Los nuevos golpes del siglo XXI

10/07/2012
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Bajo el silencio ensordecedor de los grandes medios de comunicación internacionales, la ofensiva estadounidense en contra de los gobiernos progresistas de América Latina, ha cobrado otra víctima. El pasado 22 de junio, Fernando Lugo, Presidente de Paraguay desde el año 2008 y ex obispo católico, ha sido destituido con una velocidad supersónica en un “juicio político” realizado por el Parlamento, que le ha concedido menos de 24 horas para preparar su defensa y dos horas para hacer la presentación de la misma frente a las Cámaras. Un golpe parlamentario, un parla-golpe institucional muy parecido al de Honduras del año 2009.

 
El vice-presidente Federico Franco, una real “serpiente en el seno del gobierno”, ha sido nombrado enseguida como “nuevo Presidente” por las fuerzas de la oposición. La destitución de Lugo estaba planeada desde hace tiempo, según informaciones enviadas por la embajada estadounidense en el 2009 y publicadas por wikileaks [1]. Después de 22 tentativas, la oposición esperó el momento justo sólo para concretar el golpe. El pretexto utilizado fue la oscura matanza ocurrida en los días previos en Curuguaty, durante una ocupación de tierras, dónde murieron 11 campesinos y 6 miembros de la policía (además hubo 80 heridos y 54 personas con acusaciones graves). La matanza, según muchas denuncias, habría sido ni más ni menos que una trampa organizada ad hoc, para proveer de argumento político a la magistratura y al parlamento, instituciones que están entre las más corruptas del País. Si el acto de acusación del Parlamento [2] no fuera realmente trágico parecería una broma de mal gusto, una perla hecha de afirmaciones sin pruebas y fotocopias de artículos de diarios.
Después de innumerables tentativas, el exitoso parla-golpe dispara al corazón del difícil proceso de transformación del País iniciado con la victoria electoral de Lugo en abril del 2008. Una victoria que habìa puesto fin a 60 años de un poder absoluto del reaccionario Partido Colorado y a los 35 años de Alfredo Stroessner [3], capo de una de las más sanguinarias dictaduras militares latinoamericanas, la que diò refugio entre otros al nazi Joseph Mengele y al dictador nicaragüense Alfredo Somoza. Una trampa muy bien hecha contra la transición democrática, el protagonismo y la movilización popular, causas que asustaron al bipartidismo tradicional de los partidos Colorado y Liberal. Pero posible también gracias a la ingenuidad política de Lugo, el “obispo de los pobres”  sin ninguna experiencia de gobierno.
 
Los protagonistas visibles de este parla-golpe, son las mismas fuerzas cavernícolas de la oligarquía criolla que no se han dado nunca por vencidas y que han tratado de parar de todos los modos posibles, las transformaciones sociales y el protagonismo popular en Paraguay, además siempre obstaculizando la integración latinoamericana. Hoy, de manera grotesca, aquel mismo Parlamento en manos de los partidos tradicionales, en gran parte expresión de los latifundistas y la oligarquía más retrógrada, se yergue en defensa de la democracia, mientras en realidad trata de defender sus privilegios, en alianza con el poder judicial y los grandes medios de comunicación como el periódico ABC Color, real artillería del golpe.
 
Tras los bastidores, además de Washington, están las multinacionales de la alimentación y la química (Monsanto “in primis”) y del aluminio (Rio Tinto Alcán). La primera está empeñada en extender “el imperio de la soja” cuyas fronteras se pierden entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Para los campesinos defender o recobrar la tierra es literalmente una cuestión de vida o muerte, y numerosos son los conflictos con las bandas paramilitares de los así llamados “brasiguayos” (empresarios brasileños de la soja que se han apoderado de millares de hectáreas), los mejores aliados de la Monsanto y su verdadero brazo armado. La misma Monsanto tiene intereses concretos en el golpe, puesto que en los meses pasados el SENAVE, (Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas) no quiso dar luz verde a las nuevas semillas transgénicas, como pedìan Monsanto y los latifundistas.
 
Por su parte el gigante canadiense del aluminio, Rio Tinto Alcán, hace muchos años que trata de instalar en el País el modelo extractivista expoliador, que desde hace tantos años está dañando el continente.
 
Luz y sombras de la gestión de Lugo
 
Demos un paso atrás.
 
Con un parlamento en que la base de apoyo real del Presidente fue menos que el 5% y con un poder judicial entre los más corrompidos y desprestigiados en América latina, desde el 2008 el gobierno de Lugo ha tratado de afrontar los problemas históricos del País, tales como la pobreza endémica y la corrupción dominante. Se dieron algunos pasos adelante, partiendo por la educación, el acceso a la vivienda, la creación de un sistema sanitario público y gratuito, con la realización de más de 500 “unidades de salud familiar” que han permitido la cobertura sanitaria de casi 1.5 millones de personas, verdaderos fantasmas, siempre “olvidados” en las estadísticas. Quién escribe retiene en sus ojos el orgullo de una médica paraguaya que reivindicaba la ley que permitió por primera vez a los pobres el acceso a un derecho que históricamente les había sido negado.
 
El gobierno tuvo como prioridad las políticas sociales, sobre todo contra la pobreza y la reducción de la desigualdad, en particular hacia las poblaciones originarias, mal llamadas “indígenas”. El programa de lucha contra la pobreza “Tekoporá” que reunió fondos para el apoyo a comunidades selectas, pasó de las 14.000 familias beneficiadas en el 2008, a 112.000 en junio del 2010, con un crecimiento del 800% [4].

El otro tema decisivo ha sido la renegociación con Brasil y Argentina de la cuenta energética de las dos grandes centrales hidroeléctricas (Itaipù y Yacireità), que ha permitido aumentar significativamente los ingresos estatales e iniciar aquella “soberanía energética” que apuntaba a la integración con el resto del continente.
 
También se dieron pasos adelante en el terreno decisivo de la información, con la creación de la “TV Pública Paraguay” que nunca había existido en la historia del País. La TV fue inaugurada el 14 de mayo del 2011, realizando su primera transmisión oficial el 29 de octubre del 2011 con la puesta al aire de la Cumbre Iberoamericana celebrada en el capital de Asunción. Y la misma Radio Nacional, que fue el instrumento de propaganda gubernamental del Partido Colorado y del dictador Stroessner, empezaba a transformarse en la Radio Pública de todos los paraguayos.

Pero sin duda el punto crucial ha sido y es la cuestión agraria. A pesar de las tentativas de diversificar la economía históricamente basada en la explotación de recursos primarios y en la agro-exportación, la tierra es la llave de desarrollo, como lo ha sido por siglos. También aquí la acumulación capitalista ha sido hecha con la violencia armada y el abuso. Según denuncia de la Comisión Verdad y Justicia, hay casi 8 millones de hectáreas (19% del País) de tierras estatales “malhabidas”, es decir robadas y asignadas de manera fraudulenta y clientelista durante la dictadura de Stroessner (y hasta el 2003) a militares, políticos amigos, ex-presidentes, latifundistas, etc. Tierras que el gobierno de Lugo estaba tratando de recobrar.
 
Además entre el 2006 y el 2010, con la expansión de la soja, muchos grupos agro-industriales brasileños, franceses, alemanes, portugueses, españoles y japoneses han comprado cerca de 1,8 millones de hectáreas, y casi 9-10 millones en los últimos 20 años. Y a pesar de las declaraciones, desde el 2008 poco se ha avanzado sobre el terreno decisivo de la reforma agraria, reclamada a grandes voces por los “sin tierra” y por los pequeños campesinos, contra la brutal concentración del latifundio. En efecto al día de hoy, el 2% de la población controla el 80% de las tierras fértiles mientras los pequeños propietarios, cerca del 40% de la población, sólo el 5%. El 30% de la población rural está sin tierra [5].
 
Entre las sombras de la gestión de Lugo hay que señalar la aprobación de la Ley Antiterrorista auspiciada por los Estados Unidos en todo el mundo después del 11 de Septiembre y utilizada para criminalizar los movimientos sociales, especialmente el movimiento campesino. En los últimos años ha crecido la presencia militar colombiana para el entrenamiento de las FF.AA. paraguayas en la lucha “antinarcóticos y anti-terrorista.” En el 2010 Lugo ha autorizado la así llamada “Iniciativa Zona Norte” que es más bien la instalación de tropas y civiles estadounidenses al Norte de la Región Oriental, en la frontera con Brasil, en teoría por actividad a favor de las comunidades campesinas de la zona. Sin embargo ya desde mayo del 2005, antes de la victoria de Lugo, el mismo Parlamento había autorizado la entrada de tropas estadounidenses con inmunidad, permiso de tránsito y permanencia prorrogable automáticamente.
 
El Paraguay renunció así a su propia jurisdicción, para que las tropas con armamento, material y medicinas pudieran actuar en todo el País, sin necesidad de nuevas autorizaciones. En aquella ocasión entró un primer contingente de 400 soldados de Washington, un duro golpe contra el Mercosur.

Hay otra noticia que pasó casi inadvertida: en las horas del golpe una misión de generales estadounidenses viajó a Asunción para reunirse con parlamentarios (ligados a la pasada dictadura) de la Comisión de Defensa del Parlamento [6] para discutir la posibilidad de instalar nuevas bases de EE.UU. en Paraguay. Hoy en dìa, a solo 11 minutos de vuelo de Bolivia, está la base aérea llamada "Mariscal Estigarribia", con una pista de aterrizaje de más de 3 kilómetros de largo, en un País prácticamente sin aviación. La pista, “made in USA” y modernizada en los últimos años, es diseñada para recibir millares de soldados y aviones de grandes dimensiones con material y armamento. Como la pista de la base de Palmerola en Honduras.

En el 2009 Lugo se opuso a la posibilidad de fuertes maniobras militares del Comando Sur en Paraguay, pero en realidad las tropas de las "estrellas y barras" no se han ido nunca del territorio. Cuando el dictador Stroessner fue depuesto por “sus amigos” con un golpe en febrero de 1989, quedaron en el poder los militares que habían sido protagonistas directos de la larga dictadura. Gracias a acuerdos firmados entonces, el País perdió el derecho de poder investigar los delitos cometidos por tropas extranjeras y denunciar a Washington en la Corte Penal Internacional, violando así su misma legislación.

La situación que vive el Paraguay se entrelaza con la remilitarización estadounidense en todo el continente. Junto a la reedición de la IV flota (parada desde el final de la segunda guerra mundial) que navega delante de Venezuela y Brasil, a la sólida presencia en Colombia, a las decenas de viejas y nuevas bases militares o de inteligencia esparcidas en América latina, la infraestructura estadounidense se fortalece en un País de importancia geo-estratégica limítrofe con Bolivia, Brasil, Argentina. Una presencia militar que hipoteca el control del acuífero Guaraní, una de las reservas de agua potable mayores del mundo, en la “Triple Frontera”, entre Paraguay, Argentina y Brasil.
 
Como dice un chiste en boga en el continente, en las “Américas” el único país que no ha tenido un golpe es Estados Unidos, porque allí no hay ninguna embajada norte-américana. Sólo en la última década hemos visto en el 2002 la tentativa fallida de derrocar por la fuerza al Presidente Chávez y a la Revolución Bolivariana en Venezuela; en el 2009 el exitoso golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras; en el 2010 la tentativa de golpe contra el Presidente Correa y la “revolución ciudadana” en Ecuador; en Bolivia después de la fracasada secesión de la “media luna”, en los últimos meses los intentos de desestabilización contra el Presidente Evo Morales. Son todas señales de la estrategia imperial contra los procesos de cambio político y social en América latina.
 
El Vaticano del lado de los golpistas

A favor del nuevo gobierno golpista, junto a Canadá, España, Taiwán y Alemania, se ha alineado enseguida el Vaticano, con el Nuncio Apostólico que ha aconsejado a Lugo de hacerse a un lado y aceptar la farsa grotesca del “juicio político”. Idéntico guión del intento de golpe del 2002 en Venezuela contra Hugo Chávez, cuando el Nuncio en Caracas trató de convencerlo a firmar su renuncia “para evitar derramamientos de sangre.”
 
Al contrario, la Unasur, el Mercosur, la Celac y los Países del Alba, condenaron inmediatamente el “juicio político” contra el Presidente Fernando Lugo, aislando a los golpistas en el continente. En los días siguientes tanto el Mercosur como la Unasur han suspendido a Paraguay de las correspondientes alianzas regionales. Los mismos gobiernos de la derecha (Colombia, Chile y paradojalmente el mismo Honduras), han tenido que tomar distancia del golpe echando mano al argumento que “faltó el debido proceso y sus garantías” para juzgar a Lugo.
 
Segùn las ultimas denuncias del mismo Lugo [7],  ....en el SENAVE (órgano de control de las semillas) el nuevo presidente, un vendedor de agrotóxicos, militante del Partido Liberal (PLRA), ha echado a más de cien funcionarios con la acusación de “ser luguistas”. En Itaipu Binacional, el sindicato controlado por Honor Colorado, STEIBI, en alianza con el actual director general paraguayo, dirigente del PLRA, anuncia el despido de 300 funcionarios con la acusación de ser “zurdos”. El nuevo régimen trató de asaltar la TV Pública, lo que generó una heroica defensa de sus funcionarios. Pero ya se iniciaron también las amenazas para dejar de resistir e iniciaron despidos masivos.....
 
En Paraguay,  la variada base social de Lugo, hecha de movimientos sociales y de las muchas y siempre en conflicto organizaciones de la izquierda, sólo en marzo del 2010 se han unido en el Frente Guasù (Frente Amplio en lengua Guaraní), juntando así una ventena de organizaciones. Con una base social debil, sin fuerza organizada en las calles y en el Parlamento, la gestión de Lugo ha sido marcada por buenas intenciones, por ineficiencia y por mucha ingenuidad. Y la fragmentada izquierda ha encontrado demasiado tarde cohesión para desplegar una masa crítica suficiente como para parar las fuerzas golpistas, las que perdieron parcialmente el gobierno, pero de ninguna manera el poder real. Hoy la resistencia a los golpistas se reorganiza bajo una nueva forma e impulsa movilizaciones populares en todo el País [8].
En el 2013 en Paraguay deberían realizarse las nuevas elecciones. Al momento parece difícil que la situación pueda volver a la “normalidad” que había antes del parla-golpe. Seguramente los Estados Unidos y sus aliados harán lo imposible para parar cualquiera transformación radical en sentido progresista en su “patio trasero”. En México los numerosos fraudes electorales también nos están hablando en “este sentido”…

11-7-2012
 

[3] Hijo de un imigrado aleman, Hugo Strößner de Hof, Baviera y de Heriberta Matiauda, tomò el poder el 15 de agosto de 1954, aboliendo la constituciòn. Candidato unico a la presidencia en varias elecciones, con el apoyo de los EE.UU quedò en el poder por 35 años. Fué presidente y dictador de su Paìs desde el 15 de agosto 1954 hasta el 3 de febrero 1989.

[4] Fuente: Gobierno de la República del Paraguay, Contraloría General de la República, Dirección General de Control de Recursos Sociales, Informe Final. Auditoría a la Secretaría de Acción Social “ Programa Tekoporá”, Ejercicio fiscal 2007, (Asunción, julio 2009); y Secretaría de Acción Social. Dirección General de Protección Social y Desarrollo Humano. Programa de Transferencias Monetarias con Corresponsabilidad, Informe Trimestral 1º, Informe Trimestral 2º, (2009).
 
https://www.alainet.org/es/active/56415
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