El Comercio en 1810

Hace doscientos años comenzó la desintegración del Imperio Español y el comercio tuvo mucho que ver con eso. La Corona española otorgaba monopolios comerciales que impedían el comercio no sólo con extranjeros, sino entre sus reinos americanos. Nueva España no podía comerciar con Nueva Granada, por ejemplo. Un sólido incentivo para el contrabando. Por eso mudaban los cultivos de cacao a las costas, por ejemplo. La economía informal no es nueva.

Al alba de la independencia, la repartición territorial en el Caribe se parecía mucho a la de caribes y arahuacos que encontró Colón. Los españoles ocuparon aquellas pobladas por los industriosos arahuacos. Ingleses y franceses exterminaron a los inhóspitos caribes y desde sus islas asechaban oportunidades de pillar y contrabandear. Solo Jamaica cambio de mano más tarde. El tratado de Tordesillas era sólo una memoria, cuando acuerdos transados en guerras europeas formalizaron esas ocupaciones. En el Río de la Plata, los portugueses fundaron (1680), en territorio español, la ciudad de Colonia del Sacramento (Uruguay) para contrabandear. Mas tarde (Tratado de Utrecht), los ingleses obtuvieron el monopolio del Asiento (trata de esclavos) y el derecho a enviar a Buenos Aires un barco mercante anual, que anclado allí resulto tener una bodega inagotable.

En 1810, la ocupación francesa de España fue el pretexto para que los reinos y capitanías de la América Hispana reclamaran el derecho al autogobierno en nombre Fernando VII. Esos gobiernos locales anularon los monopolios y abrieron el comercio, para regocijo británico. Una decisión, además, necesaria, porque después de la derrota franco-española en Trafalgar, (1805) casi sólo surcaban el Atlántico barcos ingleses y portugueses.

En Venezuela, en concreto, los derechos de Fernando VII se usaron para neutralizar el poder de la Compañía Guipuzcoana. Hasta 1810, la Guipuzcoana pagaba las milicias, escoltaba las recuas hasta los puertos y patrullaba las aguas. La flota guipuzcoana reprimía el contrabando y su milicia vigilaba que no se produjese localmente lo que importaba. Tal era el control de la Compañía Guipuzcoana que si, por huir de Napoleón, hubiese movido su sede a Londres, Venezuela hubiese pasado a ser colonia británica.

La independencia

La Guipuzcoana no se mudó, ni aceptó la apertura comercial, pero el debate no se planteó así, se planteó como independencia política y llevó a una guerra civil. Las tropas corianas del Indio Reyes Vargas, que defendían la Corona, eran tan venezolanas como las caraqueñas del Marqués del Toro, que defendían la República. Los llaneros de José Tomás Bóves que luchaban por el Rey eran tan venezolanos como los estudiantes de José Félix Ribas, que defendían la independencia. Al final, disipado el humo de la destrucción, sobre los huesos de indios, negros, pardos, criollos y peninsulares, se erigía una torre de deudas donde flameaba el pabellón británico. Lo mismo sucedió en los otros restos de la América Hispana.

Para pagar esas deudas casi siempre se hipotecó el comercio y se entregó el control de las aduanas. Se contrató nuevos empréstitos para pagar los viejos. Los ricos ingleses, únicos amos de la Revolución Industrial, vendían y prestaban, con temeridad. ¡ Para que prestar con prudencia, si los barcos de Su Majestad cobran a cañonazos ! Un método que hará escuela. Las deudas fueron pretexto para la ocupación armada de sitios tan dispares como el México de Benito Juárez (1862) o el Egipto del Kedive Ismael (1876). Hubo un intento de repetirlo con la Venezuela de Cipriano Castro (1902), pero fracasó y produjo la Doctrina Drago¹, una contribución al derecho internacional público hoy relegada, pero de mucha actualidad.

170 años después, el abandono del dólar con patrón oro de Bretton Woods y su reemplazo por dólares sin fondos, colocados irresponsablemente por Wall Street, creó la deuda del Tercer Mundo. Esa vez se cobró sin cañonazos, sólo desembarcaron funcionarios del Banco Mundial y el FMI con dictados de política comercial mucho más ambiciosos que la entrega de las aduanas. Una receta que exigía el ingreso al GATT, cuando la Ronda Uruguay alumbraba la OMC: el órgano multinacional donde los grandes carteles apátridas traman de manera más evidente su dominio universal.

El comercio dos siglos después

La América Hispana tiene doscientos años de proclamar su autogobierno, pero el patrón colonial sigue casi igual: comercia poco entre si, exporta productos primarios e importa productos terminados. Sólo cambiaron las metrópolis que condicionan su economía. Un detalle de esa impericia comercial es que suele exportar en FOB e importar en CIF².

En los últimos sesenta años se habló y negoció sobre complementación e integración. Han desfilado MCCA (Mercado Común Centroamericano), ALALC, Pacto Andino, ALADI, MERCOSUR y múltiples acuerdos comerciales bilaterales. Nunca se llegó a una Unión Aduanera y ni a una política para el desarrollo conjunto; sólo cristalizó la burocracia.

Las causas han sido múltiples y variables. Desde intenciones retóricas carentes de fondo técnico a defensa de privilegios privados o apatía burocrática. Las principales beneficiarias del desarrollo endógeno fueron empresas transnacionales, que re-ubicaron en la América Hispana fábricas obsoletas que recibieron protección para perpetuar un atraso tecnológico. Esas transnacionales figuran siempre en la negociación de los acuerdos de integración, porque complementan regionalmente sus procesos productivos. Basta mirar las marcas en las listas de liberación en los acuerdos de alcance parcial en ALADI, para encontrar los mismos actores sentados en ambos lados.

El acuerdo de integración que más ha logrado y sigue incólume es MERCOSUR, pero para reforzar su solidez, debe sensibilizarse a las necesidades de desarrollo industrial y tecnológico de todos los socios y todos los sectores, porque tiende a favorecer a una oligarquía brasileña ligada a los grandes carteles apátridas.

Los TLCs y el ALCA.

México parece destinado a ser el primero en sufrir las fechorías económicas³. Todo comenzó con el TLCAN/ NAFTA. El acuerdo fue negociado en 1993, sobre la base de uno suscrito entre Estados Unidos y Canadá, cuando encontraron resistencias en la Ronda Uruguay. Una estrategia conocida como la “cosecha temprana” (early harvest), que es ir embolsando a los flojos en convicciones. El TLCAN entró en vigor en 1994 y en cuatro años ya existía una dependencia económica con Estados Unidos y millones de desocupados. Tanto éxito inspiró una mayor ambición.

El Área de Libre Comercio de las Américas – ALCA- fue propuesto por Estados Unidos, durante la segunda mitad de los 90, para integrar todos los países americanos – menos Cuba- a su modelo económico. El contenido era el mismo ya dictado a México y Canadá en el TLCAN. El objetivo del ALCA es abrir mercados a bienes, servicios e inversiones con las mismas condiciones que casi todos ya habían rechazado en el ámbito de la OMC. Esas condiciones incluyen apertura a la importación de productos agrícolas con precios subsidiados, privatización de servicios públicos estatales, sumisión del Estado a arbitrajes externos, prolongación de monopolios en propiedad intelectual, reglas de origen repartiendo roles productivos y otras lindezas. En suma, un pacto neo-colonial moderno.

La propuesta del ALCA causo algún desconcierto y se comenzó a estudiarla en mesas de negociación técnica, con sedes repartidas por América Latina, lo que dificultaba la percepción del conjunto. Hubo reuniones de presidentes para ir creando presión “inter-pares” hacía la adopción de “decisiones políticas”, que así llaman la claudicación cuando se aparta de criterios técnicos. La propuesta se empantanó en 2003 y Estados Unidos comenzó a negociar ALCAs bilaterales, llamados Tratados de Libre Comercio, con los gobiernos más dóciles. Ese proceso sigue en curso y da a Estados Unidos ventajas y privilegios desleales sobre competidores dentro y fuera de la región. Es una violación de la no discriminación y del trato NMF⁴ que debiera denunciarse en la OMC⁵.

Esa entrega ha sido rechazada por una mayoría de países suramericanos, porque esta vez América Latina tiene novedades inéditas en su historia: avanza una conciencia política de raíz telúrica y hay opciones frescas con nuevos protagonistas de la economía internacional.

Los Tratados de Libre comercio – TLCs

Los Tratados de Libre Comercio –TLC’s- de países de América Latina con Estados Unidos han fracturado y dividido a la América Latina en dos bandos que desarrollan conceptos económicos divergentes:

1. El bando integrado en modo subalterno con Estados Unidos, para exportar materias primas y explotar mano de obra, bajo compromisos que no dejan opciones en política económica. Esa abdicación a una política comercial la firmaron México, Chile, Centroamérica toda, República Dominicana y Perú. Esperan Colombia y Panamá.

2. El bando integrado en modo más o menos igualitario sólo por países latino-americanos y con políticas económicas independientes. Allí figuran los 4 del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay + Venezuela) y los del ALBA (Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela). El enfoque solidario del ALBA le permite incluir a países atados con TLCs, como Honduras y Nicaragua.

Una investigación en la Universidad de Castilla - La Mancha, presentada durante el “XII Encuentro de Economistas sobre Globalización”, en la Habana, demostró que la América Latina sufre la crisis de manera desigual, porque sus procesos de integración son “mucho más trascendentes y compactos desde el punto de vista comercial que los TLC’s o acuerdos preferenciales con los grandes bloques comerciales de los países desarrollados”⁶.

Características del “libre comercio” con Estados Unidos

Las exportaciones centroamericanas y dominicanas son de bienes agrícolas, mano de obra (maquila) textil y materias primas. Las exportaciones chilenas se concentran en materias primas, productos agrícolas o agroindustriales y algunos servicios. Las exportaciones mexicanas, además de todo lo anterior, incluyen bienes industriales metal-mecánicos.

Los TLCs, hicieron crecer las exportaciones de Estados Unidos hasta revertir un comercio que antes era favorable a los latinoamericanos. Colmaron el mercado de cereales y pollo, con los que no pueden competir los productores locales por los enormes subsidios que reciben. La importación de servicios creció en Chile y México y asumimos que en los otros también, al mirar la compra avasalladora de servicios públicos por carteles internacionales.

El comercio de servicios de Chile y México con Estados Unidos.

Mostramos sólo el comercio de servicios de Chile y México con Estados Unidos, porque no encontramos modo de desagregar las cifras en los demás. Es una norma que la balanza comercial en servicios sea favorable a Estados Unidos, por las barreras que pone en casa. Esa supremacía es preocupante, porque suelen ser servicios financieros de bancos que venden “valores” sin valor; los del fraude mundial que pagamos todos, menos los bancos.

El comercio de mercancías de Chile y México con Estados Unidos

Ambos son casos de un aumento del comercio y de balanzas comerciales favorables importantes. Estas incluyen mucha exportación de materias primas (como cobre y petróleo) cuyos precios subieron hasta 2008, para caer a precios que ahora rondan la mitad.

Chile

Chile era la vitrina del crecimiento con las exportaciones, pero ya en 2007, su balanza comercial con EE UU fue poco favorable. En 2008 y 2009 ya fue muy desfavorable. La exportación de cátodos de cobre apenas alcanzó $919 millones en diciembre 2008, un 50 % del promedio anual anterior ($ 1.691 millones). Igual pasa con la industria de celulosa, su segundo sector exportador. Las importaciones también bajaron un 33%. La economía ha dejado de crecer y se estima que en 2010 caerá un 1,5%⁷.

Chile es menos vulnerable que México y Centroamérica en su comercio con Estados Unidos, porque allá va sólo un 13% de sus exportaciones (Total $ 68 millardos, 2009.⁸). China ya compra el 19% y el saldo que es tan favorable (7.629 mill., 2009 ) a Chile, que así compensa con creces el déficit con Estados Unidos. Cabe preguntarse, ¿Porque una dirigencia tan lúcida y culta como la chilena aceptó la sumisión al modelo norteamericano? Tal vez haya sido por temor a un regreso de la potencia sindical⁹.

México

México, es el principal socio comercial de Estados Unidos. El cuadro muestra el comercio de mercancías con Estados Unidos desde 1993, año anterior al NAFTA

La economía mexicana necesita un saldo comercial creciente y favorable, con Estados Unidos, porque es su único motor. Sus gobiernos desertaron otros sectores, para alinearse con los intereses del sector exportador. Es peligroso, porque los grandes exportadores mexicanos son poco mexicanos; son carteles que apuestan a la ganancia rápida en Wall Street.

El primer rubro exportador de México es la metalmecánica automotor, que llegó a $52.562 millones¹⁰, en 2007. El segundo rubro son los combustibles, con precios ahora mantenidos a la baja por el mismo cartel internacional que (2007 – 2008) los hizo subir sin causa visible.

El volumen del comercio entre México y Estados Unidos disminuye desde 2007. En 2009, las importaciones de México cayeron 21% y las exportaciones bajaron 27%. La balanza comercial sigue favorable a México, pero cayó 41% entre 2007 y 2009.

Desde el NAFTA (1994), México es un satélite del mercado norteamericano, destino del 87% de sus exportaciones. Una dependencia fatal. Canadá también es dependiente (86%), pero tiene autonomía vital interna en agricultura, industria y tecnología. México sacrificó su campo y sus industrias al culto del libre comercio que predican esos carteles apátridas que capturaron al mundo desarrollado y quieren el resto.

El comercio de Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos

Los dominicanos y centroamericanos no tienen vínculos comerciales o políticos entre si. La idea de asociarlos en un acuerdo comercial es de Estados Unidos, porque simplifica su trato con esas economías, que según su óptica son de la misma región y compiten con los mismos productos en su mercado. Es notable que Estados Unidos haya dejado Haití afuera.

Otro hecho en común es el de haber tenido siempre un superávit comercial con Estados Unidos, que mitigaba la mala distribución del ingreso, la escasa inversión industrial, la infraestructura deficiente y la negligencia en el desarrollo humano.

La balanza comercial favorable dejo de serlo con el RD-TLCCA (CAFTA) y el ingreso de productos agrícolas subsidiados por Estados Unidos. El comercio fue desfavorable en 2006, 2007 y 2008: El Salvador (-295;-269; -236), Guatemala (-409; -1.044; -1.271), Honduras (+30; -549; -807) y República Dominicana (-819; -1.868; -2.624 ). La pérdida comercial conjunta fue de $-2.133 millones en 2006; $-3.018 millones en 2007 y de $4.327 millones en 2008. Ese saldo comercial desfavorable tensará en todos esos países una situación social y económica que ya es explosiva (Honduras docit).

El único país con saldo comercial positivo es Nicaragua (+735; +714; +611), gracias a reglas de origen más flexibles en textiles, que son su principal exportación (55%) del TLC. Eso la hace vulnerable a la contracción de la demanda textil que esta en curso, cuando China es el principal competidor y Nicaragua es el número 22 de la lista.

En 2008, celebró Washington el saldo desfavorable a dominicanos y centroamericanos: el entonces el Secretario de Agricultura, Ed Schafer, proclamó triunfal que el año 2008 había roto todos los records de exportaciones agrícolas. Sobre los TLCs, dijo “Todos nos han traído beneficios y el de América Central resalta como uno de los mayores éxitos de esta Administración [Bush] en el frente del comercio” ¹¹

En 2009 y el primer semestre de 2010, las cifras empeoraron. Disminuyó el comercio con Estados Unidos en exportaciones e importaciones, como señal clara del empobrecimiento nacional. En Nicaragua siguió favorable, pero con menor volumen.

Esas cifras agravan un malestar económico y social en economías sin muchos recursos. La importación de productos agrícolas subsidiados destruye el tejido social en el campo y emigra a las ciudades gente que sólo sabe de agricultura para ganarse la vida. Una receta segura para crear hambre y violencia en países con grandes desigualdades sociales y tensiones étnicas. Eso no lo entienden unas elites adictas al modelo cultural norteamericano. El Salvador es un caso indicativo. Desde el 2001 su moneda es el dólar y las remesas de emigrados (unos 3,7 millardos) ayudan al 22% de su población¹². El triunfo electoral del FMLN¹³, el grupo guerrillero, fue un rechazo pacífico de la elite tradicional, pero ¿Que pasa cuando no se encausa la desesperación?

En el primer semestre de 2010 no es nada esperanzador. El saldo desfavorable de El Salvador ya superó el de 2009; el de Guatemala también aumentó; el de Honduras es ya seis veces superior al de 2009; Nicaragua permanece estable; la República Dominicana va camino a repetir su enorme déficit comercial con Estados Unidos

Los recién llegados

Colombia, Costa Rica, Panamá y Perú también firmaron luego acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. El único en vigor es el del Perú, desde el 1 de febrero, 2009.

Perú

El Perú tiene apenas 16 meses de experiencia con su TLC y eso con la crisis de Estados Unidos ya instalada, por lo que es poco apreciable el efecto sobre su comercio bilateral. Las exportaciones del Perú hacia los Estados Unidos son estables. Los rubros más importantes son petróleo y productos de minería (cobre, oro y metales preciosos) y algunos alimentos. El saldo comercial, que antes fuera positivo, desde 2008 es negativo, por la importación de equipos y maquinarias para aumentar la explotación petrolera y minera.

Costa Rica

El TLC de Costa Rica fue aprobado por el congreso de Estados Unidos, pero a mediados de 2010 aún no ha entrado en vigor, porque falta cambiar algunas leyes. Hay resistencia a cambiar la ley de Propiedad Intelectual porque prolonga las patentes farmacéuticas y encarece la atención de la Salud Pública. Costa Rica usa poco la preferencia del CBI y eso no afecta sus exportaciones, ya que el objetivo real de los TLCs es abrir mercados a los productos agrícolas subsidiados y a los servicios e inversiones de los carteles que controlan a Estados Unidos.

Las cifras de Costa Rica señalan un gran vuelco en sus exportaciones a partir del 2009. No se trata de novedades en su comercio con Estados Unidos, sino del modo de contar las exportaciones de la empresa Intel, el mayor exportador de Costa Rica. El gran cliente de las exportaciones ticas de Intel es China y las estadísticas de China con Costa Rica muestran sólo crecimiento. Es posible que esos componentes que van a China ahora transiten por Estados Unidos.

Colombia

La aprobación del TLC con Colombia por el Congreso de Estados Unidos tiene resistencia por la notoriedad de los frecuentes asesinatos de dirigentes sindicales. Tampoco hay apuro, porque mientras tanto Colombia aplica todas las facilidades que los Estados Unidos exigieron en el acuerdo. El petróleo es la principal de las exportaciones de Colombia a Estados Unidos. Las otras exportaciones son productos agrícolas perecederos, algunos textiles y productos provenientes de la minería. Fuera del petróleo, el patrón es muy similar al de Centroamérica

Panamá

El comercio de Panamá con Estados Unidos es el más desequilibrado de toda la región. Las importaciones son sustanciales y las exportaciones mínimas. Hay que tener en cuenta que Panamá sirve como centro de distribución de productos norteamericanos para Sur América, por lo que asumimos que hay importaciones re-exportadas hacia otros destinos. Ese comercio tan desfavorable con Estados Unidos lo pagan los ingresos por servicios del Canal de Panamá.

El primer semestre de 2010 señala un gran deterioro proporcional de la balanza comercial del Perú, por un sustancial incremento de sus importaciones. En el primer semestre de 2010 ya supera el saldo desfavorable de 2009. Colombia y Costa Rica siguen aumentando sus saldos favorables y en este primer semestre ya casi alcanzan el saldo de 2009, pero ya conocemos la estructura de esas exportaciones. Panamá permanece con el mismo desequilibrio.

Países independientes de la región

Según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe, de la CEPAL¹⁴, con la crisis, los países de la región vieron caer su comercio con sus socios tradicionales: Estados Unidos y la Unión Europea. El comercio con Estados Unidos se estancó en 2008 y disminuyó en 2009.

El cuadro también evidencia una incoherencia asimétrica en la arbitraria política norteamericana con Cuba. El cartel de los agro-negocios norteamericanos hace que se le pueda exportar productos agrícolas, pero se mantiene la prohibición a exportarle otra cosa que pueda serle útil. Por el lado de las exportaciones cubanas hay más coherencia, pero criminal: se prohíbe en su totalidad cualquier importación de productos de la isla, aun cuando venga incorporada en productos de terceros países.

El comportamiento del primer semestre de 2010 confirma la tendencia a que disminuya la importancia de Estados Unidos como mercado para las exportaciones. De los países latinos que no tienen TLC con los Estados Unidos, sólo aquellos que exportan petróleo, Ecuador y Venezuela, tienen un consistente y estable saldo positivo.

Hay quien cree que cuando pase la crisis volverán los viejos esquemas comerciales, pero eso no es lógico. Hay nuevos socios y muy interesantes, porque tienen menos ingerencia política y su crecimiento económico es auténtico y no milagros de la bolsa.

El CARICOM y Estados Unidos

Las islas del CARICOM han sido clientes de EE UU, desde cuando todos eran británicos.

Las islas eran una base estratégica para las guerras y el comercio informal con colonias españolas y francesas. El sustento local dependía de una agricultura trabajada por esclavos africanos, como en toda la América Británica. Su cultivo estrella era la caña de azúcar y exportaban melaza y ron.

La independencia de Estados Unidos trabó ese comercio. Los estados del Sur eran agrícolas, y pusieron restricciones a la importación de las islas del Caribe. Una política que contrariaba a los intereses industriales y financieros predominantes en los estados de Norte, que querían apertura para penetrar con sus productos y servicios financieros hacia el Caribe. Un contraste económico básico para la Guerra Civil norteamericana, que definió las posiciones sobre la esclavitud, cuya abolición fue el mejor producto de la revolución industrial.

Desde mediados del siglo XIX la presencia comercial norteamericana fue desplazando la británica en el Caribe. Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos es el gran socio de los países del CARICOM. El ingreso del Reino Unido a la Unión Europea y las preferencias comerciales de la U. E. a sus antiguas colonias del Asia, Pacífico y Caribe (APC) dio vigencia a la presencia europea. Hace poco firmaron un Acuerdo de Asociación Económica¹⁵, que es como se llaman los TLCs europeos.

El comercio del CARICOM con Estados Unidos gira entorno a 10 millardos y es equilibrado, pero entre 4 y 6 millardos del CARICOM son petróleo y combustibles casi todo exportado por Trinidad. Otra exportación importante son unos 1,7 millardos en productos químicos orgánicos e inorgánicos y textiles impulsados con las preferencias del CBI. La principal exportación de Estados Unidos son unos 3 millardos en servicios, donde destaca el transporte marítimo, que gira en dirección de las agujas del reloj. Eso favorece las exportaciones de Estados Unidos y encarece las exportaciones de los vecinos latinos. Estados Unidos también exporta aceites minerales, maquinarias y equipos, equipos electrónicos y productos agrícolas y agroindustriales

Durante la crisis económica de Estados Unidos han habido cambios interesantes en el patrón comercial del CARICOM. Las importaciones desde el área de ALADI aumentaron de 3.731 millones en 2007 a 8.888 en 2008 y es ahora su segundo socio comercial. Claro que en parte fue aumento de los precios del petróleo, pero también creció la importación de manufacturas. La exportación hacia América Latina casi se duplicó, pasando de 695 millones a 1.156.

Con China también hubo un gran incremento. Las importaciones se duplicaron entre 2007 y 2009, pero más dramático aún fue el crecimiento de las exportaciones, que de ser nulas (0,13) en 2007 pasaron a 154 millones en 2009, de las que, curiosamente, una parte son textiles.

Los nuevos rumbos comerciales

Es necesario e irreversible que el comercio con China, India y otros países crezca, porque llenan el vacío comercial de Estados Unidos. Para Brasil, China es ahora su principal socio, su comercio con la India¹⁶ creció mucho y también con Rusia¹⁷, partiendo de casi nada.

El comercio con China de los países que firmaron TLCs con Estados Unidos presenta grandes disparidades. La América Central - con excepción de Costa Rica¹⁸ - lleva 62 años simulando que China es gobernada desde Taipei. Esos centroamericanos importan mucho de China y le exportan muy poco. Otros mas listos, como Chile y Perú, ya comercian más con China que con Estados Unidos y tienen saldos muy favorables.

El temor a esa expansión comercial china es la presente campaña de acusar falsamente a Beijing de manipular su moneda. El renmimbi (yuan), está pegado al dólar con un cambio fijo y en lugar de devaluarse –como dice alguna prensa - ha tenido pequeñas re-valuaciones. Más que temer su capacidad exportadora, Estados Unidos debiera temer su potencia compradora, que la hace influyente y que crecería si fuese revaluado el renmimbi.

Hace unos meses¹⁹ el Ministro de Comercio chino, Chen Deming, decía que las presiones para hacer revaluar no resolvían desequilibrios de comercio, que bastaría que Estados Unidos dejase de bloquear la venta a China de productos de alta tecnología, para recibir millardos en compras chinas. El Ministro Deming señalo algo interesante: “ Son empresas norteamericanas en China las que envían el 60% de las exportaciones chinas a Estados Unidos”.

Eso implica que de revaluarse el renmimbi subiría en dólares el valor de la inversión de esas empresas en China y con ello su valor en las bolsas. Es el tipo de alza improductiva de valor típica de Wall Street, por el que, en 2009, una docena de magnates financieros se ganaron 25,3 millardos de dólares²⁰ con la crisis, mientras varios millones de norteamericanos perdieron sus casas. Entre 1990 y 2008, la inversión extranjera directa en China fue de unos 850 millardos²¹, así que si China revaluase el renmimbi, digamos un 10%, algunos chinos perderían el empleo, pero los inversionistas extranjeros se repartirían una ganancia en dólares de 85 millardos, sin hacer nada. Cosas de esa índole las ha requete-vivido América Latina. Es que todo lo que exijan, pidan o hagan en Washington, comienza y termina en Wall Street.

Ginebra, 29/03/2010

- Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Ha sido profesor en temas económicos internacionales en universidades de Colombia, Venezuela y Guatemala. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra.

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