En el marco del Decenio de los Afrodescendientes la propuesta:

Enseñanza obligatoria de la historia africana e indígena en la educación

06/04/2015
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Un sistema educativo democrático, plural e inclusivo, debería enseñar integralmente sobre las fuentes de nuestra orientalidad, los orígenes de la ciudadanía uruguaya sin jerarquías culturales. Con espíritu de reconocimiento y reparación por el mayor genocidio de la historia; poblaciones indígenas y africanas avasalladas en las Américas colonizadas.

 

Si queremos proyectar un mundo más libre y disfrutable en igualdad de derechos y oportunidades, tendremos que hacerlo desde la educación. De lo contrario cundirán remiendos o penalizaciones frente a la arbitrariedad de la exclusión y el desprecio consumados. Seguiremos haciendo y aplicando leyes contra la discriminación, en lugar de atacar la raíz del problema.

 

Tenemos que lograr disminuir o erradicar las manifestaciones de intolerancia y una base fundamental es la comprensión de la equidad social en los primeros años de formación de la vida comunitaria.

 

La institucionalidad de nuestro país se fundó sobre bases aristocráticas donde no había espacios de igualdad ni para negros ni para indios, resultado del sistema invasionista esclavista que, por su poder destructor,  tiñe de inequidades y vicios sociales irremediablemente la actualidad, determinando menor calidad de vida según los orígenes étnicos a mucha gente.

 

Pueblos originarios hoy todavía relegados históricos, deben tener una necesaria y profunda expresión sobre sus manifestaciones, costumbres y tradiciones ancestrales propias, en los programas de educación básica primaria y secundaria. Eso implicará revisar nuestra historia con los portadores de la cultura en primer lugar y con los estudiosos de las ciencias sociales.

 

Nadie dice que será fácil. Ninguna transformación social real lo es.

 

Sin embargo, es imprescindible revalorizar los valores de convivencia, de respeto por la otredad, de empatía humana. Y es ejemplificante empezar por los principios de nuestra identidad.

 

Comencemos a desestructurar el racismo desde su génesis. La discriminación racial o de toda índole, es un emergente de fundamentalismos varios, que indican la internalización de una supremacía cultural en torno a ciertos “modelos” social y políticamente impuestos y aceptados, aún por los perjudicados, dando por sentado que existen personas superiores a otras, lo cual es falso y debemos decirlo.

 

La discusión tendrá que ser pública y la decisión tomada en forma estatal.

 

Nos disponemos a dar la batalla por la obligatoriedad de la enseñanza africana e indígena en los programas educativos públicos y privados, transitando los pasos necesarios y sean bienvenidos los debates a todo nivel. Es sano que de esto se hable porque en toda injustica callar, es complicidad.

 

Contamos con el antecedente de la legislación brasileña que en 2004 y 2008 votó leyes en este sentido. Somos un Estado pluricultural y multiétnico como otras naciones hermanas latinoamericanas y caribeñas, y esperamos que la próxima reforma constitucional lo reconozca.

 

En la construcción nacional colectiva y de profundización democrática planteada por el Frente Amplio, la educación afroindígena en las aulas, será de gran ayuda en el proceso de descolonización ideológica.

 

La verdadera independencia, pasa por el conocimiento cabal de la historia de los pueblos que conformaron la raíz de nuestra patria.

 

La educación es un derecho básico de la humanidad y factor clave para el desarrollo.

 

Es fundamental incluir aquello que fue marginalizado adrede por los poderes eurocentristas e imperialistas de la época, con una sociedad basada en concepciones oligárquicas. Contar la realidad de la obligada diáspora africana, y de la masacre, el corrimiento e intento de exterminio indígena, genocidios y etnocidios de consecuencias perennes que determinan la existencia de vigentes y vergonzantes desigualdades, pondrá en valor las primeras acciones afirmativas enunciadas por el prócer don José Artigas cuando dijo: “Que los más infelices sean los más privilegiados”.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/168719?language=es
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