El cóctel de la sociedad
03/12/2012
- Opinión
El fuerte cóctel que la oligarquía hondureña está acostumbrado a tomar después de los procesos electorales primarios ha provocado la peor de sus borracheras, dejando como resultado un incremento en los asesinatos en el Bajo Aguan y en la Isla Zacate Grande.
Latinoamérica, 3 de dic. La ilusión democrática bajo el esquema de las elecciones primarias efectuadas en Honduras, fue todo un éxito.
Este acontecimiento diseñó a la perfección un posible experimento fraudulento de lo que serán los próximos comicios generales de 2013.
Este esbozo político le costó a la empobrecida nación centroamericana según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), 315 millones de dólares (6 mil millones de lempiras).
El fracaso de este sistema “democrático” que intenta desesperadamente emular al que se práctica en los Estados Unidos, confirmó la guerra de poderes entre el minúsculo grupo de familias que controlan la democracia.
Prueba viviente
En relación a este fracaso el alcalde del Distrito Central de Honduras y aspirante presidencial, Ricardo Álvarez, es una prueba viviente del control hegemónico de estas familias.
Álvarez, con un brillo desencajado, nervioso y acentuando su rabia contra los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), demandó ante la opinión pública que cuatro poderosos no le dejaron ser el candidato del partido conservador, al que representa.
Acontecimiento que esboza a la perfección la siguiente etapa de la era pos-golpe, a tres años de su ejecución político-militar y religioso-empresarial.
El desarrollo de estas elecciones primarias en donde por primera vez participa el nuevo partido político Libertad y Refundación (Libre), fortalece la idea mediática internacional que la democracia en Honduras, es un triunfo.
Inteligencia filtrada
La participación de Libre junto al bipartidismo político tradicional, confirma al mundo que el gobierno de “unidad nacional” representado en el presidente de facto de Honduras, Porfirio Lobo, ha hecho un buen trabajo.
Este pensamiento de éxito democrático es promovido por quienes financiaron el golpe de Estado, torturaron, asesinaron y persiguieron, a la fuerte masa poblacional que salió a las calles a protestar el pasado 2009.
Todo esto con el beneplácito de la inteligencia estadounidense que se ha logrado infiltrar hasta en los sectores más radicales de la izquierda en Honduras.
Esa izquierda que después de tres años sigue destilando burocracia, soberbia y demagogia seudo-revolucionaria.
Altaneros “revolucionarios”
Los hijos de la otrora izquierda de esta nación centroamericana siguen el patrón de sus padres, alimentando su hambriento estómago a través de las ayudas financieras internacionales que reciben en nombre de la “revolución”.
La necedad de estos grupúsculos altaneros facilita el trabajo de desarticulación que la oligarquía hondureña promueve en estos sectores progresistas, en donde normalmente los militantes honestos son aislados de manera vertical.
Este aplacamiento de la fuerza real y emancipadora de las masas en Honduras, es uno de los objetivos fijados en cumplir, hasta llegar a su completa consumación en los comicios de 2013.
Por su parte, los tecnócratas del bipartidismo político acentúan su fuerza después del golpe de Estado, junto con el apoyo de algunos burócratas de la izquierda hondureña sumergidos en su más pura soberbia.
Caos
Todo esto ocurre bajo un diagnóstico nada alentador en la economía hondureña situada como la segunda más pobre después de Haití.
Los datos oficiales revelan que la deuda Externa de Honduras al cierre del primer trimestre de 2012 presentó un aumento del 3% con respecto al trimestre anterior (US$.3, 220.2 Millones Cierre 2011) siendo su saldo actual de US$3,310.36 Millones.
Sumado a esto la deuda interna de esta nación oscila los 210.52 millones de dólares, con una alta tasa de desempleo que supera a toda Centroamérica.
El caos económico que hunde más a la nación centroamericana, provocado por el derroche de la oligarquía, mantiene a Honduras con los peores índices de desarrollo humano.
Sonido de las copas
Ante este panorama, los candidatos de la burguesía, ya están sobre la mesa electoral del próximo 2013. Por el partido Nacional, Juan Orlando Hernández y por el partido Liberal, Mauricio Villeda.
Por un lado uno representa a un sector sobreviviente del feudalismo heredado de la extinta corona española, y por el otro, cuenta con la más pura bendición del Opus Dei.
En medio de los asesinatos que ocurren a diario en los sectores del Bajo Aguan en el Caribe hondureño y de la Isla Zacate Grande en el pacifico de este país, los medios mediáticos de desinformación difunden la “fiesta democrática”.
Mientras que sicarios al mando de terratenientes continúan asesinando a los que verdaderamente luchan por la emancipación real de este territorio centroamericano, la dictadura corporativa de Honduras dispara a quema ropa.
Infelizmente el próximo año se repetirá la historia, puesto que la emotividad politiquera ciega el discernimiento real de las propuestas realizables, que sólo pueden ser tangibles mediante una emancipación de raíz.
Mientras que la visión de las etiquetas de la dictadura de la derecha y de la izquierda, sigan observando irrespetuosamente a los ciudadanos de Honduras como electores y no como revolucionarios, seguirán sonando las copas del coctel de la sociedad.
- Ronnie Huete S. es periodista y ejerce la corresponsalía voluntaria de la revista Caros Amigos editada en São Paulo, Brasil, para Centroamérica, l Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red y El portal http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil.
Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras.
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