Ni autocrítica ni reorientación
29/07/2012
- Opinión
Largo, detallista y tedioso en temas nimios mientras otros se obviaron, el Mensaje a la Nación no tuvo alma. No buscó recuperar su relación con las fuerzas sociales que lo llevaron al gobierno para transformar el país. Tampoco intentó justificar la sustitución del programa de la Gran Transformación por el de la Gran Continuidad, con la economía en piloto automático a cargo de los dueños del Perú de siempre. Evadió el tema con el trabalenguas de que el continuismo sienta las bases de la Gran Transformación.
Quien esperaba el anuncio de un nuevo rumbo o la autocrítica de una gestión que pierde aceleradamente la aprobación del pueblo –sediento de cambios– que lo apoyó se desencantó. No tocó el abandono de los grandes cambios económicos y sociales comprometidos ni el manejo autoritario y represivo de los conflictos sociales que acumula 17 muertos y mantiene demandas abiertas sin propuestas de solución. Ni encuentran luz al final del túnel los conflictos medioambientales-mineros, simbolizados en Conga, ni los laborales como los de los maestros, los médicos y trabajadores de salud (que anuncian una huelga pronto), ni la injusta situación de los trabajadores sometidos a regímenes laborales violatorios de derechos básicos como en los service, CAS, textiles, agro-exportadores o empleo juvenil. La promesa de una Ley de Desarrollo Docente, con mejoras remunerativas, es lejana y no da salidas concretas como aumentar los presupuestos de educación y salud, vía créditos suplementarios, en un país que el 2011 dejó de ejecutar gasto público por más de S/. 9.000 millones y que, a mayo de este año, no ejecutó cerca de S/. 12.000 millones presupuestados. ¿No hay dinero para educación y salud? ¿Por qué tampoco comprometió sacar adelante el retenido Código General del Trabajo?
La crisis internacional y sus consecuencias y la forma como el Perú la encararía no se tocaron. Pero la política económica, cuando el mercado internacional se contrae, insiste en poner todos los huevos en la canasta de la exportación sin fortalecer la inversión pública y el mercado interno, aumentar los ingresos y capacidad de consumo de la gente y fortalecer el mercado regional sudamericano. Un error. Tampoco mencionó el posible fenómeno de El Niño que parece anunciarse y que requeriría de una política preventiva desde ya, de ser así.
Humala eludió el renacimiento del latifundio. ¿Y la reforma tributaria para que pague más el que gana más? Reafirmó el miniobjetivo de recaudar 18% del PBI el 2016, cifra minúscula para atender el desarrollo nacional. Bolivia recauda más de 20%, Chile 25%, Argentina 30% y Brasil 35%. Para colmo, mintió al decir que había un impuesto a las sobreganancias mineras cuando solo modificó la ley de regalías e infló cifras: dijo que se recaudarían S/. 3.000 millones adicionales al año, cuando –descontadas las deducciones al Impuesto a la Renta, el no pago del óbolo minero, etc.– apenas se bordeará S/. 1.100 millones anuales, frente a la renta gigantesca que se llevan las transnacionales. No hay decisión de que los poderosos paguen más.
Cifras presentadas fuera de contexto ocultan la limitación de sus políticas. Ejemplo: 25.000 “becas 18” hasta el 2016, cuando –para entonces– habrán dejado las escuelas 1.750.000 jóvenes con remota esperanza de obtener un empleo o una carrera superior. Otro caso: hablar de inclusión y no promulgar la Ley General de Personas con Discapacidad que beneficia a cuatro millones de peruanos.
¿Y el silencio frente al fallo que redujo las penas a los criminales del grupo Colina y la falta de mención al ministro Jiménez en las acciones dirigidas a revertir el vergonzoso y nauseabundo fallo Villa Stein, mientras se insistió unilateralmente en el tema de Chavín de Huántar y en la insostenible intención de negar la existencia de ejecuciones extrajudiciales?
No soslayamos anuncios importantes (modernización de refinería de Talara, creación de Superintendencia Nacional de Inspecciones Laborales, aprobación de la Ley de Consulta aunque recortada en su reglamento, incremento de RMV, creación del Viceministerio de Derechos Humanos, fortalecimiento de educación intercultural bilingüe, constitucionalización del derecho al agua, lucha contra la violencia contra la mujer, muerte civil a corruptos o futuro aumento a FFAA y PNP, etc.), pero el eje no han sido los cambios en favor de las mayorías sino cómo mantener el clima de negocios para el gran capital en el Perú, no redefinir reglas de juego en favor del país y los trabajadores. Confirmado: la Gran Transformación la vivió Humala.
Diario La República, 30 de julio de 2012
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