Violentista es el que empuja a otros a la violencia
- Opinión
"No solo el derecho a la protesta está explícito y bien garantizado en nuestra Constitución y tratados internacionales que obligan al Perú, sino el derecho a la rebelión contra la ilegalidad, la injusticia, el abuso y la opresión"
“La población civil tiene el derecho de insurgencia en defensa del orden constitucional.” Constitución Política del Perú, artículo 46.
“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.” Declaración Universal de Derechos Humanos, ONU, 1948, Preámbulo, párrafo 3°.
No solo el derecho a la protesta está explícito y bien garantizado en nuestra Constitución y tratados internacionales que obligan al Perú, sino el derecho a la rebelión contra la ilegalidad, la injusticia, el abuso y la opresión.
Esto es así porque la violencia es la madre de todos los males, pero la injusticia y la opresión son primero la madre de todas las violencias; por más que los dueños de los grandes medios de comunicación quieran mantenernos en el subdesarrollo democrático y enterrar bajo el miedo, la ignorancia y el odio nuestra ciudadanía; por más que quieran hacer de la ilegalidad y el abuso de las autoridades corruptas una rutina y una normalidad.
Hace demasiado tiempo que el guión oficial de todos los gobiernos de turno está más que repetido y gastado. Primero, se intenta senderizar la protesta, es decir fabricar la idea, cada vez menos convincente, que dentro del grupo que saldrá a protestar hay gente vinculada con Sendero Luminoso, así justamente lo hizo el ministro del Interior Basombrío dos días antes de la última marcha contra el peaje en Puente Piedra. Después se adjetiviza de violentistas a los manifestantes. Por último, la policía usa una violencia desproporcionada que genera una respuesta en la gente. Por supuesto, nadie se acuerda que toda la situación comenzó con un abuso indignante que se le quiere imponer a la población y que, además, ninguna autoridad quiso siquiera escuchar los reiterados pedidos de diálogo de esta.
Los dueños del Perú, aferrados a esta fórmula jurásica, solo han logrado extender la violencia, porque esto empezó y se ha hecho permanente en las regiones, pero ahora llega a la capital del país. Ciegos e irresponsables, hacen recordar al rey francés Luis XVI, que el mismo día que su indignado pueblo destruyó la odiada cárcel de La Bastilla en París, dando inició a la revolución que terminó cortándole la cabeza, escribió en su diario personal: “No pasa nada”.
Lo más trágico en esta ocasión es que casi como si quisieran echarle gasolina al incendio, la Fiscalía ha pedido tres meses de prisión preventiva contra los detenidos en la última marcha de la zona norte de Lima. Es como si en determinadas coyunturas la democracia en el Perú se agotara y entráramos a un sistema autoritario y dictatorial. Más les valdría entonces saber que, como lo señala nuestra Constitución y el sistema universal de Derechos Humanos, están empujando a la gente a la rebelión. Violentista es el que empuja a otros a la violencia.
Fuente: http://diariouno.pe/columna/violentista-es-el-que-empuja-a-otros-a-la-violencia/
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