La Cumbre de las Américas sin afros ni indígenas

17/04/2015
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Aunque la Cumbre de las Américas realizada la semana pasada en Panamá ha sido una de las más extraordinarias desde el punto de vista político que reflejó el indetenible proceso de soberanía de nuestros países, también ha sido una de las cumbres donde los temas que afectan a cincuenta millones de indígenas y ciento cincuenta millones de afrodescendientes, fue totalmente omitido, anulado como parte de las grandes problemáticas que afectan nuestro países.

 

Apenas como un saludo a la bandera del Secretario general de la ONU, fueron mencionados a vuelo rasante, sin destacar los asesinatos, desplazamientos, racismo y discriminación de estos dos componentes étnicos que han construido con sus manos e inteligencias este continente. La mayoría de los presidentes ignoraron que el canal de panamá fue construido, en su mayor parte, por afrodescendientes procedentes de casi toda la región del continente.

 

Muchos mandatarios y la famosa Cumbre de los Pueblos ignoraron que allí se dio unas de las peores masacres de estudiantes, en su mayoría, afrodescendientes, cuando en la década de los sesentas se atrevieron a quitar la bandera de Estados Unidos y colocar la bandera de Panamá como un gesto de soberanía panameña sobre el canal.

 

En la estrategia de la llamada Alianza para la Prosperidad de la Cumbre, no se mencionaron los impactos negativos ambientales que están causando las corporaciones transnacionales en los correderos estratégico- ecológicos desde Chiapas hasta la Amazonia, el avance de la vorágine en la Amazonia brasileña y los efectos desastrosos de las compañías petroleras, caso Ecuador.

 

Indígenas y afrodescendientes en cifras

 

Según UNICEF “En América Latina y el Caribe, además de los 40-50 millones de indígenas, existen 150 millones de afrodescendientes distribuidos a lo largo y ancho de toda la región. Se estima que de los 200 millones de indígenas y afrodescendientes, cerca de la mitad son niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.”. Más de cinco mil lenguas indígenas, así como las variantes del creole del Caribe, la lengua Garífuna hablada en Centroamérica y Belice, el habla palenquera y las lenguas en el plano afroreligioso, le dan una gran diversidad cultural a nuestro continente. En la Cumbre, ni siquiera un símbolo de estas culturas ancestrales fue mostrado, o si se llegaron a mostrar fueron folklorizadas o momificadas.

 

Para UNICEF “La marginalidad y la exclusión se han convertido en parte estructural de esta población desde la instauración del régimen de conquista y colonización europeo del siglo XV, que buscaba la mano de obra masiva para las faenas agrícolas y mineras que alimentaban las ciudades. La esclavitud, y los mecanismos para mantenerla resultaron en el holocausto más grande que ha sufrido la humanidad. Como fruto del racismo y la discriminación, estos pueblos tienen más bajos niveles nutricionales, menor cobertura y calidad en los servicios educativos y un limitado o inexistente acceso a otros servicios básicos como salud, agua, saneamiento y protección en comparación con la población criollo-mestiza.”

 

Decenio Afrodescendiente

 

Estamos ya en el marco del Decenio de los Pueblos Afrodescendientes (2015/2024), donde los países se comprometieron a implementar un plan de acción, el cual es saboteado por los países que participaron en el terrible comercio de seres humanos africanos y el trabajo forzado de millones de hombres, mujeres y niños y niñas para la “prosperidad colonial y neocolonial” de las grandes burguesías, que de alguna forma u otra hoy continúan en el poder desde tiempos coloniales en muchos de nuestros países.  Es necesario que en primer lugar los países que en la Cumbre tuvieron la valentía de exigir autonomía, soberanía y dignidad en la Cumbre de las Américas, sin afros y sin indígenas, exijan también la inclusión de los “condenados de la tierra” que por siglos siguen sufriendo discriminación, violencia étnica. Los ultradefensores de derechos humanos que atacaron a Venezuela en la Cumbre, como el obsesivo expresidente mexicano Felipe Calderón o el expresidente colombiano Andrés Pastrana, no dijeron absolutamente nada sobre las masacres de indígenas y afros en sus respectivos países evidenciando la estructura mental racista y discriminatoria de ambos personajes. Esperamos en la Cumbre de la CELAC en Ecuador se conforme el Comité de los pueblos afrodescendientes para comenzar a saldar esa deuda histórica.

https://www.alainet.org/es/articulo/169034?language=es
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