El ex presidente Tabaré Vázquez arriba como nítido favorito en la segunda vuelta uruguaya, en la que competirá contra Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional. La juventud, clave en la primera vuelta acompañando al Frente Amplio, también acompañaría mayoritariamente al oficialismo.
El balotaje que se disputará mañana en Uruguay será uno de los más apacibles del año electoral latinoamericano, sobre todo si se lo compara con finales anteriores un poco más cerrados, como sucedió en Colombia o Brasil, en las recientes reelecciones de Juan Manuel Santos y Dilma Rousseff. Ocurre que el Frente Amplio (FA) hizo una primera vuelta muy favorable, con un 48% de los votos, casi 20 puntos por encima del Partido Nacional, y así llega con tranquilidad a esta nueva elección, que definirá quién conducirá los destinos del país oriental entre 2015 y 2020. Además, el FA cuenta con un plus adicional: de ganar la elección, con el ingreso de Raúl Sendic al Senado –en su carácter de vicepresidente–, tendrá nuevamente la mayoría parlamentaria.
Las últimas encuestas conocidas para el segundo turno son a todas luces favorables para Vázquez. De acuerdo con la consultora Factum, aventaja por 52% a 37% a Luis Lacalle Pou -el resto, blancos e indecisos-, mientras que para Radar la diferencia es de 53% a 42%, también en favor del candidato frenteamplista.
Entre las explicaciones para esta diferencia en los sondeos se señala en primer lugar la gestión presidencial del FA, bien valorada por seis de cada diez uruguayos de acuerdo a distintos sondeos. En segundo término, los liderazgos de Vázquez y Mujica, claves en la elección por ser figuras ampliamente reconocidas en todo el país. Por último, la fortaleza del FA en la campaña casa por casa –y el voto a voto–, al ser la fuerza política más relevante de Uruguay, y con mayor extensión en el territorio nacional.
En estas semanas, el FA hizo hincapié en la necesidad de avanzar en la sanción definitiva de la ley de medios. La normativa, que ya fue votada en Diputados a fines de 2013, se propone "garantizar la diversidad y el pluralismo en el sistema de servicios de comunicación audiovisuales", y prevenir "la formación de oligopolios y monopolios". Hace poco fue el propio Tabaré el que calificó de "impostergable" a esta nueva herramienta de reglamentación comunicacional, al decir que "si bien esta administración –por Mujica– aprobará una ley largamente esperada, será responsabilidad del próximo gobierno su reglamentación, implementación y cumplimiento". El resto del programa de gobierno de Vázquez consiste en "avanzar en un plan nacional de cuidados para jubilados y menores, aumentar el PBI a la educación pública", y proseguir con el denominado "gobierno electrónico".
Hay un elemento no menor de los datos que ofreció la primera vuelta: un 58,5% de los votantes de la franja de 18 a 30 años se inclinó por Vázquez, aún cuanto este tiene 74 años –y su principal contrincante, sólo 41–, de acuerdo a un informe presentado por el sociólogo Gustavo Leal. Es decir: el voto joven se orientó principalmente al FA, algo que se espera pueda repetirse en el segundo turno.
Posiblemente por ello la derecha uruguaya intentó en estos últimos días un último golpe: paseó a la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez –que cobró notoriedad por un video en Youtube contra los gobiernos posneoliberales– por todos los medios, para intentar tildar de "populista", de manera despectiva, al gobierno de Mujica. Con la visita de Álvarez, quien buscó no referenciarse directamente en Lacalle Pou, la derecha uruguaya intenta erosionar algo del masivo voto joven obtenido un mes atrás por el FA.
Diversos analistas políticos y periodistas uruguayos consultados por Tiempo Argentino descuentan la nula incidencia que este "tour mediático" de Álvarez podría tener en la elección. Tampoco, advierten, tendría incidencia favorable el llamado del ex presidente Jorge Batlle –tristemente célebre por su frase "los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último"– a votar por Lacalle Pou, acto seguido de la afirmación de que el FA impulsa el "fascismo". Más bien, aclaran, el exabrupto de Batlle podría ser un "salvavidas de plomo" para el joven del Partido Nacional, que intentará a pesar de ello hacer una elección decorosa para posicionarse como la nueva cara visible de la oposición. A estas horas, y con Vázquez adelante con amplia ventaja en todas las encuestas, el hijo de Luis Alberto Lacalle ya se conforma con una "derrota digna".