El juicio oral Curva del diablo: un año de caminata en busca de justicia
- Opinión
El 14 de mayo del 2014 se inició el juicio oral Curva del Diablo, a cargo de la Sala Penal Liquidadora Transitoria de Bagua, presidida por el Dr. Gonzalo Zabarburú Saavedra. En un año se han realizado 28 audiencias y no se sabe cuántas faltan para que se termine.
Con frecuencia me preguntan cómo va el juicio y no sé qué decir. En este momento me propongo hacer un balance, resaltando aquellos aspectos que puedo valorar y aquellas tareas pendientes, desde la perspectiva de quienes estamos comprometidos en el acompañamiento humanitario y pastoral de los procesados.
En primer lugar admiro el esfuerzo y la constancia de los procesados, que han acudido a la casi totalidad de las audiencias. Como es sabido, para llegar hasta la ciudad de Bagua, la mayoría tienen que desplazarse desde sus comunidades, poblados y caseríos bastante alejados, lo que implica gastos muy onerosos de movilidad y alojamiento. En algunos casos tienen que trasladarse de su lugar de origen mediante transporte fluvial y terrestre, dedicando un promedio de 30 horas en el viaje de ida y vuelta. Además, el tener que ausentarse varios días al mes de su trabajo cotidiano, va en perjuicio del sustento económico y genera situaciones de inestabilidad familiar.
Son varias las instituciones sociales y religiosas comprometidas en la defensa de los derechos humanos, que están garantizando el acceso a la justicia de estos 53 ciudadanos, financiando el servicio profesional de los abogados defensores y los gastos de alojamiento y transporte. Otro importante aporte de las instituciones es una presencia vigilante para que se den las condiciones del debido proceso. Se ha invocado constantemente necesidad de la celeridad que permita la culminación del juicio en plazos razonables. Se ha conseguido que las declaraciones de los inculpados y los testigos se hagan en la propia lengua, contando con el apoyo de intérpretes awajun y wampis.
El juicio es público, lo que ha permitido la presencia de los medios de prensa, nacionales e internacionales y también de algunas prestigiosas instituciones internacionales de defensa de los DDHH. Destaco la presencia de tres organizaciones que han presentado un amicus curiae ante el Presidente de la Sala Penal Liquidadora de Bagua:
La Fundación para el Debido Proceso, con sede en Washington,D.C. El Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. El Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad – Dejusticia, con sede en Colombia.
Transcribo dos de sus recomendaciones que se refiere a la necesidad de un enfoque intercultural del proceso y a las medidas que permitan su culminación en plazos no prolongados:
“La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas afirman que en procedimientos para resolver conflictos y controversias, los Estados deben tener “en consideración las costumbres, las tradiciones, las normas y los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas interesados y las normas internacionales de derechos humanos.”(nº37).
“Si bien la complejidad de la causa requiere un término ampliado para que todos los involucrados puedan declarar, dicha situación podría ser mitigada por el Poder Judicial peruano a través de diferentes medidas. Algunas de ellas han sido advertidas por la Defensoría del Pueblo en oficios enviados a la Corte Superior de Amazonas y a la misma presidencia del Poder Judicial, exhortándoles a conformar un colegiado con dedicación exclusiva al conocimiento de los hechos del 5 de junio de 2009, así como la adopción de un cronograma con audiencias consecutivas y más frecuentes”. (nº 71).
Un trabajo conjunto de Radio Marañón y la Coordinadora Nacional de los DDHH, hizo posible la grabación de la mayoría de las declaraciones. Este valioso material lo tienen disponible ambas instituciones para que se puedan ampliar las investigaciones sobre este grave conflicto que marcó nuestra historia reciente. Tal vez el Sr. Fernando Vílchez se anime a la realización de una nueva película: “Historias del Baguazo 2”.
El 14 de mayo se cumplió un año del comienzo del juicio oral “Curva del Diablo” y el 5 de Junio se cumplen seis años de aquellos sucesos por los cuales son juzgados 53 ciudadanos a los cuales, hasta el momento, no se les ha podido probar su responsabilidad. Podemos imaginarnos la clamorosa pregunta que ronda en sus cabezas, en esta larga marcha en busca de justicia: “hasta cuándo va a durar esta pesadilla que tanto está condicionando mi vida”.
Cuando tengo la posibilidad de participar en una audiencia, me conmueve ver los rostros cada vez más desgastados; algunos están enfermos por la preocupación. Me sorprende tanta constancia, tanto empeño en demostrar su inocencia, y también la terca confianza de que el Sistema de Justicia no les va a defraudar.
Cada audiencia es el encuentro cara a cara de los representantes del Poder judicial con los ciudadanos awajun y wampis; es por lo tanto una posibilidad de acercamiento del Estado a los Pueblos Indígenas de la Amazonía. Ojalá que la culminación de un juicio justo inaugure nuevas relaciones del Estado con los Pueblos Indígenas y se vaya cancelado la deuda histórica que se ha reconocido, en estos años del Post- Baguazo.
Ideele Revista Nº 250