrollo cibernético, la defensa anti misil, los satélites y el espacio ultra terrestre, aunque en la versión publicada no se especifica hacia donde se dirigirán los recursos.

 

Dentro de los riesgos que señala la Estrategia se plantea que “Sin una inversión sostenida y previsible que permita restaurar la operatividad y modernización de nuestras Fuerzas Armadas, acorde a los tiempos actuales, perderemos nuestra ventaja militar, dando como resultado una fuerza cuyo sistema defensivo pudiera llegar a ser irrelevante para la defensa de nuestro país.”

 

Queda ahora en manos del Congreso el análisis de la totalidad del documento y decidir si se aprobará el presupuesto necesario para satisfacer las “preocupaciones” planteadas en el mismo, que evidentemente implicará aumentar nuevamente los recursos destinados a la Defensa.

 

29 de enero del 2018

 

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)

sarahnes@cubarte.cult.cu

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190701
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