Hacia donde va el Foro Social Mundial?

21/06/2011
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Durante la reunión en París a fines del mes pasado,  representantes de las organizaciones miembros del consejo internacional (CI) del Foro Social Mundial reflexionaron sobre el futuro del FSM en el nuevo contexto marcado por el impulso de los movimientos populares en los países árabes. 
 
Actuar en el epicentro de la crisis
 
Desde hace varios anos en Magreb y en Mashreq, los movimientos populares están trabajando para elaborar nuevas estrategias. Amenazados constantemente por los regímenes ya sea dictaduras corruptas o seudo democracias  (las “democratures” “democraturas” como las nombraba muy justamente Abraham Serfati), esos movimientos soportan ataques, también de corrientes reaccionarias que actúan bajo el alero de la religión. Nuestros camaradas, marroquíes, tunecinos, egipcios, nos hicieron recordar que cada situación es particular, caracterizada por configuraciones políticas, sociales, culturales, específicas. Las contribuciones de Kamal Labhib, Gustave Massiah y Samir Amin, principalmente, nos permitieron comprender mejor la complejidad y los desafíos que conllevan los movimientos populares en su caminata a largo término.
 
Una intervención es necesaria
 
Mientras tanto para las organizaciones  sociales del mundo entero, la prioridad es resistir a las diversas  ofensivas imperialistas, quienes tratan de reasegurar esta parte del mundo en relación a los objetivos geopolíticos y geo-económicos de los dominantes. El quiebre que se está produciendo  en Libia, se agrega el de Palestina, Iraq, Afganistán, Sudan y otros países del “arco de crisis”  se inscribe en una estrategia de “gestión de crisis” cuyo fin es impedir cualquier cambio real.   Para los componentes del FSM, todo esto significa poner énfasis a esta situación y solidarizar, igualmente, confrontar las clases dominantes  en los países donde esos movimientos están localizados,  y en fin, apoyar el duro trabajo de construcción de redes comenzadas por el Foro Magreb-Mashreq y una multitud de organizaciones en la región desde hace algunos años. En función de todo esto, está permitido esperar que un FSM en Túnez o en El Cairo en 2013,(1)  tenga un efecto realmente movilizador, un  poco como ocurrió en los primeros FSM en América latina. La decisión final de organizar el próximo FSM en esta región del mundo fue reportada a la próxima reunión del CI en Daca en la ocasión del Foro social de Asia en octubre próximo.
 
Volver a pensar los recursos del Foro
 
Se sabe, desde hace al menos 3 anos, de conversaciones que están en curso para reforzar el proceso del FSM. A lo largo del decenio, el FSM marco los avances del movimientos populares, sobretodo en América latina. La “excrecencias” del FSM en Asia África y Europa igualmente han tenido muchos aspectos positivos. Sin embargo, es claro que la formula de grandes encuentros que permiten al movimiento popular de “verse” debe ser relanzada. Por otro lado, el ultimo Foro en Dakar demostró la vitalidad  de un cierto numero de innovaciones. Se piensa en espacios de elaboración estratégica para los movimientos  y las redes que van mas allá de los diagnósticos  de la crisis y que aclaran hipótesis estratégicas. Estas exploraciones requieren mucha preparación, vía investigaciones, consultas, los   diálogos cruzados entre muchos movimientos. El proceso implica más que la organización de una o varias conferencias en el momento del foro, más bien una labor de duración prolongada. Las organizaciones y redes que irán en este sentido en los próximos años serán las que agregarán valor al FSM
Volviendo a lo local
 
Por definición, la importancia del FSM ha sido justamente, dar visibilidad a la mundialización de movimientos, a través de la elaboración de una plataforma de discusiones y por ende de problemáticas comunes. Hoy, si este objetivo es válido aun en muchos lugares del mundo donde el proceso del FSM  es aun embrionario, es menos importante para muchos movimientos, como América latina y Europa, aunque haya que distinguir las reales diferencias que separan la experiencia en los diversos países. Sin embargo, se desprende cierta tendencia a querer enraizar el Foro a nivel local, regional, donde la convergencia de movimientos puede tener un impacto inmediato. Estos foros locales, tienen igualmente la ventaja de estar focalizadas en un cierto número de temas, que corresponden a prioridades locales, lo que facilita la tarea de los movimientos que quieren implicarse en la elaboración de estrategias.
 
Una re-organización es necesaria
 
El FSM al principio no fue concebido como una “conferencia” o un “evento”, si no más bien como un proceso para facilitar la acumulación de experiencias útiles para los movimientos populares en la resistencia contra el neo-liberalismo y la elaboración de alternativas.  Ciertamente, la importancia de organizar grandes encuentros en el primer periodo, pero no es necesario hacerlo un principio absoluto. Es necesario considerar también, los intereses divergentes que expresan sobre el tema en el foro y que involucran movimientos altermundialistas, sindicatos, ONG, redes feministas, campesinos, ecologistas, etc. El principio de la la pluralidad  y diálogos entrecruzados debe permanecer en el primer plano. Igualmente central es la idea que esos diálogos entrecruzados deben “desembocar”, es decir, permitir una mejor articulación de las prácticas a la luz de la elaboración teórica , y esto al integrarse a las culturas políticas diversas y a las estrategias distintivas avanzadas por los movimientos populares.
 
Volver a pensar los recursos
 
Atado a este debate esta el debate sobre los recursos. El FSM es la irradiación de los movimientos sociales y no un “proyecto” propuesto a fundaciones liberales. Aun menos a estados “acogedores”, tal vez, cuyos objetivos son antinómicos  con los movimientos. Un FSM que respira y exhala, por ejemplo, debe integrar la dimensión ecológica en el sentido de la gigantesca batalla mundial por la Pachamama  (La madre tierra), lo que es contradictorio con la dependencia financiera en relación con aquellos quienes preconizan el “desarrollo” por las energías fósiles. Una vez dicho esto, es necesario que las organizaciones sociales tomen en sus manos la organización y el financiamiento del Foro. Es totalmente posible como lo han demostrado nuestros camaradas estadounidenses con las organización del Foro en USA en el verano pasado en Detroit. En este sentido, las proposiciones del comité sobre los recursos del comité internacional han permitido identificar varias pistas prometedoras para hacer el FSM autónomo en este plano.
 
El FMS de los próximos 10 años.
 
Es muy probable que el proceso del FSM sea reforzado y relanzado en función de las pistas evocadas más arriba. De cierta manera, el liderazgo debe renovarse y pasar la mano  a una nueva “generación”. Los brasileros y otros movimientos latinoamericanos quienes han dado mucho saben intuitivamente que ese “pasar” es necesario incluso si sus redes deben continuar activamente en el Foro, sin tener el mimo peso y sin tomar el rol central  que han tenido los últimos años. Esta transición debe hacerse por etapas y estar en armonía  con el desarrollo  de las redes en las diferentes regiones. Mientras tanto, nuevas iniciativas se están desarrollando un poco por todas partes para construir al interior de los movimientos populares nuevos  “colectivos intelectuales”, en la tradición de Gramsci y Bourdieu, “colectivos intelectuales” enraizados en los movimientos, capaces de desarrollar el saber perteneciente a esos movimientos, y elaborar estrategias  que permitan a los movimientos construir verdaderas herramientas contra-hegemónicas.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/150688?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS