Las PyMEs privadas irrumpirán en Cuba

08/09/2010
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¡Por fin se produjo en Cuba la noticia que todo el mundo estaba esperando!, pero Occidente ha guardado un sospechoso silencio, aparentando que nada importante ha tenido lugar en la isla. No obstante, EE.UU. ha iniciado los preparativos pertinentes para lanzar una nueva embestida contra el régimen cubano, demostrando con ello que ha entendido el mensaje.
 
Podría pensarse que los líderes revolucionarios han disfrazado muy bien el importante paso que han decidido dar, al limitarse a señalarlo como una simple ampliación del trabajo “por cuenta propia”, de manera que su verdadera trascendencia ha pasado desapercibida.
 
También puede ser que a EE.UU. no le conviene, por ahora, pronunciarse al respecto hasta no saber cómo serán instrumentadas las importantes medidas que el anuncio conlleva, y, por tanto, prefiere actuar con cautela para no incurrir en errores que signifiquen un fracaso más de tantos que ha experimentado en su histórica hostilidad hacia Cuba.
 
Cuando Raúl Castro anunció, el 26 de julio de 2007, que introduciría cambios estructurales en la economía, fuera de Cuba se desató mucha expectación. Se decía que su gobierno iba a inclinarse a favor de un modelo al “estilo chino” o “a lo vietnamita”.
 
Un año después, en otro aniversario de la Revolución, Raúl se retractó y dijo que por el momento no iba a haber cambios estructurales. Entonces las críticas que recibió de sus enemigos cayeron como un aluvión sobre su gobierno, ya que esperaban anuncios que dieran perspectiva a sus planes de desestabilizar a Cuba.
 
Sin embargo, el pasado primero de agosto, Raúl Castro hizo el histórico anuncio de cambios estructurales, en los que implicó la aceptación por parte de su gobierno de iniciar un proceso gradual de liberalización de la economía, pero desde la perspectiva socialista, lo cual no dejó satisfechos a sus detractores.
 
El Presidente cubano dijo, sin decirlo directamente, que su gobierno iba a permitir a los nativos de la isla fundar pequeñas y medianas empresas, un tema que llegó a ser tabú en la isla por las implicaciones políticas negativas que traería consigo una medida de esa naturaleza, en un país que confronta con el país más poderoso, siempre al acecho.
 
Realmente el alcance del anuncio de Raúl Castro no ha sido correctamente evaluado. Incluso el mundo académico ha pasado por alto que verdaderamente encierra un programa gubernamental de reformas profundas y que va a configurar un nuevo modelo económico, cuyo alcance no podrá ser aquilatado mientras no se conozca la forma en que será instrumentado.
 
El gobierno estadounidense, en realidad, ha entendido muy bien la trascendencia que encierra el anuncio cubano, y está convencido de que abre una brecha por la cual puede colarse, y ya ha empezado a aplicar su estrategia para destruir a la Revolución Cubana desde dentro de la isla.
 
Cuando en los años noventa se suscitó un fuerte debate para descentralizar la economía, la dirigencia parecía inclinada a dar ese paso con las PyMEs, pero entonces la administración Clinton llenó a Cuba de agentes de la CIA, disfrazándolos en muchos casos de científicos, académicos, religiosos, deportistas, etc., para promover la subversión interna. El gobierno cubano se vio obligado a dar marcha atrás.
 
Ahora la administración Obama se propone hacer exactamente lo mismo, propiciando viajes a la isla para supuestos intercambios entre académicos, investigadores, deportistas, ONGs y representantes de las artes de ambos países, pero con fines también de subvertir el orden interno.
 
Además, por primera vez, y luego del anuncio del Presidente Raúl Castro, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) dio a conocer abiertamente que dispone de tres millones de dólares para financiar algunos pequeños negocios en la isla de Cuba para “estimular el desarrollo económico” en ese país, dirigido a los “grupos marginados”.
 
Lo cierto es que los tres millones forman parte de 15 millones autorizados a USAID por el Congreso estadounidense para lograr “la democracia en Cuba”, y está dirigido sobre todo a cubanos más susceptibles de rebelarse al gobierno cubano.
 
El término trabajador “por cuenta propia” suele confundir a muchas personas que están pasando por alto que incluye a la figura empresarial, que con las nuevas medidas comenzará a extenderse en Cuba, pero bajo unas reglas en las cuales el socialismo no quede desplazado.
 
Estados Unidos, frente a esta apertura de la economía a los locales, intentará revertir los propósitos de la élite cubana, y mediante sus programas y operaciones montadas por la CIA tratará de articular una oposición que empuje cambios más precipitados hacia el capitalismo.
 
Fidel, cuando impulsó su paquete de reformas en los años noventa, llegó a decir que su gobierno estaba dispuesto a realizar cuantos cambios fueran precisos, pero “bajo la conducción de los trabajadores, no de merolicos y burgueses”.
 
Es en este contexto en el que se está entablando una nueva lucha entre los dos países. Por la parte cubana, hacer del socialismo un sistema económicamente sustentable, y por la parte estadounidense, ir con todo para hacer fracasar el proyecto cubano e instaurar el capitalismo de nueva cuenta en la isla.
 
*Pequeña y mediana empresa (Wikipedia)
 
Las pequeñas y medianas empresas (conocidas también por el acrónimo PyMEs son empresas con características distintivas, y tienen dimensiones con ciertos límites ocupacionales y financieros prefijados por los Estados o Regiones. Son agentes con lógicas, culturas, intereses y un espíritu emprendedor específicos. Usualmente se ha visto también el término MIPyMEs (acrónimo de "micro, pequeñas y medianas empresas"), que es una expansión del término original, en donde se incluye a la microempresa.
 
- Lic. Rosa Cristina Báez Valdés "La Polilla Cubana". Moderadora Lista e-mail Cuba coraje
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