El PSOE acaba de abstenerse en la investidura permitiendo así que la derecha española tome el poder. El hecho es de una gravedad extrema teniendo en cuenta que en el Partido Socialista se autodenominan “los defensores de los intereses de los trabajadores”. Pero qué duda cabe que nada más lejos de la realidad aunque oficialmente sigue siendo así, como oficialmente también sigue siendo un partido socialista y obrero. Difícil encaje parece tener el defender a la clase obrera y al mismo tiempo a la oligarquía.

El Partido Socialista se abstiene para que el Partido Popular gobierne en España. El partido que dice defender a los trabajadores pero que permite gobernar a la derecha, el partido que se autoproclama republicano pero que apoya la existencia de una monarquía, se abstiene o lo que es lo mismo: permite que gobierne la derecha. Todo esto, en efecto, es muy grave (que no sorpresivo, al menos para algunos), pero más grave aún si cabe es cómo se han producido los acontecimientos. Recordemos que el PSOE recientemente, mediante una “revuelta” interna provocó la dimisión del secretario general y candidato a las elecciones, Pedro Sánchez. Este era partidario del NO al gobierno de la derecha y con esta promesa concurrió a las elecciones. Por tanto, los votantes socialistas sabían lo que estaban votando al depositar su confianza en el PSOE: por encima de todo el NO del Partido Socialista a un gobierno del Partido Popular. Pero como decimos, se precipitan los acontecimientos y se decide que el PSOE debe abstenerse en la investidura con lo cual se “derroca” a su secretario general para que una gestora partidaria de la abstención se haga cargo del partido. El hecho de que un supuesto partido de izquierdas permita un gobierno de la derecha es grave, sí, pero mucho más es el engaño del partido a todos sus votantes ya que la premisa con la que se presentaron a las elecciones era un NO rotundo a Mariano Rajoy.

Tenemos pues que el PSOE ha hecho presidente a Rajoy con los votos de unos ciudadanos que votaron al partido en base a la promesa del NO al PP, es decir, prometieron la negativa a Rajoy en campaña electoral y ahora han usado estos votos para hacer justo lo contrario, para decir SÍ a la derecha (aunque oficialmente se llame abstención). Se consuma por tanto la gran traición a los electores al usar los votos obtenidos bajo la promesa del NO para finalmente decir SÍ. ¿Podría caber un engaño mayor? Grave es que se permita gobernar a la derecha pero más grave si cabe es el hecho de hacerlo con los votos conseguidos en base al NO, tanto que si no legal pero sí moralmente podemos hablar con toda claridad de fraude, de engaño masivo, de traición.

Porque si el PSOE ahora ha decidido que debía abstenerse o se decidió que el PSOE debía hacerlo y para ello organizaron el “golpe” interno para derrocar al secretario general, deberían haber convocado nuevas elecciones explicando a los electores cual era su nueva posición; advirtiendo que con la papeleta de los votantes socialistas, llegado el caso, se iba a permitir envestir a Rajoy, y con esta información ya cada ciudadano podría haber acudido a las urnas sabiendo exactamente qué se iba a hacer posteriormente con su voto. Pero lo que ha ocurrido ha sido lo contrario, que se han usado los votos obtenidos bajo la promesa del NO para decir posteriormente SÍ. ¿Podría haber una traición mayor a los votantes del partido que utilizar sus votos para hacer justo lo contrario de lo prometido? ¿Qué se puede esperar de un partido que realiza semejante operación? ¿No hubiera sido honesto el convocar nuevas elecciones exponiendo públicamente qué iba a hacerse posteriormente con los votos?

Tras este episodio queda claro pues que el PSOE ni defiende los intereses de los trabajadores españoles (aunque esto algunos, en efecto, lo tenían ya bastante claro) pero más, que es un partido que puede prometer cualquier cosa y después, una vez obtenida la confianza de los ciudadanos en forma de votos, hacer la contraria.