Grecia mártir, heroica, humanizada

05/06/2015
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Volví a Atenas en mayo, 62 años después de por allí haber pasado en una breve visita.

 

Es otro el mundo y no me reconozco en el joven que en ese tiempo vivía en mi cuerpo.

 

La población de Atenas era entonces inferior a un millón. Ciudad pobre, exhibía aun heridas de la brutal ocupación nazi. La memoria de la guerra Civil era también muy viva. Hoy es una gigantesca megalópolis –la cuarta de Europa- con casi 4 millones de habitantes.

 

Raros edificios superan los 10 pisos. Muchos barrios periféricos tienen vida autónoma con comercio, restaurantes, hoteles, etc. Algunos fueron construidos después de la guerra de 1921/22 con Turquía, cuando ocurrió el cambio de minorías (salieron 400 000 turcos y llegó un millón y medio de griegos procedentes de Asia Menor y Estambul, donde sus antepasados se habían establecido hace veinte siglos).

 

Esa gigantesca masa de «retornados» alteró la vida del país. La integración de los «asiáticos» no fue fácil. La mayoría tenía un nivel cultural superior al de los habitantes de una Grecia predominantemente rural que tenía entonces solamente 4 750 000 habitantes.

 

La revolución golpeada

 

Con excepción de la ex - URSS y de la ex Yugoslavia no hay movimiento de resistencia comparable por su dimensión al griego, liderado por el Partido Comunista-KKE, fundado en 1918.

 

Más de 400 000 griegos murieron durante la II Guerra Mundial. La invasión del país en 1940 por la Italia fascista fue derrotada, pero Hitler acudió en ayuda del aliado y la Whermacht ocupó Grecia en abril del año siguiente.

 

 La lucha contra el ejército alemán en las ciudades y las montañas fue una epopeya, con participación decisiva de los comunistas.

 

 El 31 de mayo de 1941, el Comité Central del KKE lanzó un llamamiento para la formación de un frente popular contra los fascistas alemanes, italianos y búlgaros. Los principales partidos de la burguesía rechazaron inmediatamente ese llamado.

 

El 16 de julio de 1941 fue creado el Frente Nacional de Liberación de los Trabajadores (EEAM) y el 28 de septiembre de 1941, el KKE y pequeños partidos crearon el Frente Nacional de Liberación (EAM). En enero de 1942 el Comité Central del KKE y el Comité Central del EAM deciden crear el Ejercito Popular Griego de Liberación (ELAS), que fue el brazo militar del EAM. En 1943 surgen la Organización Nacional de la Juventud Griega (EPON) y la Marina de Guerra Popular de Liberación Nacional (ELAN). Paralelamente a esas organizaciones funcionaban también la Solidaridad Nacional y la Organización de Protección de la Lucha Popular (OPLA).

 

EL EAM utiliza todas las formas de lucha: propaganda, publicaciones, huelgas, manifestaciones, lucha armada. En 1944 tenía ya liberadas muchas regiones de montaña y creó el Gobierno de las Montañas, estructuras administrativas y tribunales populares.

 

A fines de agosto de ese año, el ELAS inició la ofensiva general contra las fuerzas nazis y después de muchas batallas liberó totalmente el país. En ese momento el ejército regular del ELAS disponía de 78 000 oficiales y soldados, y una milicia popular de 6 000 elementos. El EAM contaba con más de un millón y medio de miembros y el EPON, su organización juvenil, tenía unos 600 000.

 

El imperialismo británico y la burguesía griega consideraron que «sus intereses estaban amenazados».

 

La intervención británica culminó en diciembre de 1944 en la llamada batalla de Atenas. Gran Bretaña retiró 60 000 soldados que luchaban en Italia contra los alemanes y los transfirió a Grecia. Esas tropas apoyadas por 200 tanques y aviones de combate lucharon entonces al lado de las fuerzas de la derecha griegas que habían colaborado con los nazis contra el EAM.

 

Ante la ofensiva, los combatientes del ELAS salieron de Atenas después de una resistencia de 44 días.

 

El 12 de febrero de 1945 el EAM cometió el error, invocando la unidad nacional, de firmar el Acuerdo de Varkiza, que llevó al desarme del ELAS.

 

Sin embargo, la burguesía no pudo restablecer en plenitud su dominación. Recorrió entonces a la violencia y al terrorismo. Entre el Acuerdo de Varkiza y el 31 de mayo de 1946 fueron asesinados 1 289 miembros del EAM, heridos 6 671, torturados 31 632 y presos 84 931.

 

Subrayo que las tropas de ocupación británicas desencadenaron una represión brutal, armaron el ejército de la burguesía y lo lanzaron contra el movimiento popular. Este fue confrontado con la opción de ceder o luchar. Acabó o por escoger el camino de la lucha.

 

El nuevo movimiento guerrillero, el Ejercito Democrático de Grecia (DSE) nació en las montañas. Su combate fue justo, anti-imperialista e internacionalista.

 

Durante tres años, el Ejercito Democrático resistió en condiciones muy adversas. Contó con casi 30 000 guerrilleros. Obtuvo importantes victorias sobre todo en regiones próximas a las fronteras de Albania e Yugoslavia. La participación del KKE, en ese tiempo dirigido por el secretario general, Nikos Zacharíadis, fue decisiva. Pero la desproporción de fuerzas (el ejército de la burguesía, equipado con armas pesadas, tenía 200 000 hombres) no permitió que el DSE derrotase a la burguesía apoyada por el imperialismo.

 

Poca gente sabe hoy que las bombas de napalm fueron utilizadas por primera vez en una batalla en la sierra de Grammos cuando el ejército enemigo lanzó 338 sobre las posiciones del DSE.

 

La desproporción de fuerzas determinó la derrota del ejército del pueblo. Aproximadamente 150 000 personas murieron en ese periodo de la Guerra civil. Más de 65 000 combatientes del DSE se exiliaron en países socialistas con sus familias.

 

Es útil recordar que en 1947 las tropas británicas se retiraron del país y Londres transfirió a EEUU la dirección de la lucha anti-comunista en Grecia. Truman y después Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Carter, Reagan, Clinton, Bush padre e hijo, Obama mantuvieron bases militares en el país. Montaron conspiraciones, fabricaron y depusieron gobiernos y estimularon conflictos entre Grecia y Turquía. Secuelas de esa política imperial son todavía identificables en sentimientos anti-americanos.

 

Washington apoyó la dictadura de los coroneles (de 1967 a 1974), un régimen de pesadilla que agravó las relaciones con Turquía, contribuyendo con su irresponsabilidad a la intervención militar turca en Chipre.

 

La crisis y lo cotidiano

 

Al llegar a Atenas el extranjero tiene alguna dificultad en identificar la profundidad de la crisis. Atenas es una ciudad clara, luminosa, predominantemente blanca, con pocos parques pero con muchos árboles en las calles (incluyendo olivos y naranjos), infestada por coches y motocicletas como otras capitales europeas. Para empeorar el tráfico casi no hay parkings subterráneos.

 

En las tiendas no se nota la carencia de ropas y comida. Los precios son inferiores a los de cualquier otra capital de Europa Occidental.

 

El pueblo es amable, alegre, cordial, extrovertido. Por la noche en Atenas miles de personas invaden lugares céntricos como la Plaza Monasterakis. Los cafés y restaurantes, pese a la crisis, se llenan. La cocina griega, de influencia oriental (cuatro siglos de ocupación turca), es exquisita, óptima.

 

La alegría de vivir de la juventud impresiona por inesperada, pero al conversar con viejos amigos me he dado cuenta, días después de llegar, de la profundidad de la dramática crisis griega.

 

Durante horas, por la mañana, visité zonas suburbanas y del cinturón industrial. Los barrios de barracas fueron destruidos hace tiempo, igualmente la pobreza de las casas y de los vecinos es identificable en muchos barrios periféricos.

 

En el Pireo, especialmente en el municipio de Parama, esa pobreza se hace trasparente en el caserío que sube por las colinas que dominan el puerto.

 

En el metro de Atenas y en calles céntricas la presencia de pordioseros, según registré, aumentó mucho desde el inicio de la crisis.

 

La herencia negativa de la Unión Europea

 

El ingreso en la Unión Europea fue un desastre. Gran parte de la industria fue destruida y la agricultura severamente afectada.

 

El país durante décadas exportó azúcar y era casi autosuficiente en carne y leche. Hoy importa esos productos, así como trigo y maíz. Actualmente Grecia importa gran parte de los alimentos que consume.

 

La cultura del algodón, antes muy desarrollada, base de una poderosa industria textil, entró en decadencia.

 

Recordando a Florakis

 

De mis días en Atenas revisitada recuerdo momentos inseparables de un torbellino de emociones. No olvidaré la actividad promovida frente a la casa que perteneció a Charilaos Florakis, secretario general del KKE durante quince años. Patrimonio del Partido, allí funciona hoy un centro de estudios con 30 000 documentos digitalizados, muchos sobre la historia del KKE, y cuenta con una biblioteca riquísima.

 

La iniciativa se integró en las conmemoraciones del centenario del nacimiento de Florakis y coincidió con el décimo aniversario de su muerte.

 

El evento, acompañado por centenas de militantes, transcurrió en la calle. En el discurso que pronunció, Dimitri Koutsoumpas, secretario general del Partido, enalteció la intervención en la historia del gran revolucionario, denunciando la hipocresía de la burguesía griega que lo combatió e insultó con ferocidad mientras vivió para solamente reconocer su grandeza después de su muerte.

 

Al escuchar las palabras de Koutsoumpas recordé que la actitud de la derecha portuguesa y de los socialistas ante Álvaro Cunhal fue exactamente la misma.

 

Me emocionó, repito, el homenaje, a la memoria del héroe comunista. Terminó cuando la noche había ya bajado sobre Atenas. Entre los presentes había muchos jóvenes. Sentí que ellos son ya el puente entre el pasado y el futuro de un gran partido revolucionario sobre el cual llueven críticas y calumnias de las burguesías de Europa y de América - un partido incomprendido incluso por organizaciones reformistas del Movimiento Comunista Internacional.

 

¿Por qué? Precisamente porque el KKE mantiene una fidelidad intransigente a los valores y principios del marxismo-leninismo y una inquebrantable confianza en la derrota final del capitalismo en un mundo en crisis de civilización.

 

Atenas, junio de 2015

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/170153?language=en
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