Larga lucha de las Bartolinas
De la resistencia al Gobierno
05/03/2012
- Opinión
Mujeres de la Federación Nacional de Mujeres
Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia
Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia
Cimientos: las dificultades propias de una revolución inédita hicieron que algunos de los movimientos sociales que acompañaron a Evo Morales en sus primeros años de gobierno dejaran de respaldarlo. Pero hay sectores que apoyan con fervor al mandatario boliviano, aun desde la crítica y con cuestionamientos. Es el caso de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, que recibe el nombre de la heroína de la Independencia, Bartolina Sisa. De la mano de Evo, cada vez más mujeres, campesinas e indígenas, acceden a sitios antes reservados a la élite masculina.
El joven cocalero Evo Morales no había cumplido 20 años cuando nacía la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa”. Hoy, 32 años después, las “Bartolinas” conforman una de las principales organizaciones sociales del país. Son un apoyo incondicional del Presidente, aun con críticas a su gobierno y a su gabinete de ministros. Y son, como en los años 1980, un frente de resistencia popular contra cualquier intento desestabilizador o proyecto que vulnere la voluntad popular. Se sienten parte del Ejecutivo, aunque para ellas los cargos políticos son una circunstancia de la lucha antes que un objetivo en sí mismo.
El golpe de Estado de noviembre de 1979 potenció un proceso de acciones sociales de campesinos y campesinas inédito hasta ese momento. En julio había nacido la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), un sector independiente del pacto “militar-campesino”, que rápidamente se unió al frente antigolpista. Las Bartolinas surgían como rama femenina de esa incipiente organización en momentos en que los tanques que respaldaban al coronel Alberto Natusch Busch llegaban al corazón de La Paz y tomaban el gobierno.
Aquella fugaz dictadura dejó al menos 200 muertos. Debilitada políticamente y acosada por miles de obreros y campesinos, se desplomó en apenas 16 días. Centenares de mujeres se movilizaron para acompañar a los movimientos antigolpistas. Las Bartolinas fueron testigo, a mediados de aquel mes, de la llegada de la primera presidente mujer en la historia del país: Lidia Gueiler Tejada. La Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa” nació oficialmente en enero de 1980, como parte de esa nueva corriente de resistencia. En 2008 tomaría la denominación actual: Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia (Cnmciob), manteniendo el legado de Bartolina Sisa, una de las mujeres que acompañó a miles de aymaras alzados contra las fuerzas militares españolas, en su condición de esposa y compañera de armas del héroe Tupac Katari.
Lucha y propuestas
Desde su aparición, las mujeres campesinas han mantenido una coherencia en sus demandas y en sus acciones: liberar a la mujer campesina e indígena de toda opresión institucional o doméstica; defender y promover los derechos humanos de la mujer; garantizar la participación de las mujeres en los niveles de decisión y eliminar toda forma de discriminación, violencia social y política.
Las líneas de acción de las Bartolinas se apoyan en varios congresos nacionales, desde aquel primer encuentro fundacional en enero de 1980. Los congresos de los últimos 10 años son significativamente simbólicos, porque sus pronunciamientos son expresión directa del proceso que llevó al gobierno al líder cocalero Evo Morales. En 2001 se declararon “parte esencial de la lucha por el poder” y plantearon “la unidad de las organizaciones campesinas e indígenas para construir el nuevo Estado plurinacional” que llegaría ocho años después, bajo la presidencia de Morales. En noviembre de 2003, apenas expulsado Gonzalo Sánchez de Lozada, al precio de más de 70 muertos, las mujeres demandaron la nacionalización de los hidrocarburos, la convocatoria a la Asamblea Constituyente y el acceso gratuito a los servicios básicos. Y apoyaron la industrialización de las materias primas para generar fuentes laborales.
Esta trilogía de congresos nacionales históricos se completa con el encuentro de abril de 2006, en Cochabamba, cuatro meses después de que Evo Morales llegara al poder. La Confederación entendió que, ahora sí, estaban dadas las condiciones para llevar la lucha y las propuestas hasta los mismísimos espacios de poder. Dos años más tarde, cuando se realizó el XII Congreso Nacional, ya se había redactado un nuevo texto constitucional en el que estaban plasmados los principios fundamentales de acción por el que las Bartolinas habían luchado durante tantos años: justicia, equidad, descolonización y construcción del Estado Plurinacional.
La Cnmciob – BS acompañó la reciente convocatoria del Gobierno nacional al Primer Encuentro Plurinacional, destinado a crear una agenda política para los próximos años del Ejecutivo. Las Bartolinas llevaron a Cochabamba, entre diciembre y enero pasados, pedidos que hoy forman parte de los compromisos más urgentes. Se mostraron a favor de la industrialización de los recursos naturales, pero advirtieron que “el modelo de desarrollo productivo debe realizarse con pleno respeto y en armonía con la Madre Tierra”.
Reclamaron a la Asamblea Legislativa Plurinacional (diputados y senadores) la aprobación de varias iniciativas económicas, sociales y financieras y propusieron, además, consolidar los llamados Consejos Productivos en todos los niveles, para garantizar la seguridad alimentaria; rechazar los productos transgénicos; regular la importación y exportación de alimentos; distribuir en forma equitativa la tierra y elaborar la Ley Madre Tierra.
Cada una de estas propuestas, y de otras como la Ley de Vivienda, el Sistema Único de Salud, políticas anticorrupción y la implementación de la Ley de Educación, prueban la constancia de una lucha progresiva hacia y desde el poder. Algunas ideas ya son parte de la agenda de Gobierno, otras deberán ser discutidas a nivel provincial y departamental. En el segundo Encuentro Plurinacional se verificará el cumplimiento de la agenda, al menos en los asuntos más urgentes.
Sentirse parte
La dirigente Julia Ramos es un buen ejemplo del rol de las Bartolinas en los espacios de poder. Luego de muchos años de militancia en la Confederación, fue diputada del Movimiento al Socialismo (MAS), vicepresidente de la legislatura y ministra de Desarrollo Rural y Tierras. Tras su paso por los cargos públicos regresó a las Bartolinas y actualmente es la secretaria ejecutiva de la Cnmciob – BS.
“Para nosotros llegar al Gobierno o a la Legislatura era un reto, para conocer de cerca de las autoridades a las que nunca llegábamos”, señala. Acceder a cargos públicos “es un instrumento importante para nosotras y para el resto de los movimientos sociales. Nos proponemos cambiar montañas o estructuras políticas que permanecieron durante años. Hay objetivos claros para trabajar con la comunidad”.
Otra dirigente, Felipa Huanca, recientemente reelecta secretaria ejecutiva de la regional La Paz, explicó las razones por las cuales la organización apoya al gobierno del presidente Morales: “por incluir sectores discriminados en la gestión pública y por demostrar capacidad en la gestión del Estado Plurinacional con buena economía y garantía de desarrollo para los pueblos”. Cuestionan al gabinete ministerial porque “existen ministros que no apoyan al hermano Presidente, porque son más técnicos y dejan de lado a los verdaderos autores del proceso de cambio”, y a la Asamblea Legislativa, donde “la presencia de hermanos y hermanas de las provincias ha servido para mostrar una Bolivia plurinacional, aunque muchos de nuestros legisladores no han cumplido como se esperaba”.
Ese apoyo incondicional al “hermano Presidente” les ha generado a las Bartolinas no pocos roces con otros sectores sociales. El más reciente fue la discusión por la construcción de una carretera a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), rechazada por algunas comunidades pero apoyada por otras, entre ellas las mujeres campesinas. Pero la situación más compleja se produjo a finales de 2010, cuando Morales dispuso un aumento en el precio de los combustibles y generó un rechazo popular inédito hasta el momento. “Hay que ajustarse el cinturón para acatar esta medida”, pidió entonces la ex ministra Julia Ramos.
El lema es: mantener los objetivos, concretar los sueños y superar los escollos. “Si no entendemos que este proceso debe ser una acción en conjunto, podemos tener serios problemas y conflictos. Por eso no tenemos avances iguales, sino inequitativos y poco claros. Tenemos que profundizar lo que hemos avanzado, corregir los aspectos que son necesarios para seguir avanzado y dejar de lado todo lo que no nos permite avanzar”, insisten.
Desde Buenos Aires.
Fecha de publicación: 01/03/12
América XXI,Año IX, Número 83 – Marzo 2012
https://www.alainet.org/es/articulo/156271
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