Tekojoja, un partido servidor

21/12/2009
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Cuando se fundó Tekojoja como partido, me llamaron sorpresivamente al micrófono y aproveché la ocasión para decir que, en mi concepto, el Paraguay es un cementerio de pequeños partidos que sobreviven con muy poca incidencia en el destino del país, y que Tekojoja corre el peligro de ser uno más en ese cementerio de partidos, a no ser que se convierta en un Partido Servidor, para lo cual tiene que adoptar una nueva visión y una nueva práctica de la política.
 
Una nueva visión de la política estaría basada en el reconocimiento de que el pueblo es el verdadero protagonista del cambio y el desarrollo, y de que, por consiguiente, la política consiste en conocer a ese pueblo – sus aspiraciones y sus sueños, sus necesidades y sus problemas – y aprender a trabajar con el para que cada hombre y cada mujer se realice plenamente como ser humano.
 
Hay varias formas de trabajar con el pueblo:
 
1. el trabajo de base,
2. el trabajo en formulación de políticas públicas y
3. la vigilancia y la denuncia de los actos o procesos contrarios al pueblo.
 
a. El trabajo de base - Esta tarea del partido consiste en ayudar a las organizaciones sociales y comunitarias en su lucha para resolver los problemas que obstaculizan la satisfacción de las necesidades materiales y no materiales de la población. En otras palabras, el servicio honesto y competente del partido al pueblo se traducirá en conocer la realidad en que vive el pueblo, detectar las barreras a su felicidad y trabajar codo a codo con el para removerlas.
 
Ahora bien, para saber trabajar con las organizaciones sociales, los políticos deben capacitarse en las formas de conocer la realidad (diagnóstico y pronóstico, de movilizar a la comunidad y de trabajar organizadamente por el bien común.
 
Esto implica aprender a utilizar las llamadas “técnicas sociales” tales como organización, planificación, reivindicación, desarrollo institucional, comunicación, reivindicación, educación, capacitación, etc.
 
A su vez, el aprendizaje de estas técnicas necesita que se estudien las ciencias sociales que les sirven de base, tales como economía, sociología, antropología, comunicación, administración, así como sus respectivos métodos. Sin este conocimiento, es imposible servir al pueblo de manera competente.
 
Ojo, no se trata de dominar estas habilidades apenas para ganar elecciones. Es evidente que hay que capacitarse para realizar campañas de afiliación, campañas electorales, etc., Pero más importante que esto es capacitar a los militantes y miembros en general n los métodos de trabajo con la población para resolver sus problemas, independientemente de las elecciones.
 
Es probable que, si un político trabaja bien por y con su comunidad, su victoria en las elecciones será un resultado natural de los servicios prestados. Por otra parte, el trabajo con el pueblo prepara a los políticos para gobernar, es decir, para ocupar competentemente cargos en el gobierno local, departamental o nacional.
 
Demás está decir que que el aprendizaje de las técnicas sociales por los cuadros del partido implica el desarrollo de un amplio programa de capacitación de los afiliados y simpatizantes, en todo el país. Será necesario conseguir los medios para instalar centros de capacitación en varios lugares estratégicos del territorio nacional.
 
b. La formulación de políticas públicas. Al mismo tiempo que el político trabaja con el pueblo para resolver problemas, allá en la base, debe capacitarse también para participar y contribuir a la elaboración de políticas públicas adecuadas en todos los sectores de la vida social, tales como la tenencia de la tierra, la educación de toda la población, la salud como un derecho, la protección de la infancia, la defensa de los recursos naturales, las migraciones, etc. Esta obligación impone la necesidad de estudiar, informarse, documentarse, analizar y evaluar la aplicación de las políticas públicas, así como conocer y acompañar lo que se hace en otros países.
 
c.Vigilancia y denuncia. Sea que esté en la llanura oque ocupe el gobierno, el partido tiene la tarea de vigilar que no ocurran desvíos en la política o en la vida económica y social, que pongan en peligro la libertad y el bienestar del pueblo. Debe denunciar todos los actos y procesos que se aparten de la Constitución, de la ley y de la ética, especialmente cuando ellos son cometidos por sus propios miembros.
 
Necesitamos un proyecto de país
 
Ahora bien, Tekojoja solamente podrá ser un Partido Servidor si sabe hacia donde debe caminar el Paraguay, es decir, si poseemos un Proyecto de País.
 
¿Qué es un Proyecto de País?
 
El Proyecto de País es la expresión, participativamente construida, de los fines nacionales, es decir, del rumbo que la población de la nación quiere alcanzar y los medios que desea utilizar para alcanzarlos.
 
El Paraguay necesita un Proyecto de País que nos ayude a hacer un cambio de rumbo radical y valiente, que nos saque de esta falsa democracia que nos engaña y nos oprime. Un Proyecto de País que, reconociendo que el pueblo es el protagonista central y verdadero del cambio social, nos lleve a la democracia participativa, a la democracia solidaria y justa que deseamos y que merecemos. Que nos lleve a ese otro Paraguay posible que soñamos.
 
Sólo un Proyecto de País puede impulsar la decisión política y la voluntad popular necesarias para realizar las transformaciones de la estructura social y económica que el pueblo paraguayo necesita en este momento histórico.
 
Nuestros pueblos siempre soñaron con vivir vidas dignas y honestas. Tuvieron, sin embargo, que reprimir sus sueños porque las clases dominantes, con frecuencia al servicio de intereses foráneos, les impusieron estructuras sociales y dirigentes políticos que les volvieron frustrados e impotentes, destituidos de autoestima y persuadidos de que todo lo bueno viene de arriba y no de su propia capacidad y protagonismo.
 
Una nación es un ser vivo, que tiene una misión que cumplir, atribuida por Dios, así como la tenemos las personas individuales. El pueblo de la nación paraguaya sabía, en lo más hondo de su conciencia mutilada, que la vida que estamos viviendo no es la vida digna que nuestros ancestros guaraníes imprimieron en nuestro subconsciente colectivo, traducida en la obsesión guaraní con la tierra sin males. Así como el pueblo judío soñaba con llegar a una tierra donde manaban leche y miel, los guaraníes soñaban, y nosotros soñamos, con una tierra en donde vivamos en libertad, igualdad y fraternidad.
 
Lo sorprendente es que, a pesar de las guerras y revoluciones que a veces ensangrentaron la construcción de nuestra nación, una gran mayoría del pueblo paraguayo se ha mantenido siempre sencilla, sobria, frugal, hospitalaria, en una palabra, digna, cultivando siempre el amor a la tierra, a la familia y a la amistad.
 
Insistimos: nuestro pueblo siempre se esforzó por vivir una vida digna. No obstante, esta natural inclinación a la libertad, la igualdad y la fraternidad, se vio frustrada por la fuerza del mercantilismo y por la ambición personal de las oligarquías fundadas en el poder del latifundio y en la obsecuencia a los países más ricos y poderosos. El latifundio y el sectarismo político partidario convirtieron a la política en instrumento corrompido de la lucha por el poder y por los beneficios que este acarrea a los que lo poseen. La acción deletérea del latifundio y el mercantilismo se vio reforzada por otra: la del militarismo, que contribuyó para excluir todavía más al pueblo de la participación democrática y de la justicia social. La acción conjunta del latifundio, la partidocracia y el militarismo, convirtió al Paraguay en uno de los países más atrasados y corruptos del mundo. Para cambiar esa realidad nació el Partido Popular Tekojoja.
 
En síntesis: la historia del Paraguay demuestra que nuestra nación tiene una misión histórica que cumplir y que dicha misión es aportar nuestra visión libre, igualitaria y fraterna a la lucha de los pueblos del continente y del mundo por una sociedad más digna y más humana. El Proyecto de País es el instrumento que Tekojoja necesita para ayudarle al Paraguay a cumplir su misión histórica.
 
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