Los “fuegos artificiales” de Trump para ganar tiempo

09/04/2017
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Trump ordena atacar una base aérea siria y re-dirige una flota de guerra hacia la península coreana. El mundo se tensiona. ¿Estas acciones representan un cambio en la orientación de la política internacional del presidente Trump? ¿Cuál es su propósito? ¿Es producto de un arrebato de un mandatario imprevisible como lo dan a entender algunos medios?

 

En tiempos de crisis es fácil dejarse engañar. En épocas donde la guerra se juega en los medios de comunicación hay que reaccionar con prevención y gran atención frente a cualquier hecho y, sobre todo, a la forma como se presentan ante la opinión pública. Y mucho más, si detrás de unas acciones como las referidas está el poder del imperio estadounidense.

 

Para responder los interrogantes hay que partir de las necesidades del gobierno USA. Trump y sus asesores –que tienen detrás poderosos centros de pensamiento– no actúan por actuar. El presidente estadounidense venía de tumbo en tumbo. Las filtraciones de inteligencia sobre la supuesta participación rusa en su elección, lo tenían acorralado. No pudo desmantelar el plan de salud de Obama. Su confianza estaba minada. La opinión favorable estaba en caída.

 

Además, de acuerdo a todos los balances y proyecciones económicas, sus planes para relocalizar industrias y empresas en EE.UU. no es viable a corto plazo. Igual, las medidas contra los inmigrantes han mostrado que sirvieron para hacerse elegir pero que no son útiles para gobernar. Los costos de expulsar inmigrantes son más que los beneficios. Y, es urgente reactivar la economía mundial para lo cual hay que recuperar los precios del petróleo.

 

Esas realidades perentorias y obligantes no tienen solución inmediata. El bloqueo político y mediático de la oposición demócrata y republicana, de los medios de comunicación y de los grandes conglomerados financieros que viven de la globalización neoliberal, tenían contra las cuerdas al presidente Trump. El aparente “cambio de rumbo” en la política internacional es en realidad un salvavidas para entretener y ganar tiempo. No tenía otra salida.

 

Así lo demuestra toda la información que ha aparecido en forma paralela a las acciones bélicas. Tanto la forma como han sido presentadas por el mismo gobierno estadounidense como las reacciones de los demás gobiernos. Y, por sobre todo, los hechos mismos dejan ver que es parte de una sofisticada y desesperada salida que utiliza una “operación psicológica” de carácter estratégico diseñada y aplicada por la inteligencia militar imperial.

 

Se atacó una base militar previamente desocupada ante el aviso norteamericano a rusos y sirios. La masacre con gases químicos fue la motivación “moral” sin saber a ciencia cierta quien o cómo había ocurrido. Eso no importaba. Todos los involucrados salen beneficiados: Trump se muestra distanciado de Rusia y neutraliza a los enemigos internos; Putín y Assad estimulan el nacionalismo en sus países y fortalecen su liderazgo; y lo mismo ocurre con el gobierno nor-coreano que siempre necesitará del incentivo de un supuesto e “inminente ataque imperialista”. Y China espera tranquila, juega a largo plazo.

 

Todos saben y son conscientes que son “fuegos artificiales”. Es la fórmula ideal de todos los gobiernos autoritarios y populistas. Incentivar nacionalismos baratos para distraer a sus propios pueblos. Aun así, son acciones que causan dolor y muerte. “Daños colaterales” para los planificadores que son expertos en manipulación y mentira. No hay que caer en el engaño.

 

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

 

https://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com.co/2017/04/los-fuegos-artificiales-de-trump-para.html#.WOpIqPl97IU

 

https://www.alainet.org/es/articulo/184701?language=en
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