Assange, asilado diplomático

09/10/2012
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Julian Paul Assange, el australiano –nacido en 1971 y quien saltó a la fama mundial como creador, editor y portavoz de Wikileaks– que se refugió el 19 de junio del presente año en la embajada de Ecuador en Londres a fin de evitar su extradición a Suecia –donde debería responder a acusaciones por delitos sexuales–, obtuvo el pasado 16 de agosto asilo político de parte del gobierno de Rafael Correa. Sin embargo, para hacer efectivo su traslado al país sudamericano, Assange debería recibir de las autoridades británicas el salvoconducto correspondiente que impida su arresto al salir de la legación diplomática ecuatoriana rumbo al aeropuerto londinense. Las autoridades británicas, por su parte, han hecho saber a Ecuador que no otorgarán el citado salvoconducto e, inclusive, comenzaron a circular versiones en el sentido de que se planeaba un asalto a las instalaciones de la embajada de Quito para arrestar a Assange, situación que le ha valido enormes críticas a Londres (1) –hasta de parte de México– por considerar que una acción de este tipo se contrapone a lo dispuesto en la Convención de Viena, lo que además sentaría un terrible precedente para crisis futuras.

 
Así, las opciones de Assange se reducen considerablemente: debe permanecer en la embajada ecuatoriana por tiempo indefinido, el cual podría prolongarse por varios meses e incluso años, ante la negativa de Londres de posibilitar su salida del territorio británico/ comunitario –tanto la Gran Bretaña como Suecia son miembros de la Unión Europea. Este escenario implica que Assange debe esperar a que, por ejemplo, Quito y Londres negocien para que el australiano salga de las islas británicas viaje rumbo a la nación sudamericana sin ser arrestado en el trayecto. Por lo tanto la suerte de Assange podría tomar mucho tiempo antes de definirse, por lo que, en el peor de los escenarios, si éste no resiste su confinamiento, y, por decirlo así, se “desespera”, podría salir por su propio pie de la embajada y entregarse a las autoridades británicas para ser extraditado al país nórdico. De hecho, según el presidente Correa, Assange está dispuesto a que lo interroguen en la embajada de Ecuador en Londres e inclusive estaría de acuerdo en viajar a Estocolmo, pero con la garantía de no ser extraditado a un tercer país. (2)  Como es sabido, esa es la principal preocupación del célebre australiano, dado que eventualmente podría ser puesto a disposición de las autoridades de Estados Unidos, las que, a todas luces, se encuentran muy molestas por la divulgación de información sensible que este personaje hizo a través de Wikileaks.
 
 Si bien la querella que le sigue Suecia es básicamente porque Assange sostuvo relaciones sexuales con dos mujeres sin usar un preservativo, y no por delitos de espionaje ni nada parecido, el creador de Wikileaks considera que ese sería el primer paso para que finalmente se le extradite a Estados Unidos a efecto de ser juzgado por delitos que, desde la óptica de Washington, comprometen la seguridad nacional del vecino país del norte, lo que conlleva como castigo la cárcel e, inclusive, la pena de muerte.
 
El caso Assange se ha convertido en un verdadero circo para los medios de información lo que abona a la confusión y a perder de vista consideraciones elementales en terrenos como los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho de asilo, la seguridad nacional y el derecho internacional.
 
¿Quién es Julian Assange?
 
Julian Paul Assange nació en Townsville, Queensland, Australia, el 3 de Julio de 1971. Periodista de profesión y con avanzados conocimientos informáticos y de programación de computadoras, ha dado muestras de un gran activismo, y en la actualidad es “la cara pública” de Wikileaks, cuyas características serán analizadas más adelante.
 
La infancia de Assange transcurrió en medio del divorcio de sus padres. La madre, actriz de teatro, desarrolló posteriormente una relación sentimental con un músico, si bien, más tarde, descubrió que éste tenía prácticas religiosas “extrañas” por lo que decidió huir con sus hijos, lo cual explica porqué Julian conoció 37 escuelas distintas en sus años mozos. (3)
 
En su adolescencia, el joven Assange se sintió atraído por las actividades de los hackers o piratas informáticos, llegando a pertenecer en 1991 a un grupo de ésta tendencia, los subversivos internacionales de Australia –International Australian Subversives– donde se le identificaba con el nombre de “Mendax” cuando apenas contaba con 16 años de edad. La madre, quien había constatado previamente las habilidades de su vástago en una Commodore 64 –la cual manejaba Julian a su antojo–, decidió comprarle una computadora. La fama de hacker de Assange ya era considerable pero, como suele ocurrir en estos casos, un buen día –en 1995– la policía lo detuvo por haber ingresado a los archivos de una universidad y de una compañía de telecomunicaciones, siendo sentenciado a una pequeña condena, multado y posteriormente liberado por buena conducta. (4 ) Sin embargo, cuando fue arrestado, su esposa lo abandonó y se llevó al único hijo procreado por ambos.
 
Tras este episodio, Assange optó por cursar diversas asignaturas en seis universidades distintas. En términos generales, él es considerado autodidacta, si bien posee estudios en materias tan variadas como las matemáticas, la física, la neurociencia y la filosofía. Asimismo, recibió adiestramiento en torno a la creación y la protección de bases de datos, de manera que hacia 2006 decidió poner a prueba sus conocimientos e inquietudes, fundando el proyecto de Wikileaks.
 
Sobre las razones e/o intereses de Assange para crear Wikileaks, se especula que van desde las más personales e idealistas, hasta las más pragmáticas y materialistas. Si bien su activismo es indudable, y se identifican rasgos idealistas, para la mayoría de las personas es aún hoy una incógnita su verdadera motivación, la cual puede ir desde denunciar las mentiras oficiales en las modernas democracias occidentales; o quizá tenga algún resentimiento contra las figuras de autoridad; o tal vez se trata de un afán de notoriedad; si bien es posible que sea un ciudadano con mucho tiempo libre; o simplemente quiere crear una gran empresa mediática a escala planetaria que lo haga millonario, a la usanza, por ejemplo, de William Gates o del finado Steve Jobs. Assange no pretende divulgar toda la información de carácter confidencial que tiene ese estatus de manera legítima. En alguna ocasión comentó: “existen secretos legítimos: tu historial médico. Pero el secreto no debería ser usado para ocultar abusos”. Complementando esta afirmación, el hacker australiano considera que toda institución reposa en una montaña de secretos que no necesariamente deberían mantenerse como tales, sobre todo si esconden cosas que las personas deben saber, o, peor aún, que incluyen información confidencial de ellas, empleada sin su conocimiento/consentimiento para beneficiar a terceros.
 
Wikileaks, algo más que un wiki
 
Según Assange, Wikileaks es un servicio público internacional que les permite a las personas interesadas en todo el mundo conocer materiales de periodistas e/o informantes censurados por gobiernos, empresas, líderes políticos, etcétera. Se trata, por tanto, de uno de los tantos espacios wiki que existen en línea y su nombre procede de la palabra leak que significa “filtrar” o “fuga.” Empero, a diferencia de Wikipedia y otros espacios wiki, el proyecto de Wikileaks no permite que cualquier usuario contribuya al mismo, dado que por la naturaleza de la información que revela, es necesario verificar que ésta sea demostrable y verídica. Asimismo, no es posible editar sus contenidos, fuera del staff que labora en este proyecto, por las razones anteriormente descritas.
 
Los envíos de información a Wikileaks pueden ser anónimos y prácticamente cualquier documento secreto o clasificado calificaría para ser considerado en su acervo, lo que implica que si bien se busca verificar la confiabilidad de los datos no se indaga respecto a los mecanismos que permitieron a “alguien” obtenerlos. Asimismo, Wikileaks busca proteger a sus informantes, si bien, el caso de Bradley Manning, soldado estadounidense que sustrajo información sensible y documentos clasificados cuando trabajaba como analista en los servicios de inteligencia de EU en Irak es muy conocido. Manning entregó esta información a la plataforma de Wikileaks, lo que tuvo un gran impacto en la imagen internacional de Estados Unidos, en particular, respecto a sus operaciones en el país árabe y en Afganistán. (5)
 
Además del juicio que enfrenta Manning, la suerte de los informantes de Wikileaks parece correr peligro dado que en septiembre de 2011 se dio a conocer que la clave de acceso mediante la que contadas personas pueden acceder a información sensible y confidencial, (6)  fue dada a conocer, aparentemente luego de que una vez más, el sitio de Assange recibiera ciberataques durante varias horas. Asimismo, existe una controversia con The Guardian, medio de difusión al que Wikileaks entregó una clave de acceso para que dicho medio pudiera revisar los documentos que divulgaría y, aparentemente, el rotativo asumió que dicha clave tenía una vigencia y fecha de expiración. Como no fue el caso, la clave de acceso permaneció vigente y se “filtró”, lo que posibilitaría conocer la identidad de los informantes de Wikileaks, con el consecuente riesgo para ellos. (7)
 
Características de Wikileaks
 
En términos económicos, Wikileaks funciona gracias a donaciones y recursos puestos a disposición del proyecto por el propio Assange y otros donadores. En diversas oportunidades, su creador ha explicado que Wikileaks carece de una sede –a pesar de que Los Simpson se toparon con Assange y su base de operaciones en las inmediaciones de Springfield, en el episodio 500 de la serie–8 y que su personal se integra, esencialmente, por voluntarios que no reciben ninguna remuneración por su desempeño. Sin embargo, Wikileaks demanda mucho trabajo, no solo para mantener la información en línea y lograr que sobreviva a los numerosos ciberataques que recibe. La información que llega a Wikileaks debe ser analizada, verificada y, eventualmente, traducida, dado que el proyecto busca llegar al mayor número posible de personas, no solo de aquéllas que son angloparlantes.
 
¿Cómo se desarrolla el proceso para que Wikileaks cuente con un acervo tan copioso de documentos secretos y/o confidenciales? El prospecto para formar parte de Wikileaks sería una persona común y corriente que tenga información considerada de interés público. Si esta persona sospecha que si hace una denuncia ante las autoridades podría estar afectando intereses que impedirían que esta información se publicara, entonces lo más probable es que Wikileaks sea una buena opción. Así podría dirigirse a la página de Wikileaks donde encontrará un buzón electrónico que le permitirá depositar su información de manera completamente anónima, al punto de que los operadores del proyecto no tienen modo de conocer la identidad de quienes les han dejado información, dado que afirman no contar con registro de los depósitos. Cabe destacar que la información depositada estará protegida por mecanismos criptográficos del mismo nivel de seguridad que utilizan los gobiernos, las grandes empresas y las fuerzas armadas de los países. Ahora bien: podría darse el caso de que la persona en cuestión desconfía de Internet, por lo que existe la opción de enviar físicamente sus documentos por correo o alguna empresa de mensajería, sin incluir los verdaderos datos del remitente. Cuando Wikileaks recibe los documentos, un grupo de voluntarios revisa la información y verifica que sea de interés público, que sea veraz, que vaya más allá del rumor o el chisme, y que al ser divulgada no ponga en peligro a las personas.
 
 Al visitar la página de Wikileaks el usuario podrá corroborar que gran parte de la información consta de notas periodísticas editadas por expertos, quienes explican por qué es relevante su trascendencia y los beneficios que conlleva su divulgación. Es harto conocido que el sistema cuenta con servidores en diversos países del mundo, por lo que si uno de ellos falla, se garantiza que el sistema siga funcionando. En términos de recursos humanos, los “colaboradores” voluntarios de Wikileaks se encuentran en diversos países, lo que también contribuye a garantizar que este servicio siga funcionando aun cuando algunos de ellos fueran arrestados.
 
Al ingresar a la página de Wikileaks el usuario presenciará una sobriedad visual, toda vez que no hay gráficos ni animaciones, sino, de manera abrumadora, texto y más texto. Los temas y países analizados son variados y van desde los ya citados Afganistán e Irak, hasta Siria además otros como la República Popular China, empresas y bancos como el Bank of America y el Barclays Bank y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (http://wikileaks.org/wiki/United_Nations_confidential_reports ). Dado que prácticamente todos los gobiernos, empresas y organismos internacionales tienen un esqueleto en el armario, Wikileaks cuenta –y presumiblemente lo seguirá haciendo– con abundante materia prima para nutrir su sitio.
 
México en Wikileaks
 
Sin embargo, hay fuertes variaciones en la información disponible en torno a países, empresas y organismos internacionales. Baste mencionar que sobre Estados Unidos hay una abundante –y agobiante– cantidad de información, lo que contrasta con lo que se ofrece de otras naciones. México, por ejemplo, tiene un apartado en Wikileaks (http://www.wikileaks.org/wiki/Category  : Mexico) que, a diferencia de otros países, no es tan copioso en la información que ofrece. Cabe destacar igualmente, que prevalecen documentos de acceso público como los estudios del Congressional Research Service de Estados Unidos, sobre diversos tópicos como las elecciones de 2006, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la situación de Petróleos Mexicanos (PEMEX), etcétera. Si bien esos documentos contienen apreciaciones relevantes sobre el país, distan mucho de ser secretos o confidenciales en su inmensa mayoría.
 
Hay, sin embargo, una serie de cables sobre México divulgados por Wikileaks en 2010, que contribuyeron a generar fricciones con Estados Unidos. Por ejemplo, uno de las primeras filtraciones fue sobre la preocupación de EU en torno a la situación en México y la solicitud, de parte de la canciller Hillary Clinton en diciembre de 2009, de información sobre la personalidad del presidente Felipe Calderón. Otro más es una notificación de la embajada estadounidense en México al Departamento de Estado, en la que se señalaba la intención, de parte del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) de decretar el estado de excepción en ciertas zonas del país ante la violencia creciente.
 
Un cable muy sonado fue aquel en el que se mencionaba que México alertó a Estados Unidos sobre el activismo del presidente venezolano Hugo Chávez, y pedía comprometer a Brasil para tomar medidas que lo “frenaran”. El cable, también menciona que en octubre de 2009 la embajada informó sobre el encuentro entre el ex director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dannis Blair y el presidente Calderón. En la reunión, el cable indica que el primer mandatario mexicano aseguró que Chávez estaba activo en todas partes, incluyendo México. Según el documento, Calderón se mostró preocupado al creer que Venezuela financió la campaña del ex candidato a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador; en 2006. Por si fuera poco, el mandatario mexicano deploraba que el entonces presidente de Brasil, Lula Da Silva, se desentendiera de pedir cordura a Chávez. (9)
 
Wikileaks también reveló las declaraciones que el entonces embajador estadounidense Carlos Pascual hizo al Departamento de Estado, en las que señala que el gobierno de México estaba perdiendo la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado. La información revelaba que el gobierno de Estados Unidos asumía que el ejército mexicano estaba muy mal preparado para enfrentar a los narcotraficantes y si bien se reconocía el esfuerzo efectuado por las autoridades mexicanas, se consideraba que no se podían esperar grandes resultados. Otro cable más reveló las disputas y rivalidades entre la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina respecto al combate del crimen organizado, lo que, presumiblemente, disminuía la efectividad de las acciones por ellos emprendidas para contrarrestar ese flagelo.
 
Para poner más tensión en la relación bilateral otro de los cables divulgados dio a conocer apreciaciones del embajador Pascual, quien informaba a la Secretaría de Estado que los precandidatos presidenciales del PAN eran demasiado “grises” de cara a los comicios de 2012. Así, la salida de Carlos Pascual como embajador de Estados Unidos en México se explica, al menos en parte, por las revelaciones de Wikileaks, dado que sus apreciaciones aparentemente molestaron al presidente Calderón quien dejó de darle audiencia desde diciembre de 2010. (10) A final de cuentas, el propio Calderón reconoció que lo dado a conocer en Wikileaks, causó un “serio daño” a las relaciones entre México y Estados Unidos. (11)
 
El impacto de Wikileaks
 
 Al margen de la fascinación que genera el tener acceso a información “sensible” o “confidencial”, mucho de lo revelado por Wikileaks era, hasta cierto punto, conocido. Wikileaks ciertamente logró documentar a los ojos de la opinión pública esas cosas que se sabía que ocurrían, pero de las que no se tenían evidencias. Al hacer demostrables diversos hechos, se logró poner en tela de juicio la credibilidad de diversos gobiernos, bancos, empresas y hasta de la ONU, lo que abona ciertamente a la crisis de las instituciones y a la percepción de que todos conjugan el verbo “mentir” sin reparo.
 
En principio, Estados Unidos es el país más afectado en sus relaciones con el mundo. Hay quien piensa que las revelaciones de Wikileaks buscaban debilitar a la administración de Barack Obama, o bien, la gestión de Hillary Clinton al frente de la Secretaría de Estado. Washington tuvo que desarrollar una “operación cicatriz” con diversas naciones del mundo, entre ellas México. Con todo, pareciera que el hecho de que el actual gobierno estadounidense ha desarrollado una política exterior más conciliadora que la de su antecesor, amén de que el contexto de crisis económica imperante llama a sumar esfuerzos por parte de la comunidad internacional, el gran daño que sufrió la reputación de la Unión Americana ha podido ser remontado, al menos en parte. Sin embargo, nada volverá a ser igual. Wikileaks está ayudando a saber más sobre la influencia que Estados Unidos tiene en México y en otros países del mundo.
 
 Para gobiernos, empresas, bancos y organismos internacionales, todo parece indicar que de ahora en adelante será cada vez más difícil ocultar información a la opinión pública. Ciertamente la información es poder. Sin embargo aun es muy pronto para saber si Wikileaks está contribuyendo a favor de la democracia o si, simplemente está corroborando que las estructuras de poder en el planeta determinan el curso de los acontecimientos, sin que los más desvalidos puedan hacer algo al respecto.
 
¿Qué le depara el destino a Assange?
 
Mientras tanto, el caso Assange sigue su curso. De conformidad con la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, toda legación diplomática en el exterior debe gozar de inmunidad. Éste, que es un principio casi sacrosanto que norma las relaciones diplomáticas entre los Estados, fue puesto en duda por las autoridades británicas desde hace tiempo porque en 1987 promulgaron una ley según la cual las representaciones diplomáticas pueden perder su inviolabilidad si el Estado que las ocupa “deja de utilizarlos para las necesidades de su misión” o si “el ministro de Relaciones Exteriores retira su acuerdo” para su uso diplomático.
 
La citada ley se creó luego de que en 1984 una mujer policía murió a causa de un disparo proveniente de la embajada de Libia en Londres. De hecho, la ley fue invocada por primera vez, para justificar el desalojo, en 1988, de personas que ocupaban la embajada de Camboya en la capital británica.
 
Con todo, para que esa ley se pudiera aplicar en el caso de Assange, habría que ponderar otros elementos, por ejemplo, determinar si la legación diplomática de Ecuador, al asilar al célebre australiano, pone en peligro la seguridad y el orden públicos, o bien, la seguridad nacional de la Gran Bretaña.
 
Assange goza de asilo diplomático, figura que se refiere a que el indiciado actualmente se encuentra dentro de la embajada de Ecuador en Londres. Si Assange saliera de la legación diplomática referida, entonces ya sería propiamente un asilado político. Su permanencia como asilado diplomático podría ser muy prolongada, considerando el contexto y los actores involucrados.
 
Uno de los casos similares más conocidos es el de Raúl Haya de la Torre, ciudadano peruano fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), acusado por el gobierno de Lima de instigar y dirigir una rebelión que estalló el 3 de octubre de 1948. Haya de la Torre se refugió en la embajada de Colombia en Perú y el gobierno colombiano accedió a otorgarle asilo político, para lo cual solicitó a Lima el salvoconducto correspondiente. Las autoridades peruanas negaron el salvoconducto sobre la base de que Haya de la Torre era un delincuente común al que no se le podía otorgar el asilo político. Al no poder llegar a un acuerdo, los gobiernos de Colombia y Perú sometieron el caso a la Corte Internacional de Justicia. El 20 de noviembre de 1950, la Corte emitió su fallo. (12)  Tras conocerse el mismo, Perú pidió al gobierno Colombiano, entregar a Haya de la Torre a quien protegía “indebidamente.” Colombia respondió que la entrega del refugiado no sólo incumpliría el fallo del 20 de noviembre, sino que, además, violaría otras convenciones en la materia y, a su vez, inició otro procedimiento ante la Corte mediante una solicitud presentada el 13 de diciembre de 1950. La Corte emitió otro fallo el 13 de junio de 1951. (13)  Al final, Haya de la Torre se mantuvo como asilado diplomático en la embajada colombiana en Perú por 5 años (1948-1954) hasta que un tercer país se encargó del asilado para negociar su salida de Lima. Perú accedió a dejarlo ir en medio de fuertes presiones internacionales, entre ellas, las de Albert Einstein, amigo personal del líder aprista. Ese tercer país fue México, que recibió a Haya de la Torre el 6 de abril de 1954.
 
Considerando lo sucedido en el caso Haya de la Torre, Julian Assange deberá acostumbrarse a que estas cosas toman tiempo. En este momento, el australiano cuenta con la protección de la Convención de Viena sobre relaciones consulares y de la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados emanada del Protocolo de Ginebra de 1967, en su artículo 1. De conformidad con la Convención de Viena, las autoridades británicas no pueden irrumpir en la embajada ecuatoriana, ya que una acción de este tipo sería equivalente a un ataque directo a territorio ecuatoriano, por lo que mientras se encuentre dentro de sus instalaciones, Assange no puede ser detenido.
 
De acuerdo con la Convención de la ONU, Julian Assange goza de la protección del Estado ecuatoriano, y, al menos en teoría, el Estado británico debería aceptar la salida de Assange de Gran Bretaña por medio de un salvoconducto, el cual, como ya se explicó, fue denegado por Londres. Ante esto, una alternativa es que por mandato presidencial, a Assange se le otorgara la nacionalidad ecuatoriana y de inmediato se le asignara como representante consular dentro de la embajada en Londres. Al enviar dicho nombramiento al gobierno británico para solicitar su beneplácito, éste muy seguramente no lo aceptaría y designaría a Assange persona “non grata”, por lo que, de acuerdo a la Convención de Viena, el Reino Unido tendría que darle todas las facilidades para su salida del país.
 
Otra opción sería que Julian Assange fuera trasladado dentro del vehículo oficial del embajador de Ecuador en Londres desde del interior de la embajada, hasta la escalinata de aeronave con bandera ecuatoriana, para así salir del país. Cualquier vehículo en donde viaja un embajador goza de inmunidad diplomática. Aquí lo más importante es que Assange no debería posar sus pies en ningún momento en territorio británico, pasando directamente a la escalinata de la aeronave de bandera ecuatoriana. Para que este escenario fuera factible, las autoridades británicas deberían autorizar el ingreso del avión ecuatoriano a su espacio aéreo y luego permitirle aterrizar, algo poco probable.
 
En otro escenario, Suecia podría desistir del litigio que sigue contra Assange, sobre la base de las inconsistencias de las declaraciones de las mujeres que sostuvieron encuentros sexuales con él, (14) dado que han cambiado sus testimonios, amén de que las pruebas existentes no son sólidas. Si esto sucediera, Assange podría abandonar la misión diplomática de Ecuador sin peligro de ser arrestado. De hecho, el juez Baltasar Garzón considera que el proceso contra Assange se va a caer justamente por las enormes inconsistencias que posee.15 Como última opción, Assange debería permanecer dentro de la Embajada de Ecuador, hasta que el gobierno británico autorice su salida y acepte otorgar el salvoconducto para que parta a Ecuador o a un tercer país que acepte recibirlo.
 
El caso Assange está directamente relacionado con la divulgación de información sensible y confidencial a través de su proyecto Wikileaks y que Suecia, un país otrora progresista que inclusive llegó a dar asilo político a 15 mil chilenos durante los tiempos de la dictadura de Pinochet, hoy tiene un gobierno de corte conservador presidido por John Reinfeldt, que es considerado como cercano a Estados Unidos, algo que choca con la tradicional política exterior de neutralidad de Estocolmo. Este es un elemento a ponderar en el caso Assange que lleva a que los temores de éste a ser entregado a las autoridades estadounidenses, sea, al menos, una posibilidad. No menos importante es la ausencia de una gestión clara de parte del gobierno australiano para proteger a su connacional en medio de esta crisis, aunque, siendo Australia miembro de la Commonwealth pareciera que el gobierno de Julia Gillard prefiere no enemistarse con Londres –de otra forma no habría sido tan necesario que Assange buscara asilarse en la embajada de un país latinoamericano. Por último, esta crisis ha beneficiado de manera notable al gobierno de Rafael Correa, el cual se ha caracterizado por mantener fuertes tensiones con Colombia, Estados Unidos y su cercanía a Venezuela. Correa, por cierto, no ha sido particularmente amistoso con los medios de información y ha coartado la libertad de expresión en diversos momentos en su país, situación que no ha recibido gran cobertura a nivel internacional frente al gesto de dar asilo a Julian Assange. Por lo tanto, Julian Assange tendrá que armarse de paciencia.
 
 María Cristina Rosas es Profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
etcétera, 9 de octubre, 2012
 
https://www.alainet.org/es/articulo/161703
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