El caso latinoamericano y caribeño

Los avatares del crecimiento y desarrollo político (XXVII)

25/04/2016
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

27ª Parte

 

Como ocurrió a la República Oriental del Uruguay –que veremos con mayor amplitud- de 1930 a 1940, Latinoamérica vive situaciones críticas en lo político, lo económico y en su relación con otras regiones. El subcontinente no fue escenario de grandes batallas durante la 2ª guerra mundial. Reunidos en Panamá  (1939) la mayoría de países firmaron "La Declaración Sobre Neutralidad", pero condiciones y requerimientos para la lucha armada, involucraron a varios países en el conflicto, dejando de lado la neutralidad, para actuar a favor de una u otra partes en conflicto. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_diplomática_de_la_Segunda_Guerra_Mundial  

 

Los principales países neutrales fueron: Irlanda, Portugal, España, Suecia, Suiza y Turquía. La Unión Soviética lo fue hasta junio de 1941 en Europa; tras tomar Alemania (agosto-1945) abandona su neutralidad en Asia, atacando Japón, en apoyo a E.U. Esta última nación consideraba, sin bases, que Alemania tenía plan para sublevar y controlar la economía de parte de América del Sur. El Imperio desplegó acciones antinazi como alta prioridad en la región. Tres países se sumaron activamente al esfuerzo de guerra, otros rompieron relaciones o declararon estado de guerra. Cuba (Batista) declaró la guerra en diciembre de 1941 y ayudó activamente en la defensa del Canal de Panamá, pero no envió fuerzas a Europa. México (L. Cárdenas-Ávila Camacho) declaró la guerra a Alemania en 1942, después de que submarinos –no aclarado origen- hundieron petroleros mexicanos (el Tamaulipas, Potrero del Llano y Faja de Oro) y envió al escuadrón 201 de caza y 300 hombres para la guerra contra Japón, en 1945.

 

Brasil declaró la guerra a Alemania e Italia (22-agosto-1942) y envió fuerza de infantería (25,700 hombres) al frente italiano (Sep-1944-mayo-1945). Su Armada y Fuerza Aérea actuaron en el Océano Atlántico. Argentina organizó un elemento fuerte, bien organizado pro-nazi, antes de la guerra, controlado por los embajadores alemanes. Venezuela fue clave como proveedor de petróleo a E.U. Dos días después del ataque a Pearl Harbor (9-Dic-1941) declaró su solidaridad con el imperio y el 12 congeló fondos de nacionales del Eje. Rompió relaciones con Alemania, Italia y el Japón (31-Dic) e hizo (con ayuda de E.U.) defensas en sus pozos petrolíferos: había información de que Alemania invadiría comenzando por Venezuela. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Participación_de_Venezuela_en_la_Segunda_Guerra_Mundial  

 

La política exterior del Imperio buscó unir América Latina contra Alemania. Argentina fue recalcitrante, trataron de socavar al gobierno. La política fracasó cuando los militares tomaron el poder (golpe de Estado-1943). Las relaciones empeoraron y Washington persiguió el aislamiento económico y diplomático de Argentina. Sin éxito, reclamó mantenerlo fuera de la creación de Naciones Unidas (ONU) en 1945. La historia aclara que la supuesta unión Argentino-Alemana era exagerada. Cierto: gobierno argentino -neutral hasta los últimos días de la guerra- cedía en el ingreso de líderes nazis huyendo de Alemania, Bélgica y la Francia de Vichy (1945). Ver: http://www.laizquierdadiario.com/spip.php?page=movil-nota&id_article=23311

 

Previamente y tras la crisis del 29, la economía de nuestra región no era buena; para atenuar la escasez de productos importados -por la guerra mundial- se crean pequeñas industrias, al principio de mala calidad pero que  satisfacen la demanda interna. La inestabilidad social y el avance en la organización de los trabajadores (todos comunistas para el imperio) incitan gobiernos de represión. Las naciones –y al interior de las mismas- se polarizan entre simpatizantes de los aliados y de los nacionalsocialistas.

 

Se realiza en Río de Janeiro (enero-1942) una conferencia de cancilleres americanos, manifestándose opuestos a coacciones del imperio para romper relaciones diplomáticas con el Eje (Alemania-Italia-Japón). A pesar ello, E.U. otorga créditos a América Latina con el afán de mantener suministros, de toda índole, que de allí provenían. Las materias primas de su "patio trasero" le eran indispensables para mantener y ganar la guerra. Después de ésta, Latinoamérica no entró en un Plan Marshall porque no lo requería como Europa desbastada, con graves conflictos sociales, que el imperio mayor consideró en peligro de caer en manos del comunismo. Para la región había designios más precisos. Ver en extenso estos temas en: http://www.gegenstandpunkt.com/espanol/eeuu-america-latina.html y en: https://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080508134553AAMdvQn 

 

Al Uruguay, la 2ª Guerra Mundial le fue económicamente favorable: se intensifican exportaciones de sus productos agropecuarios, sobre todo a Europa; esto genera saldos positivos en su balanza de pagos; se realiza un fuerte impulso –apoyado en la infraestructura existente- a la sustitución de Importaciones de productos industriales. En las relaciones continentales, Uruguay apostó a la cercanía con el imperio. Para aquellas fechas (1942) la neutralidad se convirtió en un desafío político a los E.U. pero la pretendida defensa continental sería una herramienta para doblegar a los “rebeldes”. Es así que, consecuencia de la Tercera Reunión de Consulta entre Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas (Río de Janeiro, enero-1942), se conforma un Comité, con sede en Montevideo, integrado por siete delegados, que dicta el marco para el no reconocimiento del gobierno de la junta boliviana del Mayor Gualberto Villarroel (golpe de diciembre-1943) y del régimen militar argentino del General Edelmiro Farrell (marzo-1944). Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Conferencia_de_R%C3%ADo_de_1942

 

Para tales fines, con la influencia de Carl Spaeth (funcionario del Departamento de Estado de E.U.), el delegado uruguayo Alberto Guani (ministro de Relaciones Exteriores) presenta su doctrina según la cual los gobiernos del continente decidirían el reconocimiento o no, de uno de ellos, impuesto por la fuerza. La posición de Uruguay en este punto requeriría consideraciones, aquí interesa señalar el dinamismo que algunas naciones adquirieron o al menos intentaron, disciplinadas al “gendarme yanqui”. La guerra fue oportunidad para que países pequeños desplegaran una política activa en lo internacional; posturas anti-fascistas servían, para obtener de los E.U. ventajas económicas y armamento moderno, mediante la Ley de “Préstamo y Arriendo” (18-marzo-1941) Ver: http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?t=218&mobile=on

 

Pero Uruguay llega a los acuerdos expresados, no sin antes sufrir raspones. En plena guerra mundial, los aliados influyeron para que la República Oriental, tuviese mayor definición en línea con sus intereses. El Presidente Alfredo Baldomir en respuesta, declaró la neutralidad uruguaya (1939). El 13 diciembre de ese año, ocurrió la Batalla del Río de la Plata, combate naval frente a la costa noreste del Uruguay, librado entre dos cruceros británicos (Exeter y Ajax), el neozelandés Achilles contra el acorazado “de bolsillo” alemán Admiral Graf von Spee. Este último averió al Exeter; el Graf Spee, a su vez averiado y con bajas se vio obligado a refugiarse en Montevideo. Su capitán solicitó a las autoridades amplio plazo para efectuar reparaciones. Las presiones de las embajadas de Alemania-Italia por un lado y de E.U.- Inglaterra por el otro, llevaron al gobierno a otorgar permiso solo por 72 horas. Las naves aliadas esperaban al Graf Spee fuera de aguas jurisdiccionales uruguayas. Vencido el plazo (17-diciembre-1939) el barco alemán salió de puerto, su capitán decidió evacuar la tripulación y hundir el acorazado en el Río de la Plata. Hoy es atractivo turístico del Puerto.

 

Seis meses después, encolerizados nazis -por órdenes de Berlín- intentaron aplastar la oposición uruguaya, mediante una propuesta de Hitler, incorporada en su libro “Mi lucha” (“Mein Kampf") donde trazó un esquema de conquista del mundo. Consistía en el "plan Fuhrmann" que aspiraba a dominar al gobierno mediante un golpe de mano; volver al país colonia agrícola del 3er. Reich, y base para atacar a: Argentina, Paraguay y Brasil. Arnulf Fuhrmann, designado cabecilla, esperaba la llegada de 5.000 "turistas" de Argentina y otros más del Brasil, para reforzar efectivos armados. Las autoridades Uruguayas descubrieron los planes, detuvieron a los dirigentes y se disolvió la organización. Finalmente y cuando las condiciones fueron positivas, (14-febrero-1945), Uruguay declaró la guerra a Alemania y Japón, preparándose para adherirse a las Naciones Unidas.

 

La historia del Uruguay S. XX, se analiza en cuatro momentos: consolidación de la democracia política, reforma social y prosperidad económica (1903-1930), que ya vimos en parte. La crisis económica, política y restauración democrática (1930-1958); estancamiento económico, atomización de los partidos políticos tradicionales, crecimiento de la izquierda y la dictadura militar (1959-1985); y finalmente, la restauración democrática y entrada del Uruguay al Mercosur (1985-). (José Pedro Barrán, profesor, escritor e historiador; intelectual de envergadura, 2ª mitad del S. XX uruguayo).

 

La 1ª etapa es fundacional, clave para explicar características y mentalidad dominantes en el país, en el S. XX. José Batlle y Ordóñez (1856-1929) domina políticamente este período. Presidente dos veces (1903-1907), (1911-1915). Con él las clases medias se fortalecen al amparo de la prosperidad económica y la facilidad del ascenso social. La economía logra nuevas formas industriales que valorizan la producción de carnes, (venta y refrigeración desde 1905) alejando viejas guerras civiles, entre blancos y colorados; los estancieros opusieron su fuerza para defender sus mercados.

 

Con Batlle la intervención estatal comenzó. La gestión financiera (Banco de la República-1896 y Banco Hipotecario-1912), comercial (Banco de Seguros-1911), e industrial (energía eléctrica y teléfonos-1912; combustibles y petróleo-1931), fueron elementos determinantes en la relación sociedad civil-Estado. En la democracia política sobresalió más la oposición que el gobierno. Aquella se afirmó con el  voto secreto y la representación proporcional, establecidos en la Constitución de 1917; la pulcritud electoral fue garantizada por las leyes de 1924; la atmósfera de tolerancia lograda por la dificultad tanto a políticos como partidos, de hegemonizar a la opinión pública. El Uruguay pasó una época de legislación del trabajo, protectora de obreros y otros sectores populares (ley de 8 horas-1915) y de garantías para el retiro, establecidas por diferentes leyes que fundaron Cajas de Jubilaciones, para casi todos los oficios, en los años 20. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/José_Batlle_y_Ordóñez

 

El país contaba (1930) con cerca de 2 millones de h. El descenso de la tasa de mortalidad fue revelador, debiéndose al avance del nivel de vida y a medidas higiénicas que el gobierno adoptó. El descenso de la natalidad convirtió al Uruguay, en el primer país de América Latina que controlaba sus nacimientos. La difusión de la cultura (tasa de analfabetismo descendió y creció la Enseñanza Secundaria); la recepción de modelos demográficos europeos por su población de inmigrantes; la mentalidad prudente de clases medias; revelan porque en 1930, el Uruguay tenía poca imagen de país latinoamericano y más de europeo. Un dato más: la cultura y la enseñanza se habían secularizado, la influencia de la Iglesia Católica era escasa. El Estado y la Iglesia se separaron por la Constitución de 1917. Recordemos que La ley de divorcio por causal, fue de 1907, la mujer obtuvo (1913) divorcio "por su sola voluntad". En 1932 se confirma su derecho al sufragio.

 

La crisis económica mundial (1929) afectó al Uruguay 1930 a 31. Precios bajos de materias primas y alimentos que exportaba, restricciones del comercio internacional, causaron aumento en la desocupación y caída del ingreso. La lucha por su distribución se intensificó entre grupos sociales. El reformismo social batllista fue juzgado (ineficaz y populista) por gremios de estancieros y comerciantes, criticando la carga impositiva de un Estado que no controlaban. El Presidente de la República electo en 1931, Gabriel Terra, oyó demandas de las clases altas y con el apoyo de fracciones de los dos partidos tradicionales, dio golpe de Estado (31-marzo-1933), disolviendo el Poder Legislativo y la parte colegiada del Poder Ejecutivo y el Consejo Nacional de Administración. Este golpe y el gobierno resultante, de Terra, hasta 1938 -represor del movimiento obrero y los partidos de izquierda y "progresistas", desconocedor de los derechos individuales- “demostró también la originalidad de la historia uruguaya. El golpe fue protagonizado por un presidente civil y dado con la aprobación del ejército, pero sin su intervención directa, había contado con el apoyo de arte de los partidos políticos tradicionales y además, procurado la legitimación inmediata de las urnas convocando a elecciones, ya en 1933”.  (Continuará)

 

http://www.rau.edu.uy/uruguay/historia/Uy.hist4.htm

 

Puebla, Pué. 24-abril-2016.

 

Correo electrónico: v_barceló@hotmail.com

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177015?language=es
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS