Hará cosa de un par de meses abrí el buzón al llegar a casa. Por suerte no había facturas, tan solo una carta del banco que, igualmente, me produjo cierta intranquilidad. La abrí escorado, como al descuido, sin querer mirar. Suspiré. Dentro solo había un díptico comercial. Mi respuesta fue: “No”. Yo no necesitaba ningún préstamo para cambiar de coche. Simplemente no quería cambiar de coche.

Antes de meterme en casa vi de reojo a los nuevos vecinos, que miraban con resignada desaprobación el estado de mi viejo coche. Los nuevos vecinos han encontrado trabajo como comerciales de un concesionario de automóviles que hay frente a mi casa.

Hará cosa de un mes abrí el buzón al llegar a casa. Por suerte no había facturas, tan solo una carta del banco que, igualmente, me produjo cierta intranquilidad, y en esta ocasión además, algo de resquemor. Resoplé. Dentro solo había un díptico comercial. El mismo díptico comercial. Mi respuesta fue la misa: “Que no”. ¿Iba a pagar el director del banco los intereses de un préstamo que no necesito?, ¿no, verdad?, pues eso. Además si los bancos están tan estreñidos que no sueltan ni un céntimo, ¿por qué se empeñan en concederme a mí un préstamo?, ¿tan seguros están de que se lo vaya a devolver, precisamente ahora que estamos en crisis?, es más, ¿con qué dinero me lo conceden?, me pregunté. Ah!, claro, ya entiendo, con el del rescate financiero que les pagamos. ¿Estarán pagando con ese dinero tantos dípticos comerciales?

Antes de meterme en casa, miré a la ventana de los vecinos nuevos, los que trabajan en el concesionario, en ese justo instante corrían la cortina y me daban la espalda moviendo horizontalmente la cabeza.

Hoy mismo, no hará ni diez minutos, he abierto el buzón al llegar a casa. Por suerte no había facturas, tan solo una carta del banco. “Ya está”, me he dicho a mí mismo, “esto va a ser un díptico comercial”. Efectivamente, así ha sido. Mi respuesta ha sido la misma “Que no, coño. Que no quiero cambiar de coche”. No vivo muy cerca de mi oficina bancaria, pero no me extrañaría que el director hubiera oído lo que he dicho acerca de su díptico. Cuando he cerrado la tapa del cubo de la basura, me he dicho, si llega otro díptico, como llegue otro díptico…, es que no respondo. Si tengo que restringir mis gastos por la crisis, no me voy a meter además a pagar intereses de un préstamo que no necesito. Pues no faltaba más.

Después ha sonado el teléfono, era mi madre, “hijo mío, ¿se puede saber por qué no quieres aceptar el préstamo del banco?”, lo más amable y comedido posible, le he explicado a mi madre que los coches contaminan mucho más que las bicis, y que, total, casi no lo uso.

Me he asomado a la ventana, y allí estaban los vecinos nuevos, mirando mi viejo coche con esa cara de “al plan renove de cabeza”.

Nada más colgar, ha sonado otra vez el teléfono. Ahora era el director de mi banco. Insólito, ¡el director del banco! Del mismo banco que quiere quedarse con mi casa a la mitad de su precio porque no puedo hacer frente a la hipoteca. Que por qué no acepto el préstamo, que si me lo da en muy buenas condiciones, que si tal, que si cual, que si esto, que si lo otro, que si ahora que estamos en crisis no puedo gastar tan alegremente como antes, pero que le haga un hueco en mi presupuesto a los intereses de su ventajoso préstamo… Cuando ha cogido aire para seguir con su discurso, he simulado el sonido telefónico “tutu-tutu-tutu”, y he colgado rápidamente.

Ahora hagamos un sencillo juego, cambiemos el escenario y cambiemos los personajes. “Mi casa” será “Portugal”, ”yo” haré de “Sócrates”, “mi madre” hará el papel de “Unión Europea”, “los vecinos nuevos” harán de “Agencias de rating” y el “director del banco” representará al “FMI”

Cronología del acoso mafioso:

1) (Marzo-2010) La calificación de la banca portuguesa, amenazada por los problemas de deuda del país

http://www.cotizalia.com/noticias/calificacion-banca-portuguesa-amenazada-problemas-deuda-20100308.html

2) (Mayo-2010) Moody’s pone a examen a Portugal por una posible rebaja de la calificación de su deuda

http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/05/05/economia/1273063529.html

3) (Julio-2010) Moody's rebaja la calificación de la deuda portuguesa por su débil crecimiento

http://www.larazon.es/noticia/3115-moody-s-rebaja-la-calificacion-de-la-deuda-portuguesa-por-su-debil-crecimiento

4) (Diciembre-2010) Los intereses de la deuda portuguesa suben tras la rebaja de calificaciones

http://www.misfinanzasenlinea.com/noticias/20101227/los-intereses-de-la-deuda-portuguesa-suben-tras-la-rebaja-de-calificaciones

5) (Marzo-2011) Portugal sufre su peor rebaja de calificación por la crisis política

http://www.telecinco.es/informativos/nacional/noticia/1493025/1493025

Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que en España venimos recibiendo desde hace tiempo unos sospechosos dípticos comerciales. Estamos metidos en el círculo codicioso de: la mala praxis bancaria produce una crisis económica que desemboca en una crisis política que provoca la rebaja en la calificación de la deuda que acentúa la crisis política que provoca la rebaja en la calificación de la deuda que provoca una crisis de gobierno que convoca elecciones presidenciales que gana un presidente que acepta el préstamo, que provoca una crisis económica que desemboca en una crisis política que…

Realmente al banco no le importa un pimiento si tu coche está muy viejo o no, solo le importa que aceptes el préstamo, y si le dices “no”, enviarán el díptico a tu pareja, y a tus hijos y a toda tu familia, hasta que alguno de ellos firme el maldito préstamo.

Mientras termino este artículo el teléfono suena y suena. Cada vez lo veo más claro, si aceptar el préstamo para prejubilar mi coche me obliga a jubilarme yo, por lo menos a los 67 años para poder hacer frente a los intereses…, gracias, pero no, me quedo con mi viejo coche.

- Víctor J. Sanz

Fuente: http://impresionesmias.com/2011/03/26/mi-casa-sera-portugal/