Los dominios en Internet: expresión de la soberanía digital
- Opinión
La historia de la asignación de los nombres de los dominios en Internet, es la historia de cómo ha sido la participación de EEUU en
Esta historia es también la crónica no contada de cómo esas abreviaturas (los dominios) se han convertido en una extensión de la soberanía nacional de los países (llamada soberanía digital) en una expresión de su identidad. Historia poco conocida por la mayoría de los usuarios finales. Este artículo pretende dar cuenta de eso.
Antecedentes
Desde los inicios de la red, todo lo relacionado con la asignación de los dominios estuvo supeditado al Departamento de Defensa de EEUU. En 1983, ese país crea el Sistema de nombres de Dominio, DNS por sus siglas en inglés, el cual permitió asociar cada número IP a un nombre, lo que hizo posible la ubicación de los prestadores de servicios en la red (productores de contenidos) por país y en muchos casos, por actividad, estos de manera previa debían haber solicitado una asignación, un nombre de un dominio a un proveedor de acceso.
Cuatro años más tarde, en 1987, crea
En 1996, IANA, privatiza esta actividad y la transfiere a la empresa Network Solutions, subsidiaria de Verisign, la potestad para comercializar los dominios. Comienza el negocio. Esto le permitió a la empresa, crear de manera unilateral, reglas de propiedad intelectual ante las disputas por la compra-venta de las asignaciones, lo cual generó muchas protestas y reclamos, al involucrarse en un ramo que no era de su competencia, afectando la soberanía digital de algunos países y fijando arbitrariamente los precios de los dominios.
Con la explosión de la red en la década de los 90, la empresa comenzó a quedarse corta frente a un negocio de dimensiones mundiales, que nadie previó en sus inicios. En 1997 un equipo de técnicos propuso la creación de más dominios y que estos tuvieran carácter internacional. Ante esta situación, el presidente Clinton le encarga al Departamento de Comercio la tarea de crear un organismo a la altura de las dimensiones del negocio, iniciando así la desvinculación del Departamento de Defensa, como una consecuencia lógica de la evolución que ha tenido la red; de instrumento de uso militar a un servicio de consumo, altamente demandado.
Nace entonces en 1998, la corporación para la asignación de números y nombres de Internet, ICANN, por sus siglas en inglés, como una entidad sin fines de lucro, ubicada en California, la cual tendría bajo su responsabilidad, además de la definición y mantenimiento de las tablas-números de los diversos servicios de Ia red, gestionar los números IP, los nombres de Dominio de Primer nivel genéricos y la gerencia de los 13 servidores-raíces, los cuales mediante un sistema piramidal, le dan acceso al mundo. Así, los diversos proveedores de acceso de los países dependen, en última (o en primera?) instancia de estos servidores, ubicados 10 de ellos en EEUU.
Surge con el ICANN el primer intento de Gobernanza de Internet a nivel mundial, conformado por un Consejo Consultivo de Gobernanza (GAC) donde existen representantes de los gobiernos y de organismos como
Los dominios y la soberanía digital
Si entendemos a la soberanía, desde el punto de vista político, como el poder de un estado o de un organismo que no está sometido a ningún otro, entonces la soberanía digital sería ese mismo poder pero en el ciberespacio. En la actualidad, muchos países han sido colonizados paulatinamente por los mercaderes que compran los dominios de algunos países al ICANN y luego los revenden, dejando a su dueño original desprovisto de ese poder, de esa soberanía e identidad digital.
De manera lenta pero continua, los dominios de primer nivel (los ccTLDs) se convirtieron en un negocio, por demás rentable, para diversos vendedores y revendedores. Así, muchos comerciantes con olfato para los grandes negocios, comenzaron a comprar estos dominios en un momento en el que el tema de Internet no era ni prioritario ni conocido, por ello “muchos países renunciaron a su identidad nacional en nombre del dinero” tal como lo señala Carlos Alfonso, en el documento Antecedentes de
Hay
Y es aquí donde el problema político comienza a surgir. Al considerar los nombres de los dominios (ccTLDs) como una extensión de la soberanía nacional del país, estos no pueden ser vendidos ni arrendados al mejor postor, puesto que ellos son expresión del país al cual designan.
Cuando nombramos el dominio .ve, estamos haciendo referencia a Venezuela, un país que tiene un territorio virtual específico y con el, una cultura determinada. Por esa razón, un gran número de naciones asignan la distribución de los dominios a entidades gubernamentales y no al sector privado, para garantizar que los intereses de cada uno de ellos no sean vulnerados, ni su soberanía digital, puesta en riesgo.
Por ejemplo, desde 1998 la intención de
Sin embargo,
Al igual que este intento, se han creado nuevos nombres de dominios genéricos, los cuales responden más a intereses empresariales y de mercado (en especial de muchas de las grandes transnacionales que tienen su asiento en EEUU) que a las necesidades de los países y los usuarios de la red.
La historia en Venezuela
A principio de los años 90 el ICANN, a través del IANA, delegó la autoridad para la administración de la porción del espacio de nombres de dominio para el ccTLD de Venezuela (VE) al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), debido a que era una organización venezolana, conectada a Internet que agrupaba a la mayor parte del sector académico, científico y de investigación del país, el principal usuario de estos servicios.
El CONICIT, a su vez, le asigna esta responsabilidad al Servicio Automatizado de Información Científica y Tecnológica (SAICYT) En abril de 1995, se transformó en
Cinco años después, en el año 2000, se crea el Centro Nacional de Tecnologías de Información, CNTI, el cual asumió la plataforma que poseía REACCIUN. En septiembre de este año el NIC.Ve pasó a
Como puede verse en el cuadro # 1, Venezuela ha tenido un incremento significativo en la demanda de los nombres de dominio de primer nivel, lo cual pudiera ser expresión del crecimiento de la economía en los últimos años, pero también del aumento de la conectividad en la población o una combinación de ambos. En todo caso, es una realidad que merece ser estudiada para su mejor comprensión.
Cuadro # 1
En el año 2006 y como parte de la búsqueda y la reafirmación de la soberanía, en este caso lingüística, el gobierno decreto el uso del español en los dominios, así el .gov de origen anglosajón pasó a denominarse. gob de origen hispano.
Reflexiones finales
Ante el crecimiento que ha tenido Internet y los problemas que se ha suscitado con la asignación de los nombres de dominio y la soberanía digital, es obvio que
Frente a esta realidad que afecta a todos, una de las primeras medidas a tomar para darle racionalidad a
Otra necesidad imperante es que sean entidades gubernamentales las encargadas de asignar estos dominios, comprobando previamente que los solicitantes viven y son el país, mediante la entrega de su documento de identidad personal y comercial, demostrando que se dedica a la actividad que declaró. Esto debe ser monitoreado permanentemente.
Algo hay que hacer y pronto, porque ante la falta de respuestas rápidas y eficaces por parte de
De la manera cómo se conciba y se administre a Internet, de esa manera será su desarrollo a favor o en contra de una sociedad más equilibrada y más equitativa. Si reproducimos en el plano virtual las exclusiones y asimetrías existentes en el mundo real, este maravilloso instrumento que es la red de redes, también las reproducirá, como de hecho ya ocurre en alguna áreas, ejemplo de ellos es que algunos países no existen en el ciberespacio, por cuanto le arrendaron “su espacio virtual” a terceros por razones meramente económicas, invisibilizándose, convirtiendo al país es una simple marca.
Para hacer realidad algunas de estas propuestas, es necesario que
Desde espacios como
Es necesario abordar este problema con visión integradora y tomando en cuenta que más allá del problema técnico, la asignación de los nombres de los dominios es un problema político que debe ser encarado políticamente, por cuanto toca el tema de la soberanía digital, extensión en estos tiempos de la soberanía nacional y tan importante como esta.
Finalmente, la llegada de Obama a la presidencia de EEUU, tal vez pudiera alimentar la esperanza de conseguir mayor desconcentración en
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