Wachovia Bank, lavadero del narco

05/04/2011
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Si es de procedencia ilícita, no importa. Si son billetes bañados en sangre porque se obtienen con la muerte de cientos o miles de personas —implicadas o no en el consumo o el negocio en alguna de sus facetas— de cualquier parte del mundo, tampoco interesa. El hecho concreto es que son ingresos, dinero convertido en jugosas ganancias; capital que engorda los circuitos financieros de los países desarrollados —y hasta los salva de las crisis—, una vez que pasa por la realización del mercado, o interviene en la transacción de la compraventa de las drogas y llega a las casas de bolsa y las cuentas de los bancos mediante el lavado.
 
Dinero procedente de actividades ilícitas, especialmente del narcotráfico, que se cuenta en millones de dólares. Activos que se incorporan a la economía real y mundial con cierta preponderancia, porque son recursos no sólo de procedencia ilícita sino que aporta grandes dividendos. La ganancia fácil y rápida como una de las prioridades de la voracidad de colosales capitales que le apuestan al menor riesgo y el mayor lucro.
 
Porque en este sector, el financiero sobre todo el de origen especulativo, se mueven algunos de los mayores capitales del mundo, es que resulta complicado a los gobiernos y hasta los Estados —pasando por los gobernantes y los políticos de los partidos, así sean los más poderosos— ponerles trabas. Por eso la famosa regulación financiera se queda en el papel, en los escritorios o en las iniciativas de gobiernos y políticos ingenuos, quienes presumen elaborar leyes con fines regulatorios. Nada más iluso mientras no asuman el riesgo de afrontarlos con un contrapeso similar. Porque los Estados, y sus operadores, están para servir a los grandes capitales. Son los coludidos políticos, o que están para servir a los hombres del auténtico poder. El poder político siempre al servicio del poder económico, y no viceversa. Porque los varones del dinero son los que dominan, a los políticos que devienen simples peleles.
 
La última reforma de Barack Obama, para regular el sistema financiero de su país, se quedó en los enredos al interior del poder legislativo. Porque la iniciativa quedó en medidas pírricas. Nada de importancia que mine el carácter netamente especulativo, colocación de valores a futuro con alto riesgo, del capital financiero. Nada de relevancia para evitar tanto las burbujas inflacionarias como y el traslado de los riesgos a los clientes una vez que las cosas salen del control. Porque eso sí, los bancos arriesgan pero si los alcanza la crisis no la pagan, sino que la transfieren a los clientes o usuarios del sistema bancario. Sucede cuando los gobiernos rescatan a los bancos. De ahí deriva la socialización de las pérdidas, vía el pago de impuestos.
 
De ahí también la explicación sobra la vacuidad de laspropuestas del gobierno de Washington con respecto a México en lo tocante a combatir el lavado de dinero de procedencia ilícita. Promesas, porque en realidad a EU no le interesa contener el problema en la medida que se beneficia del negocio del narcotráfico. Al fin que los muertos los pone México, en cuanto las lavanderías son gringas.
 
Eso explica también, el hecho de que la revista estadounidense Forbes, año con año sabe el monto de recursos que maneja el único narcotraficante que aparece entre los grandes adinerados del mundo, Joaquín Loera El Chapo Guzmán. De la misma manera que el gobierno de EU sabe cuántos de los fondos que circulan en las venas del sistema financiero gringo y mundial son de procedencia ilícita, y cuántos tienen un origen específicamente en las actividades de narcotráfico de las grandes bandas del crimen mexicanas, que han alcanzado importancia global.
 
Muchas reflexiones sobre el tema son tachadas de falaces en cuanto carecen de los datos duros. Pero de cuándo en cuándo brincan las evidencias. Es cuando la sospecha se transforma en evidencia. Como cuando los estados son invadidos de recursos ilícitos; así le sucedió al estado soviético, luego de la caída de la antigua URSS y el derrumbe del Muro de Berlín, donde en Estado se volvió mafioso.
 
Pero, incluso son los mayores centros del capital financiero y especulativo también los mayores benefactores. Su origen mafioso los delata. Así lo reveló el exdirector de la Unidad contra el Blanqueo de Capitales del banco Wachovia en Londres, en el diario The Observer y que difundió este domingo: El papel de los centros financieros de Londres y Nueva York en el lavado de dinero del narcotráfico. Ambas ciudades son “Los mayores lavaderos de dinero de origen criminal. Más que en las islas Caimán, la isla de Man o Jersey, el dinero se blanquea en Londres y Nueva York”.
 
La indagatoria se realizó a partir de 2005 cuando Martin Woods se incorporó al Wachovia Bank, una de las instituciones financieras más grandes de los Estados Unidos. Describe cómo las grandes ganancias generadas a partir de la venta de las drogas en México y los EU, fluyen o ingresan al sistema financiero internacional. Los cárteles mexicanos introducen recursos de manera ilegal a través de convenios entre el Wachovia Bank y las casas de cambio existentes a lo largo de la frontera entre ambos países.
 
Parte del informe revelado por The Observer dicta que: “Tras ardua investigación de 22 meses, las autoridades comprendieron que el dinero del narcotráfico era lavado a través de transferencias bancarias, cheques de viaje y envíos de dinero desde México hacia EU a través de las Casas de Cambio que tan populares se han vuelto para que os migrantes manden remesas a sus familiares del otro lado de la frontera”. Aquí, incluso, brinca la suspicacia de cuántos de los recursos registrados como remesas pertenecen al dinero de lavadero. “Estas Casas de Cambio, a su vez, tienen firmado un convenio con Wachovia Bank y a través de sus cuentas bancarias, el dinero sucio estaba siendo inyectado de manera lícita al sistema financiero internacional.
 
[Claro que] las autoridades norteamericanas sancionaron al banco por no aplicar rigurosamente las políticas internacionales para evitar el lavado de dinero, sin embargo, el monto de la multa no equivalía ni al 10% del dinero que ya había circulado a través de sus cuentas y el caso nunca llegó a los tribunales, pues no se ejecutó acción penal sobre alguna persona ya que a los cuentahabientes de dicho banco los protegía la Ley del Secreto Bancario”.
 
Así, tan sólo el cartel de Sinaloa lavó durante el periodo de 2004-2007, recursos por 378 millones de dólares en dicho banco de EU, en sendas transferencias. El negocio ilícito, de la mano de la legalización de millonarios recursos. Los mexicanos mueren; los banqueros de EU ganan. Secretos a voces.
https://www.alainet.org/es/articulo/148797?language=es
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