La necesidad de una Confluencia Democrática

10/10/2009
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Definidos los candidatos de la oposición en las consultas realizadas este 27 de septiembre se despeja parcialmente la incógnita electoral para las elecciones que se realizaran el 30 de mayo del año en curso. En las huestes uribistas las cosas no están claras. Los dos partidos mayoritarios de la coalición de Gobierno han apostado por la reelección de Uribe montados en los resultados de las encuestas que muestran que Uribe tendría posibilidades reales de ganar un nuevo período, aún a costa de la democracia y de la Constitución misma. Pero las innumerables irregularidades cometidas en el trámite de la ley del referendo comenzando por la violación de los topes fijados por el Consejo Nacional Electoral, el financiamiento de contratitas del Estado que también superaron los limites fijados en la normativa del Consejo Nacional Electoral, organismo pusilánime, que no fue capaz siquiera de pronunciarse defendiendo sus propias normas y que transfirió a tres conjueces la decisión sobre esta materia. Pero las irregularidades también se cometieron durante todo el trámite de la ley. En primer lugar se cambio la pregunta que los 3.8 millones de firmantes habían apoyado. Nosotros sostenemos que en un referendo de iniciativa popular el Congreso de la República sólo tiene dos alternativas o lo aprueba tal como quieren los ciudadanos que se pregunte o simplemente lo niega. No es posible a nuestro juicio que el Congreso le introduzca enmiendas pues se puede dar el absurdo que está pasando con el referendo sobre el agua en que la Cámara quiso introducir tales enmiendas que los promotores del referendo, si se aprobara ese texto, tendría que ir a la abstención o tendrían que llamar a votarlo negativamente. Pero además la Comisión Primera de la Cámara y luego la plenaria de la misma aprobaron el texto tal como venía en los formularios que apoyaron los firmantes. Luego en el Senado se cambió la pregunta y este fue el texto que se concilió con la plenaria de la Cámara. Se han señalado en el trámite más de 18 vicios de procedimiento más los vicios de fondo. En efecto, el principal es que según la Corte Constitucional en la jurisprudencia emitida con motivo de la primera reelección una segunda reelección acarrearía la sustitución de la Constitución y por tanto no podría realizarse.
 
Pero la coalición en el Gobierno cree que invocando las encuestas en que Uribe mantiene altos índices de popularidad se puede cambiar la Constitución. El argumento más fuerte que esgrimen es que el pueblo y los ciudadanos son los que deben decidir acudiendo a la democracia plebiscitaria para llevarse de calle las garantías y las libertades individuales y colectivas. La primera reelección fue aprobada de manera fraudulenta como ya quedó demostrado en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. El apego de la coalición de Gobierno y la puja desatada alrededor del nombramiento del nuevo Fiscal General de la Nación indican que los reeleccionistas quieren mantenerse en el poder a toda costa. No bastan las advertencias del propio presidente de los Estados Unidos Barack Obama de que dos períodos son suficientes. Ahora el tema se encuentra en la Corte Constitucional la cual de manera juiciosa ha pedido la práctica de 25 pruebas en el auto mediante el cual, aboca el estudio de la ley que le fue enviada para control constitucional. La Corte tiene en sus manos la suerte del país y de la Constitución a la que debe defender. Nunca antes el Tribunal Constitucional ha tenido en sus manos una decisión de tal trascendencia. Las consecuencias de su fallo serán decisivas para el futuro de la democracia en el país.
 
Entretanto la coyuntura política se encuentra paralizada en buena medida a la espera de la decisión de la Corte Constitucional. Se trata de una decisión que mantiene congelada la política en las huestes uribistas.
 
Hasta el momento se han postulado los candidatos del Partido Liberal que escogieron en consulta a Rafael Pardo Rueda y en la consulta del Polo Democrático Alternativo que escogió a Gustavo Petro. Ambos candidatos se han mostrado de acuerdo con la propuesta de concurrir en las elecciones de marzo a una consulta interpartidiaria para definir un candidato único que enfrente en la primera vuelta a Uribe o al candidato del uribismo. Hasta ahora son los únicos dos partidos que se han manifestado de acuerdo con esta estrategia política. El candidato independiente Sergio Fajardo ha manifestado hasta ahora su intención de ir hasta la primera vuelta presidencial mientras que el Partido Verde Esperanza que agrupa a los ex alcaldes de Bogotá Luís Eduardo Garzón, Enrique Peñalosa y Antanas Mockus han señalado que primero tendrán que definir su candidato pero también se muestran inclinados para ir hasta la primera vuelta. El candidato Germán Vargas Lleras muy golpeado en su partido Cambio Radical por el transfuguismo alentado desde el Gobierno quisiera una consulta, pero sólo con el Partido Liberal. La presencia de Petro en el escenario les ha complicado la estrategia a los liberales que pensaban que el Polo iría con Carlos Gaviria a la primera vuelta electoral. Así están las cosas por el momento.
 
En medio de esta coyuntura pensamos que hay que trabajar en dos frentes como lo acordó la reciente Cumbre Social y Política. En primer término hay que intervenir en el trámite del referendo en la Corte Constitucional demandando de este organismo que declare inexequible la ley por sus innumerables vicios en el trámite, pero también en el contenido. Si aún con las buenas razones que se esgrimirán la ley fuere declarada acorde con la Constitución hay que preparar la organización de una gran Confluencia Democrática en contra del referendo reeleccionista organizando la abstención activa. En este frente o Alianza Ciudadana como lo propusieron los Constituyentes el pasado 6 de julio deberán tener cabida no sólo las fuerzas de la oposición sino también los uribistas no reeleccionistas.
 
En el terreno político nos parece que lo más acertado es la propuesta que busca un candidato único para enfrentar en primera vuelta a Uribe o al candidato uribista. El acuerdo tiene que construirse alrededor de un programa mínimo como el planteado en la reciente Cumbre Social y Política que enfrente los grandes y actuales problemas del país como la corrupción, el narcotráfico y su presencia en la política, la pobreza y la concentración de la riqueza, la devolución de las tierras a los desplazados, en fin, el conjunto de las reivindicaciones mínimas que demandan los sectores excluidos en el país. Éstas son a nuestro juicio las tareas más urgentes en esta coyuntura.
 
Bogotá 9 de Octubre de 2009.         
 
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Pedro Santana Rodríguez
Presidente Corporación Viva la Ciudadanía
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 179
Corporación Viva la Ciudadanía.
https://www.alainet.org/es/active/33678
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