Regreso a casa (I)
- Opinión
De vuelta del undécimo encuentro de jefes de Estado y de Gobierno del G20 que se llevó a cabo en Hangzhou, República Popular China, el presidente Mauricio Macri resopló aliviado. El cambio de su nombre por el de su padre, Franco Macri, transcripto por la agencia oficial China Nueva (Xinhuá) en relación con su presencia en el encuentro; el plantazo del presidente ruso Vladimir Putin del sábado (la reunión debió aplazarse para el lunes); los elogios de Barak Obama, quien en noviembre será reemplazado en su cargo y otras cuestiones ayudaron a configurar su semblante.
En el marco de la reunión con el presidente chino Xi Xinping, y de su homólogo ruso, Vladimir Putin, Macri, “deslumbrado por la grandiosidad del espectáculo” que ofrecieron los anfitriones chinos, ratificó convenios y estableció acuerdos que terminaron – al menos por ahora- con el proyecto del ministro energético Aranguren, “el paciente inglés”, de propiciar, entre otras agresiones a la Nación y el pueblo argentino, el despoblamiento de una parte del país y sentar las bases para un asentamiento de la OTAN/Gran Bretaña/multinacionales de la energía en el ya despoblado territorio patagónico.
La ratificación de los emprendimientos energéticos- represas y centrales nucleares- financiados en gran parte por China y en parte por Rusia, en Santa Cruz, Neuquén, Provincia de Buenos Aires y otros; la opinión del embajador en China, Diego Guelar, de radicar industrias chinas en el país- que contradice la posición oficial de Macri de convertirlo en supermercado-; la invitación de Putin- a la que seguramente Macri aceptará- de “avanzar”, cuando Argentina presida el Mercosur, “en un acuerdo de cooperación comercial y económica con la Unión Económica de Eurasia”, antagónica a los proyectos del TTP auspiciado por EE.UU.; los acuerdos entre YPF y la empresa rusa Gazprom en la explotación petrolífera y de gas de esquisto, y otros proyectos de cooperación y compras militares con China y Rusia, entre otros ítems que incluyen comunicación, construcción de viviendas, alimentos y demás, pusieron al “paciente inglés” contra las cuerdas. Aprietes varios a Macri llevados a cabo por agentes de EE.UU., Gran Bretaña y sus aliados en el gobierno, ignorados por el gran público a quien desinforman los medios hegemónicos locales e imputados a “desestabilizadores” kirchneristas y otros opositores, no pudieron contrarrestar en Hangzhou la avanzada chino-rusa en cuanto a ratificar su presencia en el país.
El round perdido por Aranguren culminó con un campanazo fenomenal: el anuncio de “su empresa”, Royal Dutch Shell de, en el marco de una desinversión mundial de 36 mil millones de dólares y con una facturación en Argentina de 62 mil millones de pesos, que ayudan a embolsar sus 2.400 empleados locales, liquidar sus activos vinculados a “refinación, transporte y distribución de combustibles -downstream- en la Argentina. En ese conjunto se incluye la red de alrededor de 600 estaciones de servicio que la compañía opera en el país y su refinería en Dock Sud, junto con los negocios de comercialización de combustibles, lubricantes, gas y otros químicos”. (La Nación, 5/9).
Aunque la acción de “ajuste” es una clara maniobra de apriete a Macri, la empresa confía en un futuro massamigable. Por ello su Presidente Ejecutivo Global, Ben Van Beurden, sostuvo en Nueva York: “Consideramos que nuestras inversiones globales de shale (upstream, exploración y explotación) son prioridad de crecimiento futuro a partir del año 2020”. ( http://www.iprofesional.com/7/9). Por ahora, acotó, seguirá la empresa sus emprendimientos en Vaca Muerta.
Ávido de inversiones externas, Macri se halla ahora en el abismo de la desinversión que lidera, nada menos, la empresa de su ministro energético, autor de los tarifazos y embriagado de una omnipotencia y cinismo propio de un agente del M 15 británico. Aranguren, quien ante quejas de usuarios por el aumento de combustibles sugirió que aquel que no pueda pagar el aumento que no compre, no podrá contar en un futuro cercano con las estaciones de servicio de la empresa que hasta ahora jugaba a ganar en toda competencia. Ya es un perdedor en esta batalla y el tablero por él dispuesto tiene las fichas desencajadas, aunque siga actuando con insolencia en cuanto a no brindar información sobre los costos del gas en boca de pozo a los usuarios en el contexto de la próxima audiencia pública.
Jorge Luis Ubertalli Ombrelli
Adjunto a cargo de la Secretaría de Defensa de MILES TTT
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