La defensa de los territorios y las elecciones generales

28/07/2011
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Como muchas situaciones del acontecer político nacional, las elecciones generales cobran otro significado si las vemos desde las luchas por la defensa de los territorios y de los bienes naturales.
 
Lo que más nos preocupa es qué color político reprimirá nuestra lucha. Y es que nosotros y nosotras, organizaciones, pueblos y comunidades en resistencia, sabemos bien que estamos luchando contra intereses muy poderosos, nacionales y extranjeros, que quieren apropiarse de nuestros territorios y de nuestros bienes naturales, para hacer proyectos mineros, petroleros, hidroeléctricos, de monocultivos como la palma africana y la caña de azúcar, y otros megaproyectos –de carreteras, de turismo, de conservación–, y de esta forma enriquecerse a nuestra costa,  contaminando nuestros ríos y lagos, y atentando así contra nuestra vida y contra la vida de nuestros hijos e hijas, las generaciones futuras.
 
El problema es bastante serio, y es que prácticamente todos los partidos proponen como promesa de desarrollo “mejorar el clima de negocios para atraer la inversión nacional y extranjera”, y esto para nosotros es atentar contra nuestros territorios, verlos únicamente como “recursos naturales”, como “mercancías” que se ofrecen al mejor postor y que se venden a cambio de ese desarrollo en donde nosotros solo cabemos como vendedores de fuerza de trabajo y consumidores. Pero nuestros territorios no son mercancías, sino que son nuestros lugares sagrados, de los que somos parte, de donde nos viene la vida, la energía, los alimentos, el agua, el aire, los animales, las plantas medicinales, y donde trabajamos y descansamos, donde vivimos, nos reproducimos y morimos.
 
Sabemos además que atraer la inversión nacional y extranjera implica criminalizar nuestra lucha, porque nos ven como opositores de ese “desarrollo” que nos quieren imponer. Existe un documento de la cúpula empresarial del país que dice que muchas de las ONGs que trabajamos los temas de derechos humanos, derechos indígenas y protección del medio ambiente, nos dedicamos “24 horas al día a encontrar obstáculos que impidan más desarrollo derivado de los recursos naturales” (CACIF, 2011:24). Y es que, más que “desarrollo”, queremos vida digna. Como dijo Monseñor Ramazzinni –a propósito del violento desalojo de las comunidades q’eqchi’ en Panzós, en marzo recién pasado–, en Guatemala se privilegia el derecho a la propiedad privada sobre el derecho a la vida y a la alimentación.
 
En nuestro país, defender el derecho al territorio y a la vida, es motivo para ser vistos y tratados como criminales, para ser perseguidos, encarcelados, intimidados e incluso asesinados. Como señala UDEFEGUA (2011:7), en los primeros seis meses del año ha habido un total de 273 agresiones a defensores de derechos humanos, de las cuales 14 ham sido asesinatos, 6 intentos de asesinatos, 82 detenciones ilegales, 79 persecuciones, 37 maltratos y 22 amenazas. Tristemente la sangre ha vuelto a correr en nuestros territorios, pero también ha vuelto a sonar aquel grito de ¡Guatemala nunca más! que una vez se escuchara de la voz de Monseñor Gerardi.
 
La situación empeora con la penetración del narcotráfico –y sus formas de violencia– en la vida política regional y nacional, pero de eso los políticos dicen no saber nada y estar libres de culpa.
 
Por todo esto, desde la defensa de los territorios, nos cuestionamos la forma cómo se hace política en el país. Sabemos que es una farsa, un mercado de votos, promesas que fácilmente se las lleva el viento. En su lugar, pensamos que hay otra forma de hacer política, y es trabajando día a día en las comunidades, en la organización, en la asamblea comunitaria, y por supuesto, también adentro de la casa. No necesitamos de ningún líder ni de ningún partido que nos diga qué tenemos qué hacer, ni necesitamos proyectitos de desarrollo o bolsas solidarias que sólo sirven para dividirnos desde adentro. Pensamos que nuestras luchas no son por otros cuatro años de gobierno, sino que son luchas de larga duración, que llevamos décadas y hasta centurias luchando con dignidad por tener un lugar donde vivir.
 
En tiempo de elecciones generales –por la presidencia, las diputaciones y las alcaldías–, las organizaciones, pueblos y comunidades en resistencia por la defensa de los territorios, sabemos que nuestra lucha va más allá de emitir un voto para que alguien se crea que puede venir a mandarnos, a imponernos leyes y proyectos… sabemos que, en su lugar, les guste o no a los políticos y a las élites económicas, podemos mandarnos solos, hacer nuestras propias leyes, y luchar por nuestros propios sueños.
 
Guatemala 26 de julio del 2011.
 
- Mario López, AEC/AVANCSO
 
Textos citados:
 
CACIF (2011). 2012. Nuevo principio. Visión transformadora de la realidad nacional. Guatemala. En PDF.
 
UDEFEGUA-Unidad de Protección a defensoras y defensores de Derechos Humanos en Guatemala (2011). Informe semestral UDEFEGUA. Por el derecho a defender derechos. Guatemala. En PDF.
 
https://www.alainet.org/es/active/48380
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