Continuidad del Frente Amplio en Uruguay
Mercosur hasta que la muerte nos separe
08/03/2010
- Opinión
El gobierno de José Pepe Mujica será más intenso que el anterior; atacará los problemas de desigualdad social, gastará más plata en educación y estrechará lazos con los gobiernos amigos de la región.
Germán Gonaldi | Desde la Redacción de APM
El nuevo presidente ya dio señales muy claras de cómo será el segundo gobierno de izquierda en Uruguay. Apuntará sus políticas en reducir la pobreza y eliminar la indigencia, priorizará la relación con América Latina antes que con los Estados Unidos, apuntalará los bloques regionales y aplicará una política económica “heterodoxa”.
“El Mercosur hasta que la muerte nos separe”, dijo el flamante presidente en su asunción de mandato, marcando lo que será parte important en su agenda internacional. “Nosotros no perdemos la esperanza de que haya una sola nación latinoamericana, desde el río Bravo hasta las Malvinas” reafirmó Mujica. En la tribuna escuchaban atentos varios mandatarios latinoamericanos, Lula, Rafael Correa, el paraguayo Lugo, Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Fernández entre otros, quienes aplaudieron con entusiasmo las palabras del ex Tupamaro.
La relación comercial, política y cultural con lo que Pepe llama “el barrio” será central en su estrategia exterior. Mujica, fiel a su lucha de los años 70 por la liberación de su país y la conformación de la “Patria Grande” hará su primera visita oficial a Bolivia, luego a la Argentina y Chile y Venezuela.
Con Argentina tendrá que resolver el conflicto de la papelera finlandesa Botniainstalada sobre el Río Uruguay, a la que asambleístas argentinos acusan de contaminante. A raíz de esto esta cortado el puente internacional que une Gualeguaychú y Fray Bentos desde 2005, hecho que enfrió las relaciones entre los gobiernos de Kirchner y Vázquez.
Más allá que se espera el fallo de la Corte de La Haya sobre si Uruguay violó el Tratado del río que divide ambos países, la buena sintonía entre Cristina Fernández y Mujica presupone que una solución esté más cerca. “Que el Bicentenario nos encuentre con un Río de la Plata más angosto y los caminos despejados” abogó el uruguayo su discurso inaugural.
Entre el nuevo gabinete de ministros, se destacan la presencia de dos compañeros de ruta en el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) en carteras clave como Interior, que será ocupada por Eduardo Bonomi y Defensa Nacional, que estará presididita por Luis Rosadilla. Ambos funcionarios, junto con presidente fueron presos políticos antes y durante la dictadura (1973-1985).
Mujica quiere dar otra impronta a su gestión de gobierno que la de su predecesor; el principal objetivo, según anunció, será eliminar la indigencia (hoy ubicada en un 2 %) y reducir la pobreza. Uno de sus pilares será reforzar los planes educativos, continuar con el exitoso plan Ceibal que da una computadora por alumno para ayudar en sus estudios, y orientar recursos de la economía a paliar los problemas sociales.
En materia de derechos humanos, una cuenta pendiente del gobierno de izquierda a pesar de los avances en los 5 años anteriores, la nueva gestión solo investigará sobre desaparecidos si se dan las condiciones. Mujica dijo al diario Ultimas Noticias que la búsqueda continuará en su administración si "hay un pedido expreso o surgen nuevos hechos".
En este sentido, la continuidad de la Ley de Caducidad que mantiene impune crímenes de la dictadura y que fue ratificada por la población en un plebiscito el mismo día de la primera vuelta presidencial de 2009, deja poco margen de acción a las intenciones de los dirigentes del Frente Amplio.
Con la llegada al poder de Mujica, América Latina incorpora otra figura a la lista de mandatarios que provienen por fuera de los sectores tradicionales; esa lista ya la integran un campesino cocalero en Bolivia, un sacerdote en Paraguay, un militar en Venezuela y un sindicalista en Brasil.
Estos procesos no son casuales. Hay nuevas formas de ejercer el poder y los orígenes de muchas figuras políticas surgen de lo más profundo de la sociedad, más democráticas, participativas y amplias que los gobiernos encabezados por las elites locales, casi siempre tuteladas por Washington. Pepe Mujica, coherente con su historia y con su lucha, elige otro camino, el de la hermandad latinoamericana.
“El Mercosur hasta que la muerte nos separe”, dijo el flamante presidente en su asunción de mandato, marcando lo que será parte important en su agenda internacional. “Nosotros no perdemos la esperanza de que haya una sola nación latinoamericana, desde el río Bravo hasta las Malvinas” reafirmó Mujica. En la tribuna escuchaban atentos varios mandatarios latinoamericanos, Lula, Rafael Correa, el paraguayo Lugo, Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Fernández entre otros, quienes aplaudieron con entusiasmo las palabras del ex Tupamaro.
La relación comercial, política y cultural con lo que Pepe llama “el barrio” será central en su estrategia exterior. Mujica, fiel a su lucha de los años 70 por la liberación de su país y la conformación de la “Patria Grande” hará su primera visita oficial a Bolivia, luego a la Argentina y Chile y Venezuela.
Con Argentina tendrá que resolver el conflicto de la papelera finlandesa Botniainstalada sobre el Río Uruguay, a la que asambleístas argentinos acusan de contaminante. A raíz de esto esta cortado el puente internacional que une Gualeguaychú y Fray Bentos desde 2005, hecho que enfrió las relaciones entre los gobiernos de Kirchner y Vázquez.
Más allá que se espera el fallo de la Corte de La Haya sobre si Uruguay violó el Tratado del río que divide ambos países, la buena sintonía entre Cristina Fernández y Mujica presupone que una solución esté más cerca. “Que el Bicentenario nos encuentre con un Río de la Plata más angosto y los caminos despejados” abogó el uruguayo su discurso inaugural.
Entre el nuevo gabinete de ministros, se destacan la presencia de dos compañeros de ruta en el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) en carteras clave como Interior, que será ocupada por Eduardo Bonomi y Defensa Nacional, que estará presididita por Luis Rosadilla. Ambos funcionarios, junto con presidente fueron presos políticos antes y durante la dictadura (1973-1985).
Mujica quiere dar otra impronta a su gestión de gobierno que la de su predecesor; el principal objetivo, según anunció, será eliminar la indigencia (hoy ubicada en un 2 %) y reducir la pobreza. Uno de sus pilares será reforzar los planes educativos, continuar con el exitoso plan Ceibal que da una computadora por alumno para ayudar en sus estudios, y orientar recursos de la economía a paliar los problemas sociales.
En materia de derechos humanos, una cuenta pendiente del gobierno de izquierda a pesar de los avances en los 5 años anteriores, la nueva gestión solo investigará sobre desaparecidos si se dan las condiciones. Mujica dijo al diario Ultimas Noticias que la búsqueda continuará en su administración si "hay un pedido expreso o surgen nuevos hechos".
En este sentido, la continuidad de la Ley de Caducidad que mantiene impune crímenes de la dictadura y que fue ratificada por la población en un plebiscito el mismo día de la primera vuelta presidencial de 2009, deja poco margen de acción a las intenciones de los dirigentes del Frente Amplio.
Con la llegada al poder de Mujica, América Latina incorpora otra figura a la lista de mandatarios que provienen por fuera de los sectores tradicionales; esa lista ya la integran un campesino cocalero en Bolivia, un sacerdote en Paraguay, un militar en Venezuela y un sindicalista en Brasil.
Estos procesos no son casuales. Hay nuevas formas de ejercer el poder y los orígenes de muchas figuras políticas surgen de lo más profundo de la sociedad, más democráticas, participativas y amplias que los gobiernos encabezados por las elites locales, casi siempre tuteladas por Washington. Pepe Mujica, coherente con su historia y con su lucha, elige otro camino, el de la hermandad latinoamericana.
APM | Agencia Periodística del Mercosur | www.prensamercosur.com.ar, Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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