El presidente indígena asume un nuevo mandato con el 64% de los votos
Evo da un salto al futuro
05/02/2010
- Opinión
Profundización: el 22 de enero Evo Morales comenzó una nueva gestión de cinco años de gobierno del ahora Estado Plurinacional de Bolivia. Apoyado por una fuerza social y política nunca conocida en la historia del país, Morales fue reelegido en diciembre por el 64% de los votos. La base de su proyecto será la transformación industrial de los recursos naturales mineros como el litio, el hierro y el gas para romper con el círculo vicioso de la dependencia. El plan de gobierno incluye profundizar el proceso de expropiación de tierras y la ampliación de las políticas sociales. La renovación del gabinete, con paridad de varones y mujeres, indica un oído atento a los reclamos del primer período y la determinación de avanzar hacia la igualdad en todos los terrenos.
“No estamos aquí para servir a los capitalistas, estamos aquí para servir al pueblo boliviano”, dijo Evo Morales en su discurso de asunción, el 22 de enero. Al iniciar su nuevo mandato, Morales manifestó su agradecimiento a la ciudadanía por la confianza dada y su compromiso de avanzar en el proceso de transformaciones y cambios en los ámbitos social, democrático, cultural, económico y político con la implementación de la nueva Constitución Política del Estado. En 2008, la movilización de las masas, en coordinación con las Fuerzas Armadas, derrotaron en calles y carreteras las acciones violentas y separatistas de los sectores de la oligarquía terrateniente del Oriente del país, aliada a las transnacionales y a la embajada de Estados Unidos y, finalmente, en diciembre las elecciones nacionales abrieron un período de gobierno de cinco años más, que pueden ampliarse a 10 con la reelección.
Política económica
Iniciar una gestión después de cuatro años de gobierno, con un crecimiento económico promedio de 5,2%, una inflación inferior al 1% en 2009, reservas monetarias record con 9 mil millones de dólares, balanza comercial positiva en más de mil millones de dólares, tasas bancarias bajas, deuda externa reducida en más de un tercio, importantes inversiones industriales estatales y precios internacionales de minerales y gas relativamente altos a pesar de la crisis mundial de los últimos años, dan una ventaja enorme al presidente de origen aymará nacido en Oruro. Si en el plano económico se observa un balance positivo, se nota aún más en el político-electoral: de 52% de votos que recibió en 2005, ahora consiguió el 64% y el control prácticamente pleno del Congreso Legislativo con más de dos tercios de representantes que le podrían permitir aprobar leyes y normas de acuerdo a sus planes. La votación conseguida en el Occidente del país alcanza el 80% y en la región oriental –donde era débil– alcanzó un respaldo del 50%. Todo esto se explica por la derrota sufrida por el sistema de partidos neoliberales con la revuelta popular de octubre de 2003 que prácticamente destrozó la columna vertebral del control oligárquico-imperialista y permitió el ascenso electoral de Morales. La partidocracia quedó desarmada con la huída a Estados Unidos del ex Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y del último candidato opositor, Manfred Reyes Villa. Las organizaciones populares, desde movimientos sociales de campesinos, colonizadores, mujeres, vecinos, trabajadores, indígenas, comerciantes, mineros y jóvenes son la base social sobre la que se sostiene la fortaleza y la acción del liderazgo de Evo Morales. La ceremonia realizada en las sagradas ruinas de Tiawanaku el 21 de enero, un día antes de la asunción, es un claro ejemplo del masivo apoyo popular.
Escenario latinoamericano
La coyuntura latinoamericana influyó positivamente en este proceso. La unidad política con los gobiernos que integran la Alianza Bolivariana de Nuestra América (Alba) sentó una marcada posición antimperialista en la región. La formación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) también marcó importantes hitos en la integración política, comercial, militar y financiera de América Latina. Bolivia ha realizado importantes acciones denunciando la inequidad económica internacional, la intervención imperialista en países del Tercer Mundo y las políticas irracionales e irresponsables de las potencias capitalistas frente al cambio climático. El 20 de enero, Evo pidió a las Naciones Unidas una reunión de emergencia para “repudiar y rechazar la ocupación militar de Estados Unidos en Haití”. El Comando Unificado Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha desplegado hasta ahora en Haití unos 16 mil soldados, incluidos los marinos a bordo de naves, las tripulaciones de embarcaciones de la Guardia Costera, los infantes de Marina, las unidades del Ejército, la tripulación de aviones de observación y transporte, y los equipos de operaciones especiales de la Fuerza Aérea. Ante el fracaso de la Conferencia de Copenhague, Evo Morales convocó a la Cumbre de Defensa de la Tierra, prevista para abril de 2010 en Cochabamba. La diplomacia de los pueblos, como la denomina el canciller David Choquehuanca, permitió al Gobierno abrir nuevas perspectivas internacionales en el mundo árabe y africano. En este contexto, sin embargo, las perspectivas presentan una gran complejidad debido a la agresiva política iniciada por el gobierno de Washington con el fortalecimiento de sus bases militares en la región, el golpe militar en Honduras, el saldo electoral en Chile y las dificultades que anuncian otros procesos electorales en la región.
Proyecto de Gobierno
El Plan de Gobierno, presentado para las elecciones en diciembre de 2009 por el Movimiento Al Socialismo (MAS) ante el Organismo Electoral Plurinacional, plantea la implementación de una Revolución Industrial y Vial de características desarrollistas; un fuerte apoyo a las políticas sociales implementadas, sobretodo en salud, educación y bonos para ancianos, estudiantes y mujeres embarazadas. La base de la propuesta es la transformación industrial de los recursos naturales mineros como el litio, el hierro y el gas para romper con el círculo vicioso de la exportación de materias primas. En relación a la agricultura, el Gobierno estableció apoyar a los productores con recursos técnicos y financieros y afirmó que profundizará el proceso de expropiación de tierras a los terratenientes del Oriente boliviano para otorgárselas a los campesinos pobres y a los indígenas. De esta manera, Evo Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, han asumido, en la segunda década del siglo XXI, el reto de cumplir las expectativas del pueblo boliviano de consolidar la revolución política y social e impulsar con mayor energía la unidad de América Latina.
- Eduardo Paz Rada, desde La Paz.
América XXI, Año VII, No. 58, febrero 2010
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