El improbable puño cerrado del golpista López

05/12/2017
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Las derechas, se sabe, se camuflan bien, sobre todo cuando saben que no tienen hegemonía cultural, como es el caso de Venezuela. Ha sucedido así también en la Italia en los años 70 cuando un pedazo del país, aunque sentía nostalgia por el fascismo, no tenía el valor para entrar en acción, se avergonzaba de admitirlo. Ser de derecha, entonces, no estaba de moda. Y hasta podía costar caro...

 

Para ganar terreno, las derechas venezolanas imitaban otros discursos, en algunos mítines hasta parecían haber girado hacia la izquierda, ha sucedido con Capriles en el último enfrentamiento electoral contra Chávez. Los consejeros de imagen prueban, sobre todo si son aconsejados por la camaleónica ex-socialdemocracia europea.

 

Pero las derechas saben bien que lo que prometen quedarán solamente en palabras, porque yendo al fondo, los planes que persiguen van en dirección opuesta a los de la gente porque aquellos son los del capital.

 

Por esto, la prueba de fuego para hacer surgir el rostro del fascismo detrás de su máscara es el comportamiento hacia las relaciones de propiedad, y naturalmente hacia los migrantes y las libertades.

 

En Venezuela, en cualquier caso, las cosas son más simples, porque si se miran los hechos, el conflicto, la lucha de clases se evidencian dos modelos de país, diversos y antagonistas: por una parte el campo de la democracia participativa, que apuesta al socialismo, por la otra parte aquel de las oligarquías, cuya receta para el país es aquella que ya ha devastado y devasta desde norte a sur en base al modelo FMI.

 

De qué parte quisieran estar, los venezolanos lo han entendido una vez más durante los meses de violencia contra el gobierno bolivariano. El alto número de votantes a favor del socialismo – primero para la Asamblea Nacional Constituyente, luego para las regionales -, provenientes hasta de las urbanizaciones burgueses, ha demostrado que la martillante campaña de símbolos y discursos mistificados, utilizados ya en las “revoluciones de colores” y re-propuestos por la “resistencia”, no han sido suficientes para esconder el rostro del fascismo. El fascismo que ha quemado vivo al joven afro-venezolano Orlando Figuera: porque era pobre, tenía la piel oscura y la camiseta roja.

 

Pero aquí, en el corazón de la vieja Europa que de mistificaciones entiende, aquellos fascistas continúan siendo definidos como “manifestantes pacíficos”. Confundir, desorientar, para mantener el timón en los habituales conductores... Sobre esta huella se pone en marcha la enésima operación bipartidista realizada en Milán por el PD de Renzi junto a la peor derecha venezolana, la de Voluntad Popular. (VP)

 

Lo ha relatado la página web del Antidiplomático, mostrando el caluroso encuentro entre el Secretario del PD, Matteo Renzi y un rostro conocido de VP, Armando Armas, electo en el Estado de Anzoátegui.

 

Ha hecho bien el Antidiplomático en recordar a los italianos algunos perfiles de los militantes de VP como el de Yon Goicoechea, detenido por haber sido encontrado en posesión de material explosivo. O también el de Gilbert Caro, detenido por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), en la Carretera Regional del Centro, mientras estaba de regreso de Colombia. Según declaraciones del vicepresidente Tareck El Aissami (noticia confirmada por la BBC), Caro estaba en posesión de un fusil FAL, calibre 7,62, de propiedad de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas con la matrícula borrada, cartuchos de explosivo plástico C4 y dólares.

 

Leopoldo López seguramente no es un hombre de izquierda. Ya activo durante el golpe contra Chávez, en el 2002, ha regresado al juego como protagonista durante todos los intentos de subvertir por la fuerza al gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

 

Ha recibido una condena a 13 años pero ahora se encuentra en arresto domiciliario: porque, a diferencia de lo que ha hecho y continúa haciendo la “democracia” italiana con los prisioneros políticos de los años 70, la extraña “dictadura” que existe en Venezuela le ha concedido el arresto domiciliario, del que se ha ido a hurtadillas otro opositor de pasado no tan pacífico, como el ex Alcalde de la Gran Caracas Antonio Ledesma, quien inmediatamente fue santificado por la clase a la que pertenece, aquella que gobierna en Italia y en Europa.

 

En el video de la cuenta de Facebook de Armando, se evidencia que ha participado a la fiesta política de Renzi, la Leopolda. El secretario del PD ha prometido que él y su partido “continuarán luchando hasta que sea derrotada la violencia en Venezuela”.  Pero además, Armas le ha regalado el libro de Leopoldo López recién publicado en Italia, los “diarios de la resistencia venezolana”.

 

03-12-2017

 

https://www.alainet.org/es/articulo/189668
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