Contra el secuestro de la cultura por el poder político (I)
08/11/2014
- Opinión
“Treinta años de neoliberalismo, fuerzas del libre mercado y privatización se han cobrado su precio, a medida que la implacable presión por conseguir logros se ha vuelto normativa [...]; lo plantearé con esta sencilla afirmación: el neoliberalismo meritocrático favorece ciertos rasgos de personalidad y penaliza otros.” Paul Verhaeghe.
En Cuba, entre los 60s y 80s del siglo XX, el dogmatismo de izquierdas le retorcía el cuello a la cultura –equivalente a una acumulación histórica-, como a una gallina supeditada al desarrollo económico; lo que no impidió en la interacción entre culturas, la irrupción fácil de referentes del modelo hegemónico angloestadounidense.
En vez de en crisis terminal, el capitalismo alcanzó su reconfiguración neoliberal, reforzando, junto a sus referentes culturales, a su semiósica –producción social de signos-, para la dominación comunicativa durante la sumisión cultural y al canon burgués globalizado en la reproducción de las relaciones de poder.
Siendo la cultura del capitalismo un modelo sin acumulación histórica (Cultura o civilización) alguna, acopia intrusiva signos para comunicar hasta la coerción sus normas. La ofensiva burguesa significa crisis permanente de su cultura; y somete a la bisagra entre acumulación histórica y modelo de cultura, esencial para futuridad posible, en cualquiera de sus variantes.
La producción semiósica imperialista en las redes sociales, se destina a "blindar" a ese proceso (de pacificación), previo a la opción militar.
Asens y Pisarello[1], indagaron hasta dónde se extiende esa producción semiósica para acceder al registro biologizado de los límites geopolíticos y entre culturas, que apelan a la defensa de la “seguridad” por sobre la legalidad y el derecho hasta evaporarlos. Donde el individuo se ve cohibido por un "tareco" intruso que le desnuda su autoestima en los aeropuertos.
Gopal denunció en el Afganistán ocupado, los "cuerpos" que se "extravían" o "pierden su destino"; y luego aparecen o no; mientras esa producción semiósica hace el tonto.[2]
Fernández y Welt comentan que en la República Democrática del Congo (la del coltán), que tiene seis veces la extensión territorial de Alemania, es “olímpico” el tráfico de armas, e imposible de coartar porque a los "miembros de la Deutsche Welthungerhilfe (Agro Acción Alemana) [...] [les] interesan más las valiosas materias primas que la estabilidad del país." [3]
Melgar Bao[4] crítica a la asepsia interna de esa producción semiósica, donde la "basura" burguesa tiene prioridad en la recogida diaria dentro de un panóptico privatizado que brinde la seguridad del caro neohigienismo cultural burgués, encapsulado en el panóptico electrónico de vigilancia.
Lins Ribeiro [5] advierte, que al imperialismo le son necesarios los medios que posibiliten una hegemonía de vigilancia militar hi-tech y rápida capacidad de intervención.
Ya en la Segunda Declaración de La Habana, Fidel Castro alertó acerca de una vigilancia inserta en la producción semiósica del Pentágono.[6]
Borón, observa el redimensionamiento capitalista de finales del siglo XX en el "triunfo del capitalismo […] donde los fenómenos sociales son resignificados y resemantizados [mediante esa producción semiósica] […], [y] desaparecen de la vista.de sus contemporáneos […] [ante] la necesidad de redoblar la vigilancia sobre las "clases peligrosas" [7]
A Holmes, le urge "observar […] el incremento extraordinario de las prácticas de vigilancia […] [para que] en cualquier umbral --una frontera, un cajero automático, la entrada al metro, la recepción de un hospital, las ventanillas del banco, un sitio web comercial-- se sometan a control las señas de identidad personales o incluso partes del cuerpo […], [que] son comprobadas en […] bases de datos lejanas con el fin de determinar si se puede franquear el paso. […] [O que] Jean-François Lyotard identificaba en 1979 los juegos de lenguaje como el terreno emergente de la producción de valor en las sociedades capitalistas […], [donde] lo relevante no [son sino] […] las […] modificaciones dentro de un campo semántico arbitrario. Con el giro lingüístico de la economía [entuertos de la economía neoclásica] […] como sucede en los mercados de valores viciados por el tráfico de información privilegiada, […] que […] manipula las reglas." [8]
Ya Martí advertía que “De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, […] ha llegado para la América [Latina] la hora de declarar su segunda independencia. […] contra un enemigo más fuerte por más vigilante." [9]
Kohan dice del capitalismo en ofensiva de su producción semiótica que “refuerza […] formas “arcaicas”, ahora resignificadas y somete toda la sociedad a la […] dominación de la subjetividad, al control del pensamiento y a la vigilancia. […] en […] una inédita hegemonía cultural norteamericana a escala planetaria basada en los monopolios de la comunicación masiva y en el complejo industrial hollywoodense de la imagen."[10]
Whitney alude, inferimos, a esos círculos concéntricos de que habla Ceceña cuando indaga si tiene sentido "dignificar esta carnicería llamándola “Guerra contra la droga” […] gigantesca toma del poder por el gran capital, las grandes finanzas y los servicios de inteligencia de EE.UU. […] otro capítulo de [su] Guerra […] contra la Civilización."[11]
Finalmente Kohan recurre a Marx para localizar el fundamento histórico de esa vigilancia desde la producción semiósica burguesa al exponer:
"para que el capital pueda estructurar el conjunto de las relaciones sociales como un inmenso ejército y pueda someter a su […] coerción, subordinación, despotismo, vigilancia, […] fuerza material y dominación al obrero colectivo (porque de lo que se trata […] es de clases sociales en conflicto, no de individuos aislados) las condiciones de existencia […] del trabajo se deben haber autonomizado e independizado de sus productores, volviéndose hostiles frente a ellos y ellas […] Marx señala que: […] “antes que el dinero o la mercancía se hayan transformado realmente en capital, [lo que] les imprime […] el carácter de capital no es […] sino el hecho de que este dinero y esta mercancía, estos medios de producción y medios de subsistencia, se enfrentan a la capacidad de trabajo […] como poderes autónomos personificados en sus poseedores; […] se presentan como fetiches dotados de una voluntad y un alma propias”. El capital, […] no constituye más que un fetiche separado, […] y vuelto hostil contra su propio creador, al que somete a la disciplina, la vigilancia, el control, […] (formal y real), la subordinación, la hegemonía y la dominación. […] a relaciones -económicas y […] políticas- de explotación, de poder y de fuerzas. "[12]
El secuestro de la cultura por la dominación y el poder políticos, es un teatro de operaciones contenido en una misma guerra de bombardeos a personas y lugares civiles mediante la tecno-sofisticación de los drones, misiles y en general armas de destrucción masiva; ahora discernidos desde la política imperialista angloestadounidense como el clímax de la evolución cultural posible. La producción de signos desde la actual dimensión expansiva de la cultura del capitalismo, procura semantizar, significar a esa supremacía “cultural” sin paralelos alternativos, y a su vez inalcanzable para los dominados, o para las culturas a invisibilizar como banales.
Contrariamente a como acostumbran a repetir en Cuba, por ejemplo, no existe propiamente una crisis de valores, sino un cambio de, impuesto por esa tecnofilización imperialista. Lo que algunos denominan crisis de valores no es sino el intento de reconfiguración de los mismos valores humanistas hacia los de la cultura del capitalismo en su etapa neoliberal que refuerza a su hegemonía, en medio de insolubles hendijas en su dimensión económico financiera, que pretende re-machucarnos en pos de la instauración de un llamado “nuevo orden mundial”.
Paul Verhaeghe lo analiza críticamente desde una visión euro-panóptica que pudiera extenderse a nuestro contexto en proceso de rectificación radical de la transición socialista. En la segunda parte será fundamentado.
Desde el litoral oeste de La Habana revolucionaria, marxista, martiana y bolivariana. 09/11/2014
[1] Ver: Jaume Asens y Gerardo Pisarello. Control, ¿hasta dónde? Rebelion. 09-01-2010. http:www.rebelion.org
[2] Ver: Anand Gopal. Las prisiones secretas de Obama. TomDispatch.com. Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández. 01-02-2010. http://www.tomdispatch.com/post/175197/tomgram%3A_anand_gopal%2C_afraid_of_the_dark_in_afghanistan/#more
[3] Javier Fdez. Retenaga Junge Welt. La maldición del coltán. Tlaxcala. 04-03-2010. http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=10088&lg=es
[4]Ricardo Melgar Bao. Entre lo sucio y lo bajo: identidades subalternas y resistencia cultural en América Latina. Rev. TEMAS. no. 35: 28-42, octubre-diciembre de 2003.
[5] Ver: Gustavo Lins Ribeiro. Post-imperialismo: para una discusión después
del post-colonialismo y multiculturalismo. www.cholonautas.edu.pe
[6] “Comité de vigilancia en la Junta Interamericana de Defensa con facultades ejecutivas significa fuerza de represión continental […] del Pentágono. Medidas colectivas significan desembarcos de infantes de Marina yanqui en cualquier país de América."” Fidel Castro Ruz. SEGUNDA DECLARACIÓN DE LA HABANA. Rebelion. www.rebelion.org
[7] Atilio A. Boron. El manifiesto comunista hoy: permanencias, obsolescencias, ausencias. En libro: Tras el Búho de Minerva. Mercado contra democracia en el capitalismo de fin de siglo. Atilio A. Boron. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina. 2000. p. 245. Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/buho/cap1.rtf
[8] Brian Holmes. La personalidad flexible. Por una nueva crítica cultural. brumaria 7 arte, máquinas, trabajo inmaterial. http://www.brumaria.net/textos/Brumaria7/09brianholmes.htm
[9]José Martí. NUESTRA AMÉRICA. Edit: FUNDACIÓN BIBLIOTECA AYACUCHO. República Bolivariana de Venezuela. 2005
[10] Néstor Kohan. Pensamiento Crítico y el debate por las ciencias sociales en el seno de la revolución cubana. Libros Libres. Rebelion. www.rebelion.org
[11] Mike Whitney. Los negocios florecen. CounterPunch. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens. 03-06-2011. http://www.counterpunch.org/whitney06012011.html
[12] Néstor Kohan. Nuestro Marx. Rebelion. Libros Libres. www.rebelion.org
https://www.alainet.org/es/articulo/165433
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