Baltimore…la espina dorsal del racismo
- Opinión
La ruptura de la espina dorsal del joven afrodescendiente Freddie Gray es la quiebra del sistema judicial fundamentado en un racismo institucional.
Evidentemente que existe un reagrupamiento imperceptible del Ku Klux Klan, la tenebrosa organización terrorista que en el siglo anterior se dedicó a matar a afroestadounidenses.
Lo que está ocurriendo actualmente es una estrategia sistemática, que no para, pues en menos de 24 horas muere un afroamericano y ahora con la suma de “hispano”. No hay culpables
Lo que está ocurriendo en algunas ciudades de Estados Unidos tiene un nombre: Gatillo blanco. Siempre es un policía blanco que dispara, estrangula, tortura, asfixia o rompe la espina dorsal hasta la muerte de un sospechoso afrodescendiente, “latino” o migrante… ¿A qué se debe ese fenómeno de crimen racial mezclado con xenofobia y desprecio a la gente pobre?
De la higiene racial al exterminio racial
La invención de la supremacía racial blanca es la consecuencia de una serie de inventos conceptuales despectivos del colonizador occidental, con la finalidad de denigrar a los africanos y sus descendientes, colocándoles el remoquete de negro, asimilando dicho color a una cosa inanimada, un mueble, hasta determinar que negro, aparte de ser un simple color, era y sigue siendo una raza inferior, como en otros tiempos ya lo habían estimado Voltaire, Inmmanuel Kant, Hume, Hegel entre otros filósofos del desprecio del “otro”.
En los tiempos del sanguinario Adolfo Hitler, para proclamar la supremacía racial aria, se inventó la teoría y práctica de la “higiene racial”, con la finalidad de eliminar genéticamente todo aquello que no representara la raza nórdica. La “higiene racial” se plasmó en la práctica de la “eugenesia racial”. Su punto de mayor aplicación fue en el año 1933, cuando Hittler destinó un alto presupuesto para crear “la raza superior” ante las demás razas y extranjeros. Se trata de una combinación de genocentrismo y xenofobia.
Mientras eso pasaba en la Alemania nazi, en el sur de Estados Unidos, no se practicaba la eugenesia, sino que se quemaba, descuartizaban o colgaban a diestras y siniestras a hombres, mujeres, niños y ancianos de origen africanos a manos del tenebroso y terrorista Ku Klux Klan (KKK)
La vigencia del exterminio racial
Evidentemente que existe un reagrupamiento imperceptible del Ku Klux Klan en los últimos tiempos. Lo que está ocurriendo actualmente es una estrategia sistemática, que no para, pues en menos de 24 horas muere un afroamericano y ahora con la suma de “hispano”. No hay culpables. Recordemos que fue el KKK, que después de la guerra civil en USA, emerge para crear una especie de apartheid y no contento con ello comenzó un trágico proceso de exterminio para acabar con la raza “negra”.
La reproducción ideológica de ese instinto terrorista racial permanece evidenciado en ese largo rosario de crímenes cometidos por el sistema policial y la ausencia de estructura jurídica que condene a los culpables. En el pasado muchos de estos crímenes raciales, aunque fuese tardíamente, sus ejecutores eran condenados, como pasó con el caso del líder afroamericano por los derechos civiles, Medgar Evers, en Misisipi, cuyo asesino Byron De La Beckwith fue condenado en 1994; o el caso del líder afroamericano Vernon Dahmer, en 1966, cuyo asesino, Sam Bowers, miembro del KKK fue condenado en 1998. La justicia tardaba, pero al final se cumplía. Pero hoy, ante los ojos de los recientes asesinatos expuestos en las redes sociales y medios de difusión masiva, la comunidad afroamericana y de derechos humanos queda indignada cuando no se dictan condenas a los policías que quedan libres. Las protestas en Baltimore se suman a las miles que sacuden a Estados Unidos bajo el liderazgo del movimiento Black Lives Matter, que exige justicia racial, cambiar el sistema judicial y la formación del sistema represivo policial.
En su libro The Gunning Dowm Michael Browm, el profesor del departamento de literatura de la Universidad de Howard, Ian Isidore Smartlo, dice con mucha claridad: “La supremacía blanca es la ideología sobre la que nuestra nación, y de hecho, la civilización occidental en sí se fundamenta. De hecho, los africanos en los Estados Unidos tienen un poder adquisitivo anual de casi el billón de dólares, y el presidente de la nación es un hombre negro, sin embargo, la supremacía blanca reina en Estado Unidos. Los afrodescendientes en los Estados Unidos no pueden esperar, por tanto, para superar la supremacía blanca es necesario la unidad con la población africana y su diáspora, señalando la alianza necesario de los millones de afrodescendientes en la diáspora que sufren la exclusión y la discriminación en todo el continente. Esa unidad contra la injusticia se expresa en ese movimiento como un nuevo activismo para romper el cerco de la muerte que salió a la calle en la ciudad de Baltimore ante la muerte de Freddie Gray, de 25 años, quien murió el domingo pasado por destrozos de su espina dorsal, al ser detenido como sospechosos por la policía de esa ciudad. La ruptura de la espina dorsal del joven afrodescendiente Freddie Gray es la quiebra del sistema judicial fundamentado en un racismo institucional”.
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