Los resultados de las elecciones regionales y municipales en España (domingo recién pasado) provocaron un titular en la primera página de El Mercurio:

“Partido Popular de Rajoy, gana con desgaste elecciones autonómicas y municipales en España”

El Mercurio se excede en la mentira y en su amor por el franquismo. La verdad es mucho menos rosada: el Partido Popular, socio de RN y la DC en Chile, sufrió una aplastante derrota, un descalabro aún superior al del PSOE, que de socialista y de obrero no tiene sino la etiqueta.

No lo digo yo, lo dicen los mandamases del Partido Popular (“Popular”, otra etiqueta…) que dimiten en serie, invitando al presidente del Gobierno a hacer lo mismo.

En medio del naufragio, la patética Esperanza Aguirre (PP), que ha perdido la Alcaldía de Madrid, le ofrece un pacto al PSOE y a Ciudadanos (que como dice Iñaki Gabilondo “es la cara aseada del PP”), contra PODEMOS, la joven formación que se alza como el futuro de la izquierda hispana. A poco andar, el mismísimo PP se hace eco de tal escandalosa proposición que tiene como objeto burlar el veredicto democrático, y perpetuar a los corruptos en el poder: “Los populares y miembros del Gobierno se suman a la propuesta de Esperanza Aguirre, aunque admiten que no será aceptada.”

¿No será aceptada? Eso está por verse. En estos casos es mejor curarse en salud. PODEMOS aplastó a la izquierda tradicional, esa que se contenta con administrar el sistema neoliberal y robarse cuanto puede. ¿Qué interés puede tener el corrupto PSOE en facilitarle la tarea de limpieza a quienes aparecen como una alternativa popular surgida de los movimientos sociales?

PODEMOS también redujo a su más simple expresión a Izquierda Unida (PC y satélites), y por ese lado no hay mucho que buscar. El PC español, como otros PC, carece de visión, de dinámica, de proyecto y de credibilidad. Renuentes a la unidad, creyeron que terminaría por imponerse el “aparato”.

Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, le ha “dado libertad a los candidatos de su partido para pactar”, con la condición de no hacerlo con la derecha (se ve que no conoce al socialismo chileno…), y de someter a su augusta consideración cualquier acuerdo.

Por el momento, la mayoría relativa del PSOE en Andalucía no ha dado paso a ninguna solución de gobierno, por la simple razón que ningún otro partido quiere acercarse a quienes son responsables de la crisis y de buena parte de la corrupción (Felipe González participó en la campaña de Andalucía… el muy caradura). ¿Cómo imaginar un matrimonio entre la corvina y el huemul?

Lo cierto es que al ganar los Ayuntamientos de Madrid y de Barcelona, las fuerzas renovadoras generaron un verdadero terremoto cuyos efectos se harán sentir en toda Europa. Si los burócratas nombrados a dedo de Bruselas pensaron que sería fácil abusar del gobierno de Syriza en Grecia, ya se dieron cuenta de su craso error. Ahora, Grecia no está sola: se alza una fuerza mucho más considerable en España, habida cuenta del peso de la península en la economía europea.

Como suele decir la prensa yanqui, estamos en “uncharted waters”, en mares desconocidos. Los pueblos comienzan a despertar, y el futuro del abuso y la arbitrariedad se anuncia muy negro. ¿Vencerá la democracia en Europa?

De la respuesta a esa cuestión dependen los destinos no sólo de 500 millones de europeos, sino de buena parte del mundo. Frau Merkel, Ihre Herrschaft ist vorbei, su dominio sobre una Europa de rodillas se ha terminado. Para bien de la esperanza.

En otros países, en otros sitios del mundo, debemos interrogarnos con relación a la mediocridad y la incompetencia de una izquierda que no logra ser alternativa. ¡Puedan estas primeras victorias despertar las ansias de libertad en el mundo entero!

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