Estados Unidos usa a los desempleados como carne de cañón

15/10/2009
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De acuerdo con el Subsecretario de Defensa de los Estados Unidos, Bill Carr, en una conferencia de prensa ofrecida en días pasados, su gobierno pudo cumplir ampliamente las cuotas de reclutamientos para las FF AA norteamericana y, de esta forma, asegurar los soldados necesarios para mantener su injusta agresión contra Irak y Afganistán. Sin remilgo alguno, declaró: “Todos los componentes del aparato militar, activo y de reserva, cumplieron sus cuotas así como sus objetivos de calidad”. 
 
De acuerdo con fuentes de todas las armas, el Pentágono dispone actualmente de cerca de 169.000 reclutas preparándose para las necesidades de fuerza bélica en los conflictos actuales que libra Estados Unidos en el exterior, logrando un excedente de 5 000 hombres con respecto al plan. De esta forma, la administración de Obama dispone de reservas suficientes para aumentar sus contingentes militares en Afganistán e Irak cuya magnitud es de 67 000 y de 119 000 soldados, respectivamente.
 
La criminal e insostenible guerra que libra EE UU en Afganistán desde el 2001 dio muestras de aumentar sus dimensiones con el envío de 13 000 nuevos soldados a esa nación, con la pretensión de elevar el número de uniformados norteamericanos a 68 000 para fines del presente año, siguiendo la dirección política de Obama de priorizar esta conflagración bélica. En este caso, los militares del Pentágono se justificaron al anunciar que los mismos se dedicarían a tareas de apoyo al contingente armado.
 
Por su parte, los militares del Pentágono, confabulados con los ultraderechistas del ala republicana del Congreso, presionan a Obama para que éste autorice el envío de 40 000 nuevo soldados al conflicto afgano. The Washington Post, en la pluma de Bob Woodward, ha denunciado que el presente conflicto está tomando dimensiones incalculables, como una herencia maldita dejada por Bush a su sustituto en la Casa Blanca.
 
Con 124 000 hombres en Irak y cerca de 68 000 en Afganistán, los destacamentos armados de EE UU, así como los de sus aliados en esta guerra genocida, sufren día tras día constantes pérdidas. Baste conocer los datos ofrecidos por Casualties.org para entender la creciente oposición de los ciudadanos norteamericanos a la guerra: En Afganistán han perecido 1,446 soldados invasores, de ellos 730 son de origen norteamericano, 175 son británicos, 124 son canadienses y 26 originarios de España. Solo en el 2009 murieron en acción 239 uniformados yanquis.
 
Por su parte, la ONU estima que el pueblo afgano ha sufrido por su parte cerca de tres millones de muertes como resultado de la agresión.
 
En Irak también Estados Unidos sufre considerables pérdidas como resultado de la heroica resistencia de los iraquíes. Hasta hace unos días las bajas en combate de las fuerzas norteamericanas ascendían a los 4 343 soldados. 
 
No es necesario ser ciego para ver que el aumento sin parangón en los últimas décadas del desempleo en los Estados Unidos, así como la profunda crisis económica que padece esa nación, son factores directos de la disponibilidad de soldados a la que aducen los jefes del Pentágono. El aumento de la tasa de desempleo a casi un 10 %, empuja a miles de jóvenes a la guerra y a un futuro incierto, sin entenderse que los miles de millones destinados a la guerra podrían ser la fuente principal de la creación de nuevas y necesarias fuentes de empleo.
 
Por obra y gracia de los planes hegemónicos de las últimas administraciones de Estados Unidos, el ejército industrial de la reserva se ha convertido en ejército agresor y genocida.
https://www.alainet.org/es/articulo/137059
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