MERCOSUR con Venezuela, implicaciones regionales

19/08/2012
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¿Qué significa actualmente y qué potencialidades en el futuro inmediato tiene la reciente incorporación de Venezuela en el MERCOSUR? Alrededor de esta idea, Oscar Bazoberry Chali reflexiona sobre los próximos pasos del proceso de integración sudamericana y sobre los probables movimientos de fichas en las principales instancias que lo articulan y representan, como UNASUR, la CAN y el propio MERCOSUR.
 
Luego de la crisis política de Paraguay, en la que se destituyó al Presidente Fernando Lugo, vino la suspensión de la participación de ese país en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y, posteriormente, la decisión de los gobiernos de Brasil, Argentina y Uruguay de aceptar la incorporación de Venezuela al bloque.
 
Esta sucesión de acontecimientos nos recuerdan más allá de los detalles, la importancia de la política, con todos sus enredos y complejidades, en el desempeño de los gobiernos nacionales, pero también y fundamentalmente, de su repercusión en los bloques regionales y, seguramente, en las plataformas multilaterales.
 
Aunque todavía el Senado paraguayo reclama para sí la decisión del ingreso de Venezuela o de cualquier otro país al MERCOSUR, es ya evidente que soplan nuevos aires en la integración de los países de Sudamérica. Se van acelerando procesos que parecían postergarse hasta el tedio. El desbloqueo y la firmeza con que actuaron los presidentes de Brasil, Argentina y Uruguay, el 29 de junio para luego ratificarse el 30 de julio de este año, tendrá algunas consecuencias sobre las que podemos especular.
 
Ampliación del bloque
 
El MERCOSUR dejó de ser solamente un bloque soyero y triguero. Al incorporar a Venezuela las fronteras del bloque ya no están solo en el sur, sino que se amplían hacia el norte de Sudamérica (Venezuela - Brasil) que en los hechos incluye a toda la Amazonía que podría convertirse en un tránsito del sur hacia Venezuela. Además de la reconocida capacidad de la región en la producción de alimentos, hoy hay que contar con el aporte petrolero de Venezuela y los enormes recursos forestales e hídricos que conectan a ambos países. Es este gran potencial de complementariedad lo que ha entusiasmado a las presidentas Rousseff y Kirchner y al presidente Mujica en sus discursos de bienvenida a Venezuela, y marcó el tono de agradecimiento del presidente Chávez.
 
En términos de mercado, se incorpora alrededor de un 10% de nueva población consumidora al bloque, que este año 2012 llega a 280 millones de habitantes, lo cual equivale al 70% de la población sudamericana. La situación de Paraguay continuará siendo compleja, a pesar de la insistencia de la diplomacia brasilera en que se trata de una suspensión sin consecuencias en los acuerdos de mercado. En términos prácticos, se reforzará el comercio de alimentos hacia Venezuela, estrategia comercial que Argentina ha venido impulsando desde años atrás.
 
Reconfiguraciones posibles
 
Por su parte, la Comunidad Andina (CAN) tendrá que abandonar la esperanza del retorno de Venezuela, país que se retiró de la Comunidad en el año 2006, entre conflictos con Colombia y Perú por su firma de tratados de liberalización comercial con los Estados Unidos de Norte América. Aunque hay varios de los países que están asociados en ambos bloques, no parece que la tendencia sea la adhesión de nuevos Estados miembros al bloque andino. La presidencia de Ollanta Humala le dio un respiro a la integración andina, ya que, finalmente, la sede andina se encuentra en Lima. Sin embargo, es claro que la política exterior peruana mira a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y, con los últimos acontecimientos y la cercanía que se dice tiene con Brasil, podría determinar un cambio de rumbo.
 
El proceso de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA - TCP), cuyos países miembros son Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, es diferente. Posiblemente aquí se tradujo gran parte de la propuesta de comunicación, finanzas y geopolítica impulsadas por Venezuela, presentándose como bloque alternativo. Hoy su situación es menos clara, pues se encuentra ante la disyuntiva de que Venezuela tenga la habilidad de manejarla de manera complementaria a su nuevo acuerdo con el MERCOSUR, transmitiendo los grandes avances del ALBA - TCP al MERCOSUR y UNASUR, o se irá disipando en favor de estos otros acuerdos que, progresivamente, exigirán más atención de sus países miembros.
 
Entrando en plena vigencia la decisión del Consejo del Mercado Común que reza: "a partir del 12 de agosto del 2012, la República Bolivariana de Venezuela adquirirá la condición de Estado Parte y participará con todos los derechos y obligaciones del MERCOSUR y el pleno ejercicio de las capacidades de este país como miembro, Venezuela tiene hasta el año 2016 para adecuarse a las reglas del MERCOSUR, por ejemplo desgravaciones, tarifas y pactos internacionales, y nomenclatura de comercio exterior. Además, la participación en reuniones de ministros, grupos de trabajo, comisiones, parlamento, foros, entre otras gestiones. ¡Menudo trabajo!, que tomará la atención del gobierno Venezolano quien, según las declaraciones conocidas, las realizará con prioridad. En todo caso, se entiende que estas medidas no modificarán lo avanzado en los acuerdos del ALBA - TCP y otros de Venezuela con los países de la región.
 
Finamente, el paso dado por Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela, podría también acelerar la ampliación del MERCOSUR a otros países, coincidiendo idealmente con el territorio de la UNASUR. Aunque sería exagerado decir que ésta fue siempre la estrategia de Brasil, sin embargo, es un criterio presente, aunque los países del núcleo más duro hayan mostrado que, si algo tienen, es paciencia, y prefieren una ampliación ordenada antes que una avalancha.
 
En la prensa de esta semana, volvió a evidenciarse el interés de Ecuador por convertirse en Estado Parte de MERCOSUR, por lo cual, no sería descabellado pensar que algunos de los otros países asociados, como Bolivia, Chile, Colombia y Perú sigan ese camino. El caso de Ecuador es especial, pues hasta el momento no tiene frontera con ninguno de los Estados Parte, por lo que su incorporación podría romper el principio de continuidad geográfica con el que MERCOSUR se ha movido hasta el momento, mientras que es más probable un ingreso acordado de Colombia, por ejemplo.
 
En síntesis
 
Como puede verse, un solo movimiento de ficha puede abrir en los espacios regionales de integración regional nuevas oportunidades y distintas posibilidades en Sudamérica. Por lo tanto, posiblemente asistamos en el futuro inmediato a movimientos más rápidos o menos lentos, para reajustar los procesos que han ido quedando truncos o los que se solaparon.
 
Haciendo proyecciones positivas, sería ideal recuperar las mejores iniciativas de cada experiencia, dar un carácter multidimensional al concepto de mercado, ajustar la institucionalidad a la estricta necesidad de la integración y establecer mecanismos que permitan a los países más pequeños y los sectores más pobres obtener una ventaja en la noción de comunidad regional. Ecuador dará continuidad al debate, probablemente lo seguirán otros países.
 
 
- Oscar Bazoberry Chali es sociólogo, experto en desarrollo rural. Dirige el IPDRS y es coordinador de la maestría de desarrollo rural del  programa de post grado CIDES - UMSA en La Paz, Bolivia. 
 
 
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