Retrato de un mercenario: Oscar Elías Biscet.

14/03/2011
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Hoy por hoy, sin lugar a dudas, los enemigos de la Revolución Cubana han dispuesto millonarias sumas de dinero para fabricar y sobredimensionar a la exigua contrarrevolución interna dentro de Cuba, brindándoles una significativa cobertura mediática, cuya finalidad es tergiversar la realidad de la Isla, distorsionando ante el mundo la situación de los derechos humanos de los que gozan los ciudadanos cubanos, avalados constitucionalmente, así como fabricando artificialmente un supuesto estado de violación de la democracia bajo falsedades y mentiras. Uno a uno, en mayor grado de sucio protagonismo, los oportunistas y mercenarios, tildados infundadamente como “disidentes” o “presos de conciencia”, hacen el vil manejo a los enemigos de su Patria a cambio de sucias monedas para que los mismos implementen una desmesurada guerra ideológica sin parangón contra país alguno. Oscar Elías Biscet es uno de estos personajes que, como Fausto, han vendido su alma al diablo.
 
Liberado recientemente por voluntad propia del Estado cubano, cuando purgaba 25 años de privación de libertad, su persona ha sido colocada en el centro de atención de los que promueven la guerra mediática contra Cuba. Y él, haciendo gala de su clásico oportunismo, se ha ofrecido descaradamente a asumir tan sucio y detestable papel. Violador probado del Artículo 91 del Código Penal, contenido en la Ley 62 del año 1987, el cual expresa: “El que en interés de un Estado extranjero ejecute un hecho con el objetivo de que sufra detrimento la independencia del Estado cubano, o la integridad de su territorio, incurre en sanción de privación de libertad de 10 años a 20, o muerte.”, Biscet fue juzgado entre los días 3, 4, 5 y 7 de abril de 2003, junto a un grupo de contrarrevolucionarios, por el delito de Actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado. Asimismo, Biscet fue considerado violador de varios artículos de la Ley 88, Sobre la Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, particularmente el Artículo 5.1, el cual expresa: “El que busque información para ser utilizada en la aplicación de la Ley Helms-Burton, el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo, encaminado a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar el Estado socialista y la independencia de Cuba, incurre en sanción de privación de libertad.”
 
Por supuesto, no era ésta su primera sanción por delitos contrarrevolucionarios. En el año 1999 fue condenado a 3 años de cárcel y el pago de una multa ascendente a 500 cuotas de 10 pesos cada una, como resultado de violar el Artículo 201.1.2 del Código Penal cubano. Su reiterada participación en desórdenes públicos, provocaciones continuadas, fabricadas “huelgas de hambre”, diversos shows mediáticos, así como sus acelerados contactos con otros grupos contrarrevolucionarios internos y con funcionarios de la SINA, con vistas a ofrecer una distorsión de la realidad cubana, lo hicieron centro de la atención de la labor injerencista de los enemigos de la Revolución, los que se dedicaron por todos los medios a perfilarlo como un supuesto luchador por los derechos humanos, redimensionado a la lucha contra el aborto, un cristianismo a ultranza y a favor del combate contra una falsa discriminación racial dentro de la Isla. Ya en 1997, Biscet descolló como uno de los elegidos de la SINA y un prometedor frankestein de la guerra mediática anticubana.
 
A partir de ese momento, como vedette de turno, Oscar Elías Biscet comenzó a recibir galardones inmerecidos y altas sumas de dinero para premiar su labor anti patriótica. El Partido Nacionalista Democrático de Cuba, con sede en el 2520 SW. 22nd St., Suite 2-240, en Miami, le facilitó la suma de 10,000 dólares en ocasión de serle entregado por mafiosos de La Florida el Premio Paladín de la Libertad, en el marco de un almuerzo realizado en el Hotel Miami Dadeland-Marriott, el 16 de abril del 2005, con la asistencia de 300 comensales, entre los que se encontraban numerosos terroristas de origen cubano.
 
El sobredimensionamiento a la figura de Biscet fue tan descarado, que el propio presidente George W. Bush, le envió una carta fechada el 26 de marzo de 2003, en la que le expresa a su escogido mercenario: “Felicidades por el reconocimiento que ha recibido del Instituto Republicano Internacional con el premio otorgado por ellos, premio a la democracia popular. Su esfuerzo y su ejemplo son la encarnación de los valores democráticos, incluyendo la autodeterminación (…), Laura y yo continuamos orando por usted… Afectuosamente, George Bush.”
 
El premio recibido por Biscet para el año 2002, de manos de uno de los principales financistas de la contrarrevolución interna cubana, el Instituto Republicano Internacional, alcanzó la suma de 1 600 000 dólares.
 
Al ser juzgado en abril de 2003, Biscet contaba en su poder con un Permiso de Libre Acceso a la SINA, firmado por el entonces jefe de esta sede diplomática. Igualmente, mantuvo estrechas relaciones con Frank Calzón, entonces jefe la SINA, así como con otros funcionarios vinculados a la USAID y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), como la señora Vicky Hudleston.
 
La labor dirigida a crear un falso Ghandi o Mandela en Cuba, en la persona de Biscet, tramada por la propia Casa Blanca, tuvo uno de sus momentos más sobresalientes cuando el propio presidente George W. Bush le concedió la Medalla de la Libertad, el máximo galardón que puede recibir un civil en Estados Unidos. No faltaron, por supuesto, los elogios hacia el fabricado disidente por parte de Lincoln Diaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, alabarderos de mafia anticubana en el Congreso norteamericano. En este intento, actualmente es promovida su candidatura para el Premio Nobel 2011, devenido en burla y ofensa a la sensibilidad humana.
 
A pesar de este excesivo sobredimensionamiento de la contrarrevolución interna, realizado por la Casa Blanca, la mafia cubano americana y sectores de la ultraderecha conservadora europea, el amo del Norte desprecia a sus mercenarios tras bambalinas y reconoce su incapacidad para vencer a la Revolución. Prueba de ello, de la doble cara del amo con sus peones, lo fue la revelación de un cable emitido por Jonathan Farrar, jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana, redactado en el 2009, y dado a conocer el pasado 17 de diciembre de 2010 por WikiLeaks, en el que representante imperial reconoció a sus mercenarios como una reducida fuerza, polarizada y dividida. Sin tapujos, Farrar admitió en dicho cable que sus mercenarios están más preocupados por el dinero que en llevar sus propuestas a sectores más amplios de la sociedad”. Al no hacer excepciones, por supuesto, estaba incluido el propio Oscar Elías Biscet, al que incluye entre los viejos parásitos del Imperio, carentes de representatividad dentro del pueblo y con ninguna incidencia dentro de la juventud cubana.
 
A pesar de estas confesiones, los Estados Unidos continúan financiando a estos grupúsculos con millonarias sumas de dinero. Tan solo en el año fiscal 2007-08, para citar un ejemplo, el gobierno norteamericano desembolsó la asombrosa cifra de 47,5 millones de dólares para financiar a la contrarrevolución interna mediantes sus agencias como la NED, la USAID, el Instituto Republicano Internacional y otras instituciones. Obama, por su parte ha mantenido un financiamiento a la guerra mediática contra Cuba, desde su arribo al gobierno, de más de 60 millones de USD. Otro fondos multimillonarios son destinados a mantener su guerra ideológica contra la Isla con emisoras dedicadas a mentir y montar provocaciones, como Radio/TV Martí y otras, cuyas transmisiones alcanzan las cerca de 2174 horas semanales de transmisiones cargadas de mentiras, falsas denuncias y llamados a la desobediencia social en la Isla.
 
La breve historia de un provocador
 
Oscar Elías Biscet nació en La Habana, el 20 de julio de 1961, recibiendo sin discriminación alguna todos los beneficios sociales que hizo accesibles a su pueblo el gobierno socialista. Salud y educación gratuita, posibilidades de acceder al deporte sin pagar un centavo fueron parte de los privilegios de su infancia y juventud. Llegó, incluso, a graduarse como especialista en medicina interna en el año 1985, sin que se le discriminara o se le exigiera costear sus estudios. Guiado por falsos conceptos ideológicos, Coincidente con la ultraderecha religiosa y conservadora norteamericana con respecto al aborto; esgrimiendo, a la par, la lucha contra una falsa e infundada discriminación racial en Cuba; dando rienda suelta a su oportunismo y afán de protagonismo; así se van definiendo sus posiciones ideológicas que lo acercan a los acérrimos enemigos de su Patria.
 
Su trayectoria como provocador tuvo sus inicios en 1986, desembocando en diferentes y mantenidas muestras de indisciplina social, montaje de shows mediáticos y llamados contrarrevolucionarios, que lo llevan a ser sometido en 1994 a un proceso en que se le declara un índice de peligrosidad social.
 
Sabedor ya de que la vía de la contrarrevolución se ha convertido para él en un pingüe negocio, creó en 1997, la Fundación Lawton por los Derechos Humanos, marco propicio para buscar el apoyo financiero y las orientaciones de los enemigos de la Revolución en el exterior, a la par que presentarse como un aparente defensor de los derechos humanos. Como ya señalamos, en 1999 fue condenado a tres años de privación de libertad por su actividad provocadora y contrarrevolucionaria.
 
La ideología de un mercenario
 
En varios de los documentos escritos por él, así como en algunas de sus fabricadas denuncias, Oscar Elías Biscet muestra los fundamentos de su ideología contrarrevolucionaria y su giro hacia la intolerancia ultraderechista. En un artículo titulado “Desde la Cárcel Combinado del Este Edificio 1, 2 Sur, Celda 1232.” Escrito el 12 de junio de 2010, se declara abiertamente admirador de la ex primer ministra británica Margaret Thatcher y de la actual mandataria germana Ángela Merkel, de dudosa reputación en cuanto a su política hacia Cuba.
 
En ese mismo documento arremete con un falsario cuestionamiento contra el gobierno cubano, al declarar: “El régimen socialista Cubano es basado en la discriminación ideológica y racial, su prédica es el antiamericanismo, el antisemitismo y anti negro; cualquier persona de intelecto normal que conozca un poco de la historia de Cuba en los últimos 50 años inmediatamente y sin vacilación le dirá que no confía ni un tanto del Gobierno de los hermanos Castro”.
 
Ofende a su propio pueblo y a su adhesión decidida a la Revolución, al usar argumentos tales como:
 
-       “En Cuba los pobladores tienen un descontento generalizado pero por temor a las terribles represalias del gobierno quedan frisados y su pensamiento no se convierte en pura acción liberadora”.
 
-       “La falta de información y control por la administración estatal hace vulnerable a los ciudadanos.”
 
-       “La ignorancia y la miseria son armas del gobierno que convierten a las personas en apáticas.”
 
-       “La intolerancia, la violencia y el odio son promovidos por las autoridades de la nación, han dificultado la expansión de la resistencia pasiva.”
 
Trastocando las cosas, confunde deliberadamente adhesión con apatía, ignorancia con compromiso, demostrando estar totalmente deslindado con los verdaderos anhelos e ideales de su propio pueblo.
 
Pero tal vez la muestra más evidente de su excrecencia ideológica y de su servilismo lo ha puesto de manifiesto hace apenas unas horas, luego de ser excarcelado apenas 72 horas, cuando expresó en una video conferencia con los reporteros reunidos en el recinto Wolfson del Miami Dade College, en el downtown de Miami, planteamientos tales como:
 
a)    La oposición “va por el camino triunfador y hasta en el seno del Partido Comunista la oposición cuenta con simpatizantes”. ¡Iluso y trasnochado! Desconoce que la llama “oposición” es un minúsculo e insignificante grupo de mercenarios y que el Partido saldrá más fortalecido en su VI Congreso.
 
b)    Elogió al llamado exilio cubano en la búsqueda de un "cambio pacífico" en la Isla, ignorando deliberadamente que poderosas organizaciones terroristas han asesinado a sus propios compatriotas y aún planean acciones violentas contra Cuba.
 
c)    Lleno de ínfulas de grandeza, no descartó tajantemente su posible candidatura en un ilusorio gobierno de transición en Cuba.
 
d)    Desconociendo el sentir mayoritario de su pueblo exigió “la inmediata renuncia de los la dirección de la Revolución”.
 
e)    Acusó falsamente al gobierno cubano de "anti norteamericano, antisemita y anti negros''.
 
f)     Defendió la labor enemiga de los EE UU contra Cuba al criticar la justa condena 15 años del subcontratista norteamericano Alan P. Gross.
 
g)    Como Judas, se atrevió a exclamar con respecto al pueblo cubano, al que ha traicionado: “Yo amo a este pueblo”.
 
h)    Lanzó duras críticas hacia el relajamiento de las restricciones de viajes y envíos de remesas a la isla, desarrolladas tibiamente por Obama y alineándose con las posiciones de la ultraderecha norteamericana.
 
i)      Como un iluso agorero más, y sin aprender las lecciones de la historia, se atrevió a predecir: “El sistema tiene los días contados”.
 
Este ha sido el breve retrato de un oportunista y mercenario, transformado por obra y gracia del Imperio en supuesto luchador por los derechos humanos. Aliado a la extrema derecha norteamericana, falsario y provocador, recibirá la digna respuesta de nuestro pueblo si intenta aprovecharse de la buena fe del gobierno cubano para continuar su actividad desestabilizadora.
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