La SINA por dentro (VI)

15/02/2010
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La mal llamada diplomacia publica

En el artículo donde comentamos las funciones y objetivos de la SINA, de acuerdo con lo que la propia dependencia estadounidense anuncia en su página WEB, una de sus oficinas se encarga del Programa de Diplomacia Pública.

Realmente este nombre de Diplomacia Pública pudiera llegar a confundir, primeramente porque la diplomacia es una función que se realiza entre dos estados y por lo regular las acciones que se llevan a cabo entre ellos no son de carácter público, salvo que se refieran a convenios y acuerdos que por su contenido deban ser de conocimiento de los ciudadanos de ambos países.

En segundo lugar y en el caso específico de las Oficinas de Interés de Estados Unidos y Cuba, establecidas mediante un acuerdo, este plantea las funciones de ambas se determinarán sobre la base de una “total reciprocidad”.

Cuando la Oficina de Diplomacia Pública se creó en el Departamento de Estado, el objetivo del gobierno de Reagan era “legalizar” las actividades que la CIA estaba realizando relacionadas con las tareas de encubrimiento, desinformación y operaciones contra gobiernos de distintos países, lo cual se entendía podía realizar el Departamento de Estado desde una posición diplomática, pero siempre en coordinación con la CIA.

El mayor fallo que tuvo Reagan cuando ejecutó esta operación fue nombrar a Otto Reich como Consejero Especial para la Diplomacia Pública del Departamento de Estado. La designación de este personaje al frente de las mencionadas operaciones no dejaba duda alguna de que la CIA continuaba al frente de las mismas.

Veamos ahora que entiende Estados Unidos por Diplomacia Pública. Para esto nos apoyaremos en lo planteado el 3 de junio del 2009 por la señora Judith McHale en su comparecencia ante el Senado de Estados Unidos buscando su confirmación como Sub Secretaria de Estado para Diplomacia y Asuntos Públicos.

La señora McHale planteó: “Estados Unidos tiene que seguir movilizándose más allá de la diplomacia tradicional entre gobiernos y buscar nuevas e innovadoras maneras de comunicarse directamente con públicos extranjeros”. Para lograr esa comunicación, en el propio discurso planteó: “si la nueva tecnología se utiliza de manera eficaz y creativa podría cambiar el terreno de juego”.

De acuerdo con lo planteado por la señora McHale, la Diplomacia Pública tiene como objetivo movilizarse más allá de la diplomacia tradicional (entendido esto como las actividades normales de un diplomático con el Ministerio de Relaciones Exteriores del país ante el cual está acreditado o con funcionarios del gobierno de dicho país). El objetivo de la Diplomacia Pública es la comunicación directa con personas del país donde está acreditado.

En el caso de la representación de la CIA, digo la SINA en Cuba, se encarga de este asunto la señora Gloria F. Berbena, acreditada como “Public Affairs Officer”, Oficial de Asuntos Públicos, que al parecer no tiene como parte de su plan de trabajo el contacto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, sino el ampliar sus relaciones en Cuba, buscando esa “comunicación directa” que en mi opinión debe tener bastante de “secreto” más que de Asuntos Públicos.

No podemos olvidar el señalamiento de la señora McHale sobre la utilización eficaz de la “nueva tecnología”, con el propósito de cambiar el “terreno de juego”. Sobre este asunto tuvimos un caso reciente donde una persona, cuyo nombre es Alan Gross, enviada por la USAID, como parte de los planes conjuntos con la CIA, vino a Cuba con la misión de repartir entre los seguidores de las órdenes de la agencia de espionaje “la nueva tecnología”.

 Esto forma parte de, Plan Conjunto sobre Cuba que desarrollan ambas agencias, para lo cual cuentan con un presupuesto de 20 millones de dólares, cuyo objetivo es promover un movimiento interno en función del establecimiento de la “democracia” en Cuba. A eso es lo que se refiere la señora McHale cuando plantea que la utilización eficaz y creativa de la “nueva tecnología”, pudiera “cambiar el terreno de juego.” Cambiar el terreno de juego es lograr que los disidentes se fortalezcan y pongan en una situación difícil al gobierno revolucionario, que se cree la ingobernabilidad con la que sueñan los ideólogos del Pentágono para darle salida a la invasión “con fines humanitarios”.

La función denominada “Diplomacia Pública”, que desarrolla en Cuba la CIA, digo la SINA, no está incluida en la “total reciprocidad” que establece el acuerdo donde se autoriza la apertura de las Oficinas de Interés en Washington y La Habana.

Como parte de esa función, la SINA organiza distintas actividades con determinados grupos de personas de nuestro país con el objetivo de ampliar sus relaciones y llevar a ellos el “mensaje” de la “democracia representativa” y la “sociedad de consumo”.

A continuación presento algunas fotos de un tipo de actividad que han denominado “Sesiones de Jazz”, la cual va dirigida principalmente sobre personas que se dedican a la interpretación musical y al baile.


El próximo artículo, también relacionado con la “Diplomacia Pública”, lo dedicaré a las actividades que se han desarrollado por la CIA, digo la SINA, con artistas plásticos.

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.

https://www.alainet.org/es/active/36159
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