“Inocentes” contra el Islam
30/09/2012
- Opinión
Cuando se cumplían 11 años del macro-atentado del 11 de septiembre, una multitud de libios enfurecidos (y no un bombazo) acabó con la vida del embajador y de otros 3 diplomáticos estadounidenses en Bengazi, la ciudad que fue el bastión de los rebeldes que depusieron a Gadafi.
Esto ha sido aprovechado por los republicanos de Romney parar querer quitarle puntos a Obama en la carrera electoral. Christopher Stevens se convirtió en el primer embajador de EEUU en haber sido asesinado en el último cuarto de siglo.
El primer embajador de Washington en haber sido matado fue John Mein en Guatemala 1968, luego le siguió Cleo Noel en Sudan 1973, Rodger Davies en Chipre 1974, Francis Meloy en Líbano 1976 y Adolph Dubs en Afganistán 1979. Desde entonces se perfeccionaron los sistemas de protección diplomáticos y solo en 1988 un embajador (Arnold Raphel) murió en el avión que se desplomó con el ultimado presidente de Pakistán: Muhammad Zia-ul-Haq en Agosto 1988.
El asesinato de Stevens se dio en un contexto muy particular: 1) justo en el 11 aniversario del 11-S cuando las medidas de seguridad debían haber estado más alertas; 2) en la ciudad que inició el levantamiento que derrocó a quien hace un cuarto de siglo la Casa Blanca tildaba como su enemigo número uno en el mundo musulmán, la misma que ha demostrado estar, al igual que toda la sublevación libia y siria contra los nacionalistas panarabistas de izquierda, muy influida por fundamentalistas islámicos cercanos a Al Qaeda; 3) como una de las expresiones de una ola de ataque a embajadas y representaciones occidentales en el mundo mahometano a raíz del rechazo al film “Inocencia del Islam”.
Esta última es una película-pasquín muy mal hecha y actuada. Mahoma, a quien se le presenta como un degenerado sexual, se le presenta en un desierto que se nota que es una imagen superpuesta. Pese a ser algo de mala calidad y poca audiencia, este film fue utilizado por radicales musulmanes como una chispa para incendiar una pradera.
En Occidente hay numerosas producciones que se burlan de Jesús y de los santos y el autor ha visto en museos de países cristianos representaciones de Cristo teniendo relaciones sexuales, cosas que indignan a millones de seguidores de la Biblia. Sin embargo, ello no ha conducido a hechos violentos debido, en parte, a la tradición secular y democrática de Occidente.
En cambio, en los países islámicos existe un resentimiento por las intervenciones militares occidentales lo cual crea caldo de cultivo para que antes un caricaturista danés, hoy un pésimo director aficionado copto y mañana cualesquiera personas interesadas en hacerse conocidas puedan hacerse de fama provocando a las masas del mundo mahometano.
- Isaac Bigio es analista internacional. Ha enseñado ciencias políticas en la London School of Economics & Political Sciences. www.bigio.org
https://www.alainet.org/es/articulo/161383?language=es
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